VALLE DEL CAUCA
Destruyen dos minas ilegales de oro que le generaban millonarios ingresos a disidencia de las Farc en Buenaventura
Las minas fueron encontradas en zona rural del distrito portuario.
La minería ilegal es una de las principales fuentes de ingreso de la disidencia Jaime Martínez en el Valle del Cauca. La extracción y comercialización de estos recursos deja cuantiosas ganancias con las que financian en buena medida sus actividades ilegales; por eso, las autoridades procuran golpear estos negocios.
En esa línea, la Fuerza Naval del Pacífico de la Armada dio a conocer un duro golpe asestado a este grupo delincuencial, en jurisdicción de Buenaventura, con la destrucción de dos minas de oro que generaban millonarios ingresos mensuales. El hallazgo se efectuó en el sector rural de Zaragoza, a unos 30 kilómetros del casco urbano del distrito portuario.
En el lugar fueron encontradas y destruidas de manera controlada dos máquinas clasificadoras de minerales artesanales, dos máquinas excavadoras, cuatro motores industriales y tres motores tipo motobomba. De igual manera, hallaron una escopeta calibre 12, una pistola, munición de diferentes calibres y dos equipos de comunicación, elementos que quedaron incautados.
Este operativo contra la disidencia Jaime Martínez, que no dejó ninguna captura, lo adelantaron miembros de la Armada, el Ejército Nacional, la Fuerza Aérea, la Policía Nacional y la Fiscalía General de la Nación.
Las autoridades tasaron en 956 millones de pesos el valor de los elementos usados en las minas ilegales de oro y en más de 91 millones de pesos mensuales los ingresos obtenidos de la venta del material precioso extraído.
El daño ambiental causado por la disidencia con estas minas ilegales es grande, pues se estima que al menos cinco hectáreas fueron deforestadas. Esta laceración se suma al vertimiento indiscriminado de elementos tóxicos como el mercurio que afectan no solo el agua, sino también la fauna y la flora.
En lo corrido de este año, la Armada ha destruido al menos ocho minas ilegales en el litoral Pacífico.
Levantan fronteras invisibles
Los Espartanos y Los Shottas, las dos bandas que han atemorizado a la población de Buenaventura, Valle del Cauca, con sus cruentos enfrentamientos por el control territorial del tráfico de estupefacientes, dieron una muestra de voluntad de paz en las últimas horas. Así se lo confirmó a SEMANA Rubén Darío Jaramillo, monseñor y representante de la Iglesia católica en el distrito portuario.
De acuerdo con el religioso, los cabecillas de estas estructuras anunciaron, en medio de las conversaciones que han venido sosteniendo desde que el presidente Gustavo Petro comunicó su voluntad de lograr una ‘paz total’, que levantarán las fronteras invisibles en la ciudad. De hecho, el mandatario, tras una visita a la ciudad, instó a estas bandas a unirse a esta iniciativa: “Shottas y Espartanos son bienvenidos a la paz”.
“Todos estaban esperando signos concretos de paz. Ellos han tomado la decisión de que la gente pueda movilizarse tranquilamente por toda la ciudad”, señaló Jaramillo. El barrio Juan XXII, que es donde estas estructuras convergen y luchan principalmente por el territorio, es el más beneficiado con la decisión de las bandas.
El domingo, Los Espartanos y Los Shottas realizarán un acto simbólico en este barrio, con el ánimo de demostrar que las conversaciones están encaminadas. “Vamos a jugar unos partidos de fútbol, celebraremos la eucaristía y haremos un almuerzo comunitario”, explicó.
“Este es un mensaje para la ciudadanía y los empresarios, porque hay sectores que con las fronteras invisibles estaban vedados. Necesitamos el compromiso del Estado y del sector empresarial para consolidar esta paz que Buenaventura necesita”, argumentó.
Jaramillo destaca que en el distrito portuario, con decisiones como el levantamiento de las fronteras invisibles, las bandas han demostrado pasar de las palabras a los hechos. Sin embargo, acepta que también deben avanzar hacia el cese de la comisión de delitos como el hurto y la extorsión. “Los integrantes de estas bandas quieren estudiar y formar pequeñas empresas (...) esto es una voz de esperanza en nuestro país”, concluyó.