Justicia
Desde septiembre Timochenko aceptó a la JEP reclutamiento infantil en las FARC
El exguerrillero admitió ante el tribunal de paz que menores de edad engrosaron las filas de la organización aunque en casos excepcionales, pero negó que el aborto fuera una opción cuando las combatientes quedaban embarazadas.
Hace un mes se despertó la indignación del país entero cuando en medios se vio un corto video en el que Rodrigo Londoño Echeverri, alias Timochenko, negaba ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) que las FARC hubieran incorporado niños y niñas a sus filas en más de cinco décadas de conflicto. Sus palabras no fueron bien recibidas por millones de colombianos que saben que eso no es más que una descarada mentira. Sin embargo, ante la ola de reproches que llovió sobre los líderes de la extinta guerrilla, estos solicitaron a la JEP que hiciera públicas estas diligencias para que sus testimonios pudieran ser escrutados en su totalidad y no solo en cortos segmentos. El tribunal accedió a la petición.
El proyecto Colombia 2020, del diario El Espectador, revisó las más de seis horas que duró una de estas audiencias, que forman parte del caso en el que se revisan delitos que involucran menores de edad, y encontró que Londoño Echeverri había admitido desde septiembre que la organización armada sí recurrió al reclutamiento infantil.
Aparentemente, el exjefe del Secretariado admitió que, a pesar de su reticencia inicial, en el Bloque Magdalena Medio, el cual él lideró, se presentaron casos en los que recibió a jóvenes que no habían aún cumplido la mayoría de edad. “Hubo de 15, 16, 17 años, pero de menos edad no. Después de la séptima conferencia, en la que se establece que solo pueden entrar de 15 a 30 años, no recuerdo haber tenido menores”, señaló. Su argumento a favor de la inclusión de personas de esta edad era que ya “tenían una madurez física y psicológica” para unirse a los alzados en armas.
Aunque aclaró que este patrón no siempre se cumplía y que, por lo tanto, para evitar problemas posteriores, aplicaban lo que denominó “un curso básico”. “Funcionaba para saber si la persona estaba física y psicológicamente apta para la decisión y compromiso que estaba asumiendo”, señaló. El curso incluía teoría de la doctrina guerrillera y entrenamiento militar. Pero, según indicó el diario bogotano, Londoño Echeverri, tras la firma del Acuerdo de Paz, se dio cuenta que estos conocimientos no se impartieron a una buena cantidad de excombatientes.
También se comentó la situación de aquellos jóvenes que ingresaban a las FARC mintiendo en la cantidad de años que tenían. Al parecer, la política que se manejaba era regresarlos a vida civil y nunca se ventiló la posibilidad de ejecutarlos para prevenir de que fueran capturados por el Ejército.
De igual forma, Londoño Echeverri relató sobre momentos en los que se enteró que otros comandantes tenían menores de 15 años en su tropa, pero no intervino ni realizó llamados de atención, ya que “fueron casos excepcionales” y a cada estructura militar se le respetaba su cadena de mando. Advirtió, en su defensa, que el reclutamiento de menores estaba calificado como “falta de primera instancia”, pero agregó que no existían mecanismos para denunciarlo porque la guerrilla nunca estuvo pensada para tener “un ingreso masivo de menores”.
El tribunal confrontó al exguerrillero con un informe del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) en el que se encontró que casi 3.900 menores que pertenecían a las FARC fueron recuperados por esta institución. Cerca de una cuarta parte eran menores de 15 años. Londoño Echeverri aseguró que no había tenido la oportunidad de estudiar el informe, pero que distaba considerablemente de la cifra que la extinta guerrilla tenía al momento de desmovilizarse, que era de menos de 50 casos de guerrilleros menores de edad.
La violencia sexual fue otro tema que se tocó en la audiencia. Cuando se le preguntó al antiguo insurgente sobre cómo se trataba a las personas con orientación sexual diversa en las FARC, este confesó que eso siempre representó un problema por la concepción discriminatoria que reinaba en los años setenta y ochenta. “En una organización militar, que tiene un componente de machismo, las personas que tuvieran esa orientación, y se supiera, tenían dificultades”, manifestó.
Sobre las denuncias de que los altos mandos forzaban a las guerrilleras a sostener relaciones sexuales con ellos, Londoño Echeverri aseveró que “las mujeres eran libres”. Sin embargo, dejó abierta la posibilidad de que algunos hombres se hubieran querido aprovechar de la indefensión de algunas de sus camaradas. Añadió que, en lo relacionado con los embarazos, nunca promovió la aplicación del aborto y siempre se aconsejaba, mas no se obligaba, a las menores de edad a planificar con la T. Recordó que en más de una ocasión se sancionó a comandantes que no seguían estos lineamientos.
Este sonado caso hasta ahora comienza y lo que falta por contar incluye diferentes sucesos de la larga y trágica guerra del país y las voces de los demás excabecillas de las FARC.