ENFOQUE

La nueva esperanza contra el cáncer

Diana Bonilla, la colombiana que forma parte del equipo de James P. Allison, el nuevo Premio Nobel de Medicina compartido con Tosuku Honjo, explicó a SEMANA cómo funciona la inmunoterapia, el tratamiento que procura revolucionar la lucha contra la enfermedad.

13 de octubre de 2018
James P. Allison, a la derecha, en la ceremonia del premio.

Qué es

La inmunoterapia usa la propia respuesta inmune del cuerpo, es decir, las células de defensa que tiene el organismo contra parásitos, bacterias y virus, para atacar los tumores. “Las terapias no están enfocadas en destruir directamente el cáncer, sino en potenciar y mejorar la capacidad del cuerpo de responder ante células tumorales”, explica Bonilla.

Así funciona

James P. Allison comenzó investigando los linfocitos T, las células de defensa que tiene el cuerpo. Descubrió que durante el cáncer su respuesta no es muy efectiva. Pero identificó un receptor específico (CTLA-4) que las bloquea en esos casos. Así que el tratamiento consiste en poner un anticuerpo que se pega a ese receptor y libera el potencial de estas células contra el tumor.

Su efectividad

La inmunoterapia no funciona igual en todos los casos ni pacientes. Hasta ahora, ha sido efectiva en casos de melanoma (cáncer de piel), cáncer de células renales y cáncer de pulmón de células no pequeñas. Hoy, el porcentaje de respuesta positiva en el caso del melanoma es del 60 por ciento. “Pero se están haciendo ensayos clínicos para probar su eficacia en muchos otros, como el cáncer de páncreas o de próstata”, dice Bonilla.

Lo que sigue

Bonilla está en una sección del equipo que evalúa las respuestas del tratamiento en los pacientes para encontrar posibles desarrollos. “Nuestro objetivo es definir por qué el tratamiento responde bien en algunos y en otros no. Tomamos muestras de los pacientes y analizamos las células para ver si encontramos qué cosas influyen en la respuesta positiva o negativa al tratamiento”.

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Casos de éxito

“Hace poco, en un evento con el doctor Allison, conocí a una de las pacientes que estuvo en el primer ensayo clínico hace 18 años. Se llama Sharon y en esa época tenía un melanoma metastásico, es decir, un cáncer de piel que ya había migrado hacia otros tejidos”. Aunque tener ese tipo de cáncer era prácticamente una sentencia de muerte, ella no solo sigue viva, sino que hoy tiene una familia y varios hijos.

Sus ventajas

Como el tratamiento usa el propio sistema del paciente para atacar las células cancerígenas, no se deben aplicar muchas dosis, sino que el cuerpo aprende la respuesta inmune y conserva ese recuerdo para casos posteriores. Tampoco es un tratamiento invasivo, pues no requiere cirugía, y no es tan agresivo como la quimioterapia y la radioterapia.

                                                                                     Diana Bonilla

Su impulsor

D. B.: James P. Allison lleva 30 años trabajando el tema. Al inicio no tenía el objetivo de combatir el cáncer, sino de entender las células de la respuesta inmune, que defienden el organismo. Pero a partir de ahí, llegó a desarrollar el tratamiento. “Este premio es un reconocimiento para él, para todo su esfuerzo por tantos años. Nosotros, los del equipo, tenemos la suerte y el honor de apoyar lo que siguió después del descubrimiento”, cuenta Bonilla.