Foto del lugar donde imprimían dólares falsos, en Villavicencio
Foto del lugar donde imprimían dólares falsos, en Villavicencio | Foto: FISCALÍA GENERAL DE LA NACIÓN

NACIÓN

Descubren a organización que imprimía dólares falsos y recurría a inusuales métodos

Las autoridades incautaron de más de 12.000 dólares falsos. Además, encontraron otras modalidades de accionar ilícito y poco comunes hasta ahora.

17 de febrero de 2022

La Fiscalía General de la Nación, a través de la Dirección Especializada contra las Organizaciones Criminales y el CTI, puso en evidencia a una estructura ilegal señalada de falsificar documentos y productos de diversa índole, desde moneda extranjera, pasando por aceite automotriz, hasta certificados de vacunación contra covid-19.

De acuerdo con el material de prueba, en cuatro inmuebles, ubicados en Villavicencio (Meta), se realizaba la actividad ilícita a gran escala. Estos sitios fueron objeto de diligencias de registro y allanamiento. Entre tintas litográficas, negativos, imprentas industriales y plantillas para elaborar billetes de diferentes denominaciones, fueron incautados 12.500 dólares americanos falsos. La moneda extranjera, al parecer, era vendida a un valor por muy debajo de la tasa representativa del mercado, distribuida a diferentes establecimientos de comercio de los Llanos Orientales o enviada vía encomienda a otras regiones del país.

En las diligencias de registro realizadas en los puntos de falsificación detectados, los investigadores del CTI encontraron insumos, envases, tapas y otros elementos utilizados para mezclar o rendir aceite automotriz quemado, vencido o en mal estado, el cual era vendido como un producto original.

En los inmuebles había máquinas para falsificar las etiquetas de reconocidas marcas y sellos de seguridad con los que le daban apariencia de autenticidad a los productos. Los peritos señalaron que estas mezclas podrían generar daños graves al funcionamiento mecánico de los vehículos. En ese sentido, las verificaciones continúan para detectar los lugares en los que era comercializado.

Adicionalmente, en los procedimientos de registro fueron ubicadas 18 hojas impresas a doble cara con el carné de Mi Vacuna, actualmente expedido como certificado de vacunación contra covid-19. Las indagaciones permitieron establecer que la red ilegal, presuntamente, elaboraba estos documentos y los vendía a personas que no cumplían con el esquema de vacunación exigido para ingresar a sitios públicos. En las inspecciones se encontraron un software y plantillas usadas para el diseño del carné.

Por estos hechos, cuatro de los supuestos articuladores del ilícito fueron capturados en situación de flagrancia, entre ellos el señalado cabecilla, identificado como Libardo Cruz Vanegas. También fue detenido el presunto diseñador de la red, Jorge Enrique Roa Martínez. Otros dos hombres, Pedro Pablo Suta Castañeda y Oswaldo José Gómez Quiroz, cumplían los roles de impresores.

Una fiscal de la Dirección Especializada contra las Organizaciones Criminales imputó a estas personas los delitos de: tráfico, elaboración y tenencia de elementos destinados a la falsificación de moneda; usurpación de derechos de propiedad industrial y derechos obtentores de variedades vegetales; falsedad material en documento público, y concierto para delinquir. Los procesados fueron afectados con medidas de aseguramiento privativas de la libertad.

Más falsificaciones de carné

En enero pasado, como si se tratara de un emprendimiento familiar, en un café internet del municipio de Zipaquirá, Cundinamarca, una pareja arrancó un negocio criminal que apenas duró 30 días. Desde su fachada suplantaron a todo el sistema de salud del país mientras ofrecían carné de vacunas contra la covid-19.

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Foto de referencia | Foto: Getty Images/iStockphoto

Los dos capturados lograron impulsar su negocio ilícito, de acuerdo con la Fiscalía, al punto de que diariamente imprimían hasta 50 documentos falsos de vacunas, que incluso eran distribuidos en Bogotá. El emprendimiento ilegal de esta pareja ‘encontró su agosto’ en pleno enero, justamente por las necesidades y exigencias de las autoridades por ese documento.

La iniciativa criminal no tenía un gran andamiaje, como suele ocurrir con otro tipo de redes dedicadas a la falsificación. Desde su pequeño establecimiento y con una impresora casera, lograron convertir un pedazo de papel en un documento con todas las señas de ser un registro original. De acuerdo con lo dicho por la Fiscalía, sobre la cantidad de documentos falsos que se imprimieron en este falso café internet en Zipaquirá y la cantidad de días estuvieron en la misma actividad, se entenderían que hubo en circulación más de 1.500 documentos falsos de personas que se acercaron y lo adquirieron para hacerles ‘conejo’ a las autoridades sanitarias.