Nación
Desde plumas hasta amarres, así usaba alias La Bruja, el líder una temida banda criminal, la santería para cometer delitos y blindarse
La Policía lo capturó en un apartamento ubicado en un piso 25 en Medellín, Antioquia.
Las autoridades quedaron sorprendidas al descubrir que un hombre en silla de ruedas, conocido con el alias de ‘La Bruja’, era el temido cabecilla de una banda criminal que utilizaba la brujería para cometer todo tipo de delitos en Medellín, Antioquia.
En medio de un operativo que adelantó la Policía junto a la Fiscalía alias La Bruja terminó capturado en el piso 25 de un apartamento ubicado en la capital antioqueña. Pero antes de que se diera la operación en su contra, las autoridades ya tenían plenamente identificado todos los movimientos “oscuros” que hacía este criminal para evadir los controles de la Policía y tener éxito en su vida como líder delincuencial.
El hombre de 43 años era conocido dentro de la estructura ilegal como el encargado de canalizar las “fuerzas del mal” a favor de sus intereses criminales. Utilizaba la lectura de cartas para decifrar el futuro y evitar los peligros que podría tener todas las fechorías que cometía su banda.
SEMANA acompañó el operativo en Medellín y pudo ser testigo de como el hombre, en silla de ruedas, destinó un lugar exclusivo en su vivienda para hacer los rezos y la santería a la que acudía para supuestamente recibir ayuda del más allá sobre toda su actividad criminal. En ese lugar, las autoridades hallaron un carrusel, reunía imágenes de santos, cadenas de hierro, plumas, muñecos, sustancias polvorientas y amarres.
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Una persona que conoce su vida le informó a este medio que la Bruja se sumerge en sus dioses antes de cometer un delito para tener éxito: “Él hace las cosas con base en la santería y da las recomendaciones a la luz de eso”.
Y es que la ayuda extra que siempre andaba buscando ‘La Bruja’ era como una especie de protección sobre la coordinación que tenía a cargo en el tráfico de estupefacientes. A punta de microtráfico, terminó llenando de marihuana, tusi y cocaína, por lo menos tres comunas de la ciudad de Medellín.
Pero la brujería también se convirtió en un reflejo de los miedos que acechaban a este peligroso criminal, pues según la reseña del expediente judicial, “la pregunta frecuente que le hacía a las cartas” era si su liderazgo dentro de la organización delincuencial estaba en peligro. ‘La Bruja’ sabía que su posición tenía enemigos muy poderosos.
Pero las dudas salieron a partir de las múltiples rencillas internas en la banda a causa del control de las plazas de vicio. Precisamente, una de esas confrontaciones expuso a la Bruja ante la Policía. Al parecer, él habría gestionado la desaparición y el asesinato de un colega de crimen por disposición de la santería. “Ese día se puso una toga negra de monje, se emborrachó y cometió el hecho”, agregó la fuente consultada.
Sin embargo, los crímenes empezaron a generar una estructura de alto nivel que ya tenía sueldos fijos para los coordinadores de drogas, los jíbaros y hasta los campaneros. Pero además, ya contaban hasta con un amplio portafolio delictivo en donde ofrecían desaparición forzada, homicidio, tráfico de estupefacientes y extorsión.