ENTREVISTA

“Si el gobierno de Santos me querían censurar, con el gobierno Duque será peor”

SEMANA conversó con Lisandro Duque acerca del documental sobre la vida de Manuel Cepeda Vargas, líder asesinado de la UP y que según el director ha sido "engavetado" desde el gobierno anterior.

12 de agosto de 2019
Manuel Cepeda cuando era senador. | Foto: Tomada

En 2010 la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en una sentencia histórica, estableció la responsabilidad del Estado colombiano por la ejecución extrajudicial de Manuel Cepeda Vargas, líder político y último senador electo de la Unión Patriótica (UP) y el Partido Comunista Colombiano PCC.

La Corte ordenó al gobierno, entre otras cosas, a reconocer su responsabilidad por el crimen perpetrado el 9 de agosto de 1994, en un acto público en el Congreso de la República, con la presencia de miembros de las dos cámaras y de las más altas autoridades estatales. La sentencia también ordenó al Estado tomar medidas de reparación que incluían la publicación de la sentencia, la realización de una publicación y un documental audiovisual sobre la vida política, periodística y rol político del senador Cepeda; así como el establecimiento de una beca integral para comunicadores con el nombre de “Manuel Cepeda Vargas”.

El documental aunque fue elaborado no tuvo toda la exposición que dictaba la sentencia de la Corte. SEMANA conversó con Lisandro Duque, quien dirigió ‘Manuel Cepeda Vargas: un artista en la política’ que está listo hace un año y que muy pocos han visto. 

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SEMANA: ¿De qué se trata ‘Manuel Cepeda Vargas: un artista en la política’ ?

Lisandro Duque:  El documental, de hora y media de duración, incluye elementos biográficos de la trayectoria de Manuel Cepeda Vargas. El título obedece a que Manuel tenía muchas facetas. Fue pintor, escultor, poeta y escritor. Además, ejerció la política como congresista de la UP, pero fue asesinado en la ola de exterminio que se vivió con ese partido. 

SEMANA: Si el documental está listo hace un año, ¿por qué no se ha proyectado?

L.D.: Eso mismo me estoy preguntando yo. La Corte Interamericana de Derechos Humanos exigía en su sentencia que para el documental se hiciera un acto especial, que tuviera alta divulgación y la solemnidad pertinente de las autoridades colombianas. Era necesario que para la premiere se invitara al cuerpo diplomático a organizaciones nacionales e internacionales de derechos humanos. 

Yo lo empecé a hacer en el 2017 y lo entregué en julio de 2018, cuando ya estaba elegido Duque como presidente pero todavía no se había posesionado. A Santos le quedaba un mes. Entonces RTVC, la entidad pública encargada y productora del documental, sacó al aire el documental sin hacerle divulgación. Se transmitió dos sin anunciarse un martes y un miércoles. Como no lo publicitaron pues solo lo vimos las personas que lo hicimos. 

Después de eso, la oficina de derechos humanos de la presidencia se puso muy difícil. Nos invitaron a algunos eventos académicos y culturales, pero nunca nos quisieron dar copia. Yo hablaba con la productora del documental y me decía “Acá tenemos 200 Dvds de ese documental y estamos alistando todo para el lanzamiento", pero nunca salió. Siguió engavetado. No hubo voluntad para que le hicieran una exhibición con alta divulgación como exigía la corte. 

SEMANA: ¿Por qué solo hasta un año después se pronuncia al respecto?

L.D.: Hace unos días se conmemoraron los 25 años del asesinato de Manuel y pensé que era el momento oportuno para que retomaramos la presentación del documental. Hasta ahora el gobierno está incumpliendo con las peticiones de la Corte. 

La interlocutora de RTVC me pedía con mucha discreción no incluir en el documental expresiones como “exterminio de la UP” o “genocidio de la UP”.

SEMANA: ¿Por qué cree que usted fue el encargado de hacer este documental?

L.D.: El senador Iván Cepeda, hijo de Manuel, me propone como el documentalista por varias razones. La primera por que fui muy amigo de Manuel, conozco su biografía y a su familia. Porque soy documentalista y asistí a muchos de los eventos políticos y culturales de Manuel y Yira, su esposa. Yo podía responder por ese documental por mi doble condición de documentalista, investigador, por conocer a la UP y a Manuel como político y artista. 

SEMANA: Muchos podrían decir que el hecho de que fuera tan cercano a Manuel haría que el documental no fuera imparcial... 

L.D.: Cuando estoy con los vulnerables ni quiero ni puedo ser imparcial. Y además no creo en la imparcialidad. Pero lo que sí le puedo decir es que todas las afirmaciones que se hacen en el documental fueron interrogantes hechos por mi a la vida de Manuel y están comprobadas judicialmente las respuestas. Es decir que fueron ciertas. Hay testimonios demostrativos del cerco militar y político que le montaron a Manuel antes de matarlo. Él ya sabía que lo iban a Matar, el mismo Iván cuenta todas las veces que le pidió a su papá que se fuera del país. 

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El agua venía sucia desde el gobierno Santos. Eran funcionarios vergonzantes frente al exterminio y querían que esa expresión desapareciera.

SEMANA: ¿Ha intentado algún acercamiento con este gobierno para que se pueda hacer el lanzamiento del documental?

L.D.: No me pasan al teléfono. Eso es una cueva donde no entra nadie. No sé siquiera quién es el director actual de Señal Colombia. Si en el gobierno de Santos ya me querían censurar, no soy ingenuo, en el gobierno de Duque será peor. Si en la época de Santos que hizo el acuerdo de paz y reconoció  que el Estado tenía la culpa del genocidio de la UP no se pudo transmitir el documental, imaginénse ahora.

SEMANA:  ¿Cómo fueron los actos de censura?

L.D.: Ya en la época de Santos, la interlocutora de RTVC me pedían con mucha discreción no incluir en el documental expresiones como “exterminio de la UP” o “genocidio de la UP”. Yo por supuesto me rehusé y les dije que no porque es justamente lo que reconoce la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que la UP fue sometida a un exterminio sistemático. Aceptaron desganadamente que esas expresiones fueran incluidas. El agua venía sucia desde el gobierno Santos. Eran funcionarios vergonzantes frente al exterminio y querían que esa expresión desapareciera. 

SEMANA: ¿Quién le pedía que quitara esas expresiones?

L.D.: La asistente de RTVC, una chica muy joven que no sabía quién era Manuel y me decía con una tranquilidad “le mandan a decir de RTVC que si se puede quitar genocidio y exterminio”. Yo fui a RTVC a preguntar quién daba esa orden y me decían “el doctor Rafael Blanco, de presidencia de la República…En lo que tiene que ver con RTVC ya sabes las censuras, el despido de personal y echadas como la de Santiago Rivas que lo sacaron solo por manifestar una opinión independiente. 

SEMANA: Ahora que usted habla de exterminio de la UP hace años, también se habla del exterminio de líderes sociales. ¿Considera que la historia se está repitiendo?

L.D.: El asesinato de líderes sociales me horroriza. Lo veo excesiva y peligrosamente parecido a cuando comenzaron a asesinar dirigentes políticos de la UP en el 84 o 85. Todos los días había la muerte de un concejal, de un personero, de un alcalde. Después esa oleada de criminalidad fue subiendo a las ciudades. Empezaron a asesinar a gobernadores, luego congresistas, a periodistas y finalmente candidatos presidenciales. Paradójicamente ese documental parece un deja vú de lo que estamos viviendo ahora. 

SEMANA: ¿Qué puede sorprender de la vida de Manuel en este documental?

L.D.: Manuel era más poeta que dirigente. Su literatura era vanguardista, experimental, inspirada en poetas como César Vallejo, más que en Neruda. En cuanto a su pintura, con este documental se puede conocer casi la totalidad de la obra pictórica: pintó en  acuarela y al óleo. Representaba escenas populares de mercado público. Como vivía cerca de Corabastos, era muy sensible a todo ese desfile de carretilleros y zorreros que llevaban y traían mercados. Y en la escultura Manuel era más propenso a lo clásico. Tiene varias inspiradas en la leyenda del arca de Noé. Accedí a esa obra que está muy bien conservada por los hijos de Manuel, Iván y María.  

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SEMANA: ¿Y en cuanto a lo político?

L.D.: Se reconstruye la trayectoria de Manuel desde que era un dirigente estudiantil en la Universidad. Se pueden ver momentos como cuando ganó un concurso de oratorio cuando era estudiante de derecho. Y su trayectoria como agitador de muchedumbres, como escritor público, como senador y como miembro de la dirección del Partido Comunista y de la UP hasta el día de su asesinato. También se puede ver su época de juventud en Popayán, su relación con un circulo cultural al que pertenecían intelectuales como Álvaro Pio Valencia (hermano de Guillermo León Valencia, presidente de la República, con la diferencia que Álvaro era comunista y era un hombre del mundo académico) y artistas como Edgar Negret.  

Cuando estoy con los vulnerables ni quiero ni puedo ser Imparcial. Y además no creo en la imparcialidad.

SEMANA: ¿Qué testimonios encontramos en el documental?

L.D.: Hay una serie de testimonios de amigos y compañeros de la política de Manuel. sus compañeros del Periódico Voz como Carlos Lozano, José Llanos y Alberto Acevedo. También está Alirio Uribe, el abogado de Manuel Cepeda, mientras fue senador, y por supuesto la voz de sus hijos, Manuel y María. 

EMANA: ¿Por qué los colombianos deberían ver ese documental?

L.D: Mostrarle a los colombianos ese documental es un acto de profilaxis con la memoria, de reconocimiento, de identificar las coincidencias que se dieron en ese momento con los asesinatos sistemáticos que se dan hoy en Colombia.