NACIÓN
Detectan en el Caquetá la circulación de las variantes Épsilon y Gamma del coronavirus
La circulación de diferentes tipos de variantes es ahora más común en el país, razón por la que se deben extremar los cuidados.
La Gobernación del Caquetá informó que tras el nuevo reporte de vigilancia genómica del Instituto Nacional de Salud (INS) se confirmó la circulación de dos nuevas variantes en el departamento.
La primera es la variante de interés Épsilon (B.1.427) reportada originalmente en Canadá y la segunda es la variante de preocupación Gamma (P.1) que corresponde a la variante originaria de Brasil.
“Las variantes son asociadas a una mayor facilidad de contagio o transmisión y en algunos casos -no confirmados aún- se cree que puede afectar la respuesta inmune. Las vacunas existentes son efectivas contra todas las variantes, por este motivo se reitera la invitación a la comunidad a acudir en los tiempos establecidos y según las etapas habilitadas en cada municipio, a los puntos de vacunación disponibles en el territorio para acceder al inmunizante contra este virus”, destacó la entidad a través de un comunicado.
A nivel global se han reportado más de 1.500 tipos de variantes de la covid-19 definidas por la Organización Mundial de la Salud como de interés o preocupación, de acuerdo a las circunstancias que la rodean como el número de casos o territorios en donde circulan.
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“Se recomienda hoy más que nunca, con la circulación de variantes que facilitan el contagio, mantener de manera estricta las medidas ya conocidas, como el correcto uso del tapabocas, frecuente lavado de manos y distanciamiento social”, señaló la Gobernación.
Este reporte territorial se suma al entregado por el Putumayo hace algunos días en el que se confirmó la circulación de la variante Gamma del coronavirus en ese departamento.
Esta es considerada una de las mutaciones del virus SARS-CoV-2, causante del coronavirus, que tiene mayor capacidad de transmisión, lo que significa que requiere menor tiempo de contacto para su contagio.
Recordar los nombres científicos de las variantes de la covid-19, por ejemplo B.1.617, B.1.1.7 o B.1.351, es muy difícil, pero la OMS simplificó la tarea dándoles también los nombres de las letras griegas.
La idea es tener nombres “fáciles de pronunciar y recordar”, pero también evitar que el gran público y la prensa utilice denominaciones que “estigmaticen y discriminen”, señaló la Organización Mundial de la Salud (OMS) en un comunicado.
Los nombres científicos siguen existiendo pues suministran datos útiles a los expertos, pero la OMS no los utilizará en su comunicación diaria. De esta forma, la variante B.1.1.7, identificada antes en Reino Unido, fue denominada Alpha, la B.1.351, identificada por primera vez en Sudáfrica, se convirtió en Beta y la variante P.1, detectada en Brasil, Gamma.
La OMS dio también dos nombres diferentes a las subvariantes del B.1.617 que devastó a India y se extendió a otros países: B.1.617.2 fue llamado Delta y B.1.617.1 Kappa.
En humanos, además del SARS-CoV-2, se conocen otros seis coronavirus que causan enfermedad. Cuatro de ellos causan una infección leve y se denominan seguido de un código: HCoV-229E, HCoV-OC43, HCoV-NL63 y HCoV-HKU1. El 30 % de los catarros comunes están producidos por estos cuatro coronavirus, en algunos casos también cursan con trastornos digestivos, y en niños y personas mayores inmunocomprometidas pueden llegar a ser graves. Su distribución es global y tienden a ser estacionales.
El primero que se descubrió fue el HCoV-229E, que se aisló del tracto respiratorio de un paciente en 1966. Al año siguiente, se aisló el HCoV-OC43. A finales de 2004 se descubrió el HCoV-NL63 aislado de un bebé de siete meses en Holanda, y el mismo año se aisló el HCoV-HKU1 de un paciente de 71 años hospitalizado por neumonía y bronquiolitis en Hong Kong. En 2002, se describió el SARS-CoV (8 096 casos y 774 muertos) que causaba una neumonía aguda y severa. Se extendió por 27 países.
Diez años después, en 2012 apareció el MERS-CoV, un nuevo coronavirus que causó el síndrome respiratorio de Oriente Medio, y que, aunque infectó a menos personas, unas 2 500, su letalidad fue mucho mayor, de hasta el 35 %. El MERS-CoV todavía se aísla de forma esporádica.