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El 62 por ciento de la coca está sembrada en el 5 por ciento del país

Ocho municipios de Cauca, Nariño, Valle, Antioquia y Bolívar presentan la mayor densidad de siembra por kilómetro cuadrado. Naciones Unidas alerta por una tendencia a la concentración y tecnificación: la producción de cocaína se elevó un 5.9 por ciento. Radiografía.

5 de agosto de 2019
| Foto: Archivo SEMANA.

Tres días después de que el presidente Iván Duque confirmó que los cultivos ilícitos tocaron techo en Colombia, se conocen detalles del Sistema Integrado de Monitoreo que las Naciones Unidas le entregó al gobierno como base de la política en la lucha contra las drogas. 

Este lunes, durante una rueda de prensa en el Ministerio de Justicia, la jefa de la cartera, Margarita Cabello y el representante de la UNODC, Pierre Lapaque, revelaron detalles del último informe con corte al 31 de diciembre de 2018 que retrata cómo se comportó el fenómeno de los cultivos ilícitos el año pasado. 

La producción potencial de clorhidrato de cocaína pura en Colombia alcanzó los 1.120 tm en 2018.

A primera vista hay cuatro datos claves que destacar: 1) De 171.000 hectáreas sembradas el país pasó a tener 169.000. 2) Aunque la disminución es apenas de 2.000 hectáreas se logró detener la tendencia al alza y hay una estabilización. 3) Las zonas de manejo especial son las más afectadas por la presencia de coca. 4) Aunque la siembra se estancó, la producción potencial de cocaína mostró una tendencia al alza con 5,9 puntos porcentuales.

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"Los territorios afectados por cultivos ilícitos en 2018 llegaron a 141.125 kilómetros cuadrados, esto representa el 63 por ciento del territorio afectado por coca en los últimos diez años. La reducción del territorio afectado contrasta con el incremento de área sembrada en los últimos cinco años", detalla el informe de 113 páginas. 

Así las cosas, hay que decir que en Colombia los niveles de concentración de coca son altos pero en menos territorios. De acuerdo con lo que los observadores han podido analizar, hay un efecto balance. Es decir, el número de áreas sembradas se incrementa en algunos territorios, pero se reduce en otros. 

Al menos nueve departamentos muestran esa tendencia. En Nariño, Putumayo, Meta, Chocó y Amazonas, se logró una reducción de más de 11.000 hectáreas. Sin embargo, en Norte de Santander, Bolívar y Cauca, hubo un incremento de 9.000 hectáreas concentradas. 

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La coca está afincada en los territorios históricamente afectados. "Se calcula que el 17 por ciento de los municipios de Colombia registraron presencia de cultivos de coca", agrega el documento. Bajo esa lógica, 82 por ciento de los sembríos identificados permanecen en zonas ya reportadas en donde siempre se ha sabido que hay coca.  

¿Dónde está la coca?

De acuerdo con el informe presentado por la UNODC, el 47 por ciento de la coca que inunda los campos del país se encuentra en zonas de manejo especial. Es decir: Parques Nacionales, Resguardos Indígenas y Consejos Comunitarios. La presencia de cultivos en estos territorios pasó del 44 por ciento en 2006 al 65 por ciento en 2010 y se contrajo al 47 por ciento en 2018. 

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Ahora bien, prácticamente el 5 por ciento del territorio concentra el 62 por ciento del problema. Los nucleos de mayor densidad de siembra por kilómetro cuadrado están ubicados en: El Tambo, Argelia (Cauca); El Charco, cuenca alta del río Telembí (Nariño); Anchicayá (Valle del Cauca); Tarazá, Valdivia (Antioquia) y San Pablo (Bolívar). 

Este fenómeno de concentración se debe a cuatro factores: 1) al menos 73 por ciento de lotes ubicados en estos municipios está en edades de mayor productividad. 2) Mejoraron las condiciones de asistencia técnica. 3) Los tipos de plantas o semillas que se usan permiten tener mayor producción. 4) En la mayoría de sembríos se aplican prácticas agroculturales de fertilización, control de malezas y plagas. 

82 por ciento de los sembríos identificados permanecen en zonas ya reportadas en donde siempre se ha sabido que hay coca.

De las 169.000 hectáreas sembradas que hay en el país, 14 están en la Sierra Nevada, 228 en la Amazonía, 557 en la Orinoquía, 7.285 entre Meta y Guaviare, 38.170 en Putumayo y Caquetá, 60.319 en el centro del país y 62.446 en la región pacífico. 

A la fecha, aunque el 37 por ciento del territorio ha permanecido sin cultivos de coca por tres años, Caldas es el único departamento donde no solo se dejó de registrar el cultivo de coca sino donde se crearon condiciones propicias para la legalidad. Esa circunstancia fue la que llevó a que hace unas semanas fuera declarado: "territorio libre de cultivos de coca". 

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"Hay que atacar la amenaza, pero también hay que reducir las posibilidades de retorno que tienen las comunidades. Se les debe ofrecer una alternativa", dijo durante su intervención Lapaque. El reto al que se enfrenta el gobierno del presidente Duque, cuando se cumple un año de su mandato, compromete a 22 departamentos que registran un número de áreas sembradas. 

A su favor tiene, sin embargo, que en Arauca, Vaupés, Guainía, Cesar, Santander, Boyacá, Magdalena y La Guajira se puede dar un salto rápidamente si se aprovechan las condiciones que actualmente enfrentan estos departamentos que tienen menos de 100 hectáreas sembradas. 

El mercado de la coca

Más de la mitad de los cultivadores venden en sus fincas la hoja de coca que produce; esta proporción viene incrementándose, principalmente, debido a incentivos asociados al precio de la hoja. 

En 2018 la producción potencial de clorhidrato de cocaína aumentó el 5,9 por ciento con respecto al 2017: según cuentas de Naciones Unidas, esta capacidad de producción fue de 1.120 toneladas en 2018 frente a las 1.058 toneladas del año inmediatamente anterior. Esas cuentas permiten inferir que 1 hectárea productiva durante un año tendría una producción potencial de entre 8,2 y 9,6 kilogramos de base de cocaína. 

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Pese a que la producción aumentó, los ingresos de los cultivadores siguen siendo bajo. Aunque el valor depende de la región, la demanda, y las condiciones de los territorios, se calcula más o menos que entre 859.000 para hoja están recibiendo los cultivadores. 

"La red de actores involucrados en el proceso hace que solo los cultivadores de coca dependan económicamente de la actividad ilegal, por lo que la sostenibilidad de las intervenciones va más allá de las fincas productoras de coca: solo el 19 por ciento de las grillas intervenidas en 2018 quedaron sin coca", precisa el SIMCI. 

A lo largo del 2018, se incautaron alrededor de 414.505 kilogramos de cocaína, se destruyeron alrededor de 4.556 laboratorios y se erradicaron de manera forzosa 59.978 hectáreas.