Justicia
Directora de Extinción de Fiscalía cuestiona que DEA no informó de extradición por narcotráfico de dos primos suyos
Se trata de Ana Catalina Noguera, una de las funcionarias de más alto rango en el búnker de la Fiscalía. “Jamás ni el SIU, ni la DEA, ni el director de Narcotráfico, pusieron, como corresponde, en conocimiento de la Dirección esta captura con fines de extradición”, asegura.
El cargo de Ana Catalina Noguera Toro es crucial en el búnker de la Fiscalía. Esta funcionaria es una de las personas de más confianza del fiscal general, Francisco Barbosa y tiene la responsabilidad de coordinar la Unidad para las Finanzas Criminales, dependencia que tiene a cargo los despachos que se ocupan de investigar el lavado de activos, la extinción del derecho de dominio y el desmantelamiento de las finanzas criminales. Se trata, nada menos, que de los bastiones que luchan contra el narcotráfico, y por tanto son oficinas que trabajan de la mano con la cooperación de Estados Unidos.
De ahí que sea muy llamativa la respuesta que dio la fiscal coordinadora Noguera, frente a la noticia de que dos familiares suyos están ad portas de ser extraditados por cargos de narcotráfico, según lo reveló el noticiero CM&. “Causa extrañeza el por qué jamás ni el SIU, ni la DEA, ni el director de Narcotráfico, pusieron como corresponde, en conocimiento de la Dirección (de Finanzas Criminales) esta captura con fines de extradición”, dice la fiscal.
“Cuando me enteré, por una persona, de la captura de estas personas, inmediatamente ordené inicio a la iniciativa investigativa": fiscal Noguera
Efectivamente, la noche de este martes trascendió la información de que ante la Corte Suprema y el Ministerio de Justicia se ha tramitado la extradición de los hermanos Rafael y Enrique Noguera, a quienes Estados Unidos solicita por cargos de narcotráfico. Se trata de dos reconocidos empresarios de la Costa que son primos de la fiscal Noguera y quienes harían parte de una red que logró mover varias toneladas de cocaína empleando una pista clandestina en Santa Marta. Los integrantes de la organización fueron capturados en septiembre de 2019. Las aeronaves tenían capacidad para volar con el cargamento hasta México donde otros eslabones de la red se encargaban de recibir la droga e introducirla en Estados Unidos.
Lo más leído
“Rafael Noguera, junto con su hermano (...) administraban un rancho cerca de la pista aérea clandestina en Colombia donde se almacenaba oculta la cocaína”, dice el documento con el que Estados Unidos pide en extradición a los Noguera. Los soportes oficiales ya fueron inspeccionados por la Corte Suprema de Justicia que dio luz verde para la extradición. De hecho, los hermanos Noguera solicitaron que se diera el trámite abreviado para ir a saldar cuanto antes sus deudas con la justicia gringa.
SEMANA consultó a la Fiscalía sobre la posición de la fiscal Noguera en el asunto. La respuesta oficial es de la propia funcionaria, quien confirma que los capturados son familiares suyos y se refiere a estos como “parientes lejanos”. Respecto a si esta circunstancia implicaría dificultades para ejercer el cargo, toda vez que además de las capturas se identificaron propiedades que deben ser objeto de extinción, dice: “Los impedimentos obran en cuarto grado de consanguinidad, segundo de afinidad o primero civil, ninguno de los cuales ostentan los dos hermanos capturados, que no quiere decir que no los conozca y los haya tratado”.
La fiscal Noguera además contó cómo conoció del asunto. “Cuando me enteré por una persona de la captura de estas personas (el año pasado a mediados de septiembre), inmediatamente ordené a la Coordinadora de Policía Judicial de Extinción de Dominio se diera inicio a la iniciativa investigativa, librándose órdenes de trabajo el día 26 de septiembre de 2019. La iniciativa se presentó los primeros días de 2020 ante la Dirección al fiscal 53 de extinción, quien ya libró órdenes de trabajo. Cabe anotar que ya se tienen identificados los bienes, dentro de los cuales se encuentra la finca en mención. Toda la investigación la efectuaron los policías judiciales de extinción de dominio. También se aclara que la finca objeto de curiosidad está incluida dentro de la masa de bienes identificados a estos personajes”.
Luego de resaltar que no considera a los capturados familiares cercanos y no se encuentra en situación de impedimento legal, la fiscal Noguera señaló que le causó desconcierto que ni las agencias de cooperación judicial de Estados Unidos, ni el fiscal antinarcóticos le hayan informado sobre el asunto: “Es de resaltar que el SIU ni la DEA jamás se acercaron a la Dirección de Extinción a proporcionar información o presentar la correspondiente iniciativa como corresponde, y la Dirección de Narcotráfico tampoco notificó de tales capturas”.
Y agrega la fiscal Noguera: “Fue la suscrita, obrando como servidora pública, con total imparcialidad la que estimó, teniendo en cuenta que pudiesen además surgir chismes malintencionados, que era un deber poner en conocimiento de las personas competentes tales hechos. Causa extrañeza el por qué jamás ni el SIU, ni la DEA, ni el director de Narcotráfico, pusieron como corresponde, en conocimiento de la Dirección esta captura con fines de extradición”. La fiscal Noguera repite que se muestra asombrada porque ni las autoridades de Estados Unidos ni el propio fiscal de la unidad antinarcóticos del búnker le hayan informado sobre las capturas y el proceso contra los hermanos Noguera.
Hace un mes, SEMANA publicó en portada un informe que dio cuenta del mal momento por el que pasan las relaciones entre Estados Unidos y la cúpula del búnker. Distintas fuentes –tanto en Colombia como en Washington– dieron cuenta del ambiente de desconfianza que amenaza la cooperación judicial por una serie de relevos que el fiscal general Barbosa ha hecho y que le han significado el cargo a funcionarios con los que Estados Unidos tenía plena confianza pues habían trabajado con estos en llave ejecutando operaciones sensibles contra redes de narcotráfico. Allí puede haber una respuesta a la “extrañeza” de la fiscal Ana Catalina Noguera.