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Así vivió la tragedia el barrio de Manizales más afectado por deslizamientos
Jorge Wilson Rodríguez, líder comunitario de Aranjuez, fue uno de los primeros en dar señales de alarma cuando empezó el deslizamiento. Pese a sus esfuerzos y los de otros vecinos, tres personas murieron en ese sector.
Más de 3.000 personas de Aranjuez, un barrio tradicional de estrato 3 situado en el oriente de Manizales, se fueron a dormir la noche del martes 18 de abril en medio de un aguacero. Aunque muchos pensaron que era un día más de lluvia, como es frecuente en esta época, su percepción cambió cuando comenzaron a sonar las alarmas de seguridad que están instaladas en cada cuadra del sector.
Alrededor de las 2 de la mañana, varios líderes comunitarios, entre ellos Jorge Wilson Rodríguez, comenzaron a silbar y a gritar para que todos salieran de sus viviendas. Una avalancha de lodo caía desde el cerro San Cancio. “La gente corrió desesperada hacia el parque y la cancha de fútbol del barrio. Allí cerca está la capilla, el colegio y la caseta de la junta de acción comunal, donde algunos se resguardaron y esperaron a que escampara”, le contó Rodríguez a Semana.com.
Las lluvias no cesaron hasta las 7:00 a.m. Cuando escampó, los rescatistas y los mismos habitantes de Aranjuez ayudaron a remover el barro y los escombros de varias de las viviendas afectadas por los deslizamientos, que también afectaron a otros barrios como Bajo Persia y González.
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El saldo fue de unos 600 afectados, varios heridos y tres muertos: el intendente de la policía José Octavio Suárez Tovar y las hermanas Luisa y Miriam Villada Zuluaga, que quedaron sepultadas en sus casas mientras dormían. “Él murió por salvarle la vida a otros al momento de la evacuación y ellas no alcanzaron a salir de sus casas. Eran personas muy queridas en el barrio y ya fueron veladas en la funeraria del barrio”, señaló Rodríguez, asesor de imagen y estilista que ha trabajado con varias reinas de belleza.
Pese a haber viajado por el mundo, Rodríguez nunca se ha olvidado de su gente y de sus raíces. Por eso siempre ha estado al frente del barrio que lo vio nacer y hoy, en medio de esta tragedia que los golpeó, coordina la atención para todos los habitantes que perdieron sus viviendas y que por estos días duermen en albergues, en la capilla y el colegio del barrio.
“Yo hice cursos de cocina y he aprovechado mis conocimientos para ayudar en la preparación de los alimentos. Tenemos que hacer comida para más de 400 personas y para eso he contado con la colaboración de 20 ayudantes”, dice Rodríguez, que conoce la historia de Aranjuez como a la palma de su mano. “Este es el barrio de las empanadas porque gracias a los aportes conseguidos por la venta de empanadas en bazares hemos logrado erigir más viviendas”, añade. Tanto así que hace algunos años se erigió un monumento a la empanada.
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Aranjuez debe su nombre a una hacienda que estaba situada allí y fue vendida en 1963 para crear viviendas populares gracias al programa Alianza para el Progreso que llevó a cabo en Colombia el presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy. “Las primeras familias que habitaron Aranjuez eran de escasos recursos y desplazadas por la violencia”, cuenta Rodríguez.
Hoy, 54 años después de su fundación, este barrio popular de donde han salido varios jugadores profesionales del Once Caldas y ha sido sede la Teletón de Manizales, vive uno de sus momentos más difíciles por cuenta de la furia de la naturaleza. Aunque todavía están golpeados por lo ocurrido, tienen fe en que todo mejorará. “Aunque uno nunca se imagina la inmensidad de la tragedia y la alerta de invierno continúa, somos un barrio muy organizado y solidario que saldrá adelante. Sabemos que la unión hace la fuerza”, concluye Rodríguez.