NACIÓN

Director de la Policía, Jorge Luis Vargas, le envía mensaje a la patrullera torturada por vándalos en Cali

El general asegura que investigarán ese repudiable hecho de violencia y que van “por buen camino” para dar con los responsables.

21 de mayo de 2021
General Jorge Luis Vargas
General Jorge Luis Vargas. Foto: Juan Carlos Sierra-Revista Semana. | Foto: JUAN CARLOS SIERRA PARDO

La agresión sexual que vivió una patrullera de la policía en Cali ha generado repudio nacional. El director de la institución, general Jorge Luis Vargas, envió un mensaje de solidaridad frente a esos hechos de violencia de los que ella fue víctima en cumplimiento de su labor.

“Hemos iniciado todos los procesos investigativos por ese delito”, aseguró el general. Narró que en un trabajo conjunto con la Fiscalía han avanzado en esas pesquisas y que “van por buen camino”. Agregó que cumplirán a cabalidad los rigurosos protocolos de investigación en este caso, así como en todos los demás en que los colombianos han sido violentados en sus derechos.

El general agregó que la policía cumple un trabajo en las calles para preservar la vida de los ciudadanos y su seguridad.

Este viernes, a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos llegó una carta enviada por el abogado Víctor Mosquera, quien lleva hasta allí el caso de la patrullera. “En este sentido, la Firma ha evidenciado una gravísima vulneración flagrante a los derechos humanos amparados en el artículo 7 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y en el artículo 5 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, según los cuales ninguna persona puede ser sometida a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes”, señala la misiva en su inicio.

SEMANA publicó el video con el escalofriante relato de la patrullera. El jueves 29 de abril, el segundo día del paro nacional, llegó a trabajar a las 2:00 de la madrugada. Su misión era prestar seguridad en los barrios del oriente de Cali, exactamente en el sector conocido como Puerto Rellena o Puerto Resistencia. Había cumplido ocho horas de trabajo, cuando la jornada de protesta se convirtió en violencia. Calcula que, sobre las 10:00 de la mañana, empezaron a volar palos, rocas y botellas cerca de su rostro. Era el resultado de una multitud enardecida. El humo de las llantas y las vallas que ardían en llamas dificultaba tener una visión clara.

Desde adentró vio cómo decenas de personas intentaban tomarse el CAI. “La gente con rencor en sus ojos golpeaba el CAI con piedras, lo incineraban”, contó con angustia la agente en SEMANA. Era la única mujer, adentro, donde también estaban otros dos patrulleros hombres y cinco detenidos. Al Esmad se le había acabado la munición, mientras la ira de la muchedumbre aumentaba.

En cuestión de segundos los manifestantes ingresaron, rompieron vidrios, forzaron la puerta, abrieron y preguntaban por las llaves de las esposas para liberar a los capturados”, dice la patrullera que además confesó que no sabía qué responderles.

Recuerda que varios encapuchados la tomaron a la fuerza y que “hablaban de un canje: me decían que hasta que les diera las llaves me dejaban ir. Mis compañeros trataban de tener el control, pero ellos eran más, golpearon a uno de los que me estaba protegiendo. Del susto me puse a llorar”, cuenta la uniformada con la certeza de que ese es solo el inicio del peor día de su vida.

En video, su desgarrador relato: