NACIÓN

Silla vacía: el encuentro de Duque con los indígenas que nunca se dio

El presidente estuvo en Caldono y no logró ponerse de acuerdo con la minga para sentarse a dialogar y protocolizar los acuerdos a los que habían llegado previamente.

9 de abril de 2019
Duque llegó hacia las 10 de la mañana a Caldono en medios enormes tensiones | Foto: Esteban Vega

Parecía increíble que estando a tan pocos metros de distancia y en el mismo pueblo, el presidente Iván Duque no lograra sentarse con los indígenas para el encuentro que tanto se había planeado.

Duque llegó hacia las diez de la mañana en medio de enormes tensiones. El presidente se bajó del helicóptero y con él, el rumor de un supuesto atentado terrorista que había denunciado el fiscal general.

Ese precedente tensionó los ánimos. En la minga insistían en que la denuncia de la Fiscalía era un montaje. Durante tres horas en Caldono, Duque insistió en que se reunieran a puerta cerrada en la casa de la cultura, pues no había garantías de seguridad para llevar a cabo un debate en medio de la plaza central. Los líderes indígenas, en cambio, se sentaron a esperar afuera. Querían una conversación de cara al pueblo.

Desde presidencia, sin embargo, insistían en que las condiciones de la plaza no eran óptimas. “Cuando llegamos a la Casa Lúdica no se habían hecho presentes las comunidades. A las 10:20 llegaron cinco delegados. Nos reunimos cinco minutos con ellos”, dijo alguien de la comitiva del jefe de Estado.

Los delegados de la minga insistieron en que los consejeros estaban esperando al presidente en el parque principal para un debate, pero el mandatario les dijo que por seguridad era díficil desarrollar la reunión en espacio abierto.

El argumento de la presidencia también era la seguridad de la población. Miembros de la delegación del jefe de Estado informaron off the record: “Afuera hay un ambiente muy tenso, mucha gente tomada, el presidente mantiene su posición de diálogo”.

Sin embargo, lo que pudo constatar SEMANA es que en el parque principal no se vendía trago, la guardia indígena no permitió que nadie en estado de embriaguez entrara. En la plaza había niños, mamás, ancianos, mingueros.

En el tiempo en que Duque estuvo en Caldono, solo durante cinco minutos hubo diálogo con los miembros de la minga. Los indígenas insistían en que esperarían al mandatario en una carpa que habían acomodado de cara al público.

Pero el tiempo pasó y ni los oficios del procurador general Fernando Carrillo sirvieron para que las partes llegaran a un punto medio. Antes de montarse al helicóptero, el presidente dejó constancia de que había viajado a Caldono con la intención de tener un diálogo franco con las comunidades para poder avanzar en un sano debate de ideas y de argumentos para contestar inquietudes.

Acto seguido vino su reproche: “Lamento profundamente que no se haya valorado el gesto del Estado hoy y se haya rechazado la posibilidad de tener este encuentro, lamento que no se valore la presencia de todas las instituciones y de organismos internaciones para poder avanzar en ese diálogo. El Gobierno nacional tiene claro que seguirá adelante con el plan de desarrollo y con cerrar las brechas sociales, el Gobierno nacional siguen en su práctica de diálogo social con todos los colombianos”.

Los indígenas terminaron muy molestos con el episodio. Justo cuando voló el helicóptero con Duque a bordo, la minga instaló el debate al presidente pero sin el presidente. En la mesa central se quedó vacía la silla que estaba destinada al mandatario. Al lado, los consejeros hacían cara de reproche. Y en frente, cientos de hombres, mujeres y niños esperaban respuestas bajo el rayo de sol. “El presidente nos dejó esperando, no tuvo la capacidad de escuchar al pueblo”, decían micrófono en mano.

Minutos después, el Cric envió un comunicado en el que decían que lo de Duque había sido para ellos una falta de respeto: “El presidente no le cumplió a la minga, pidió reunirse a puerta cerrada con un grupo de autoridades y de voceros. La minga no es un asunto de voceros, es un mandato colectivo”.

Líneas más adelante decía: “La minga suroccidente confió en la palabra del gobierno. Después de 27 días de acciones en derecho sobe la vía panamericana, esta se destapó como voto de confianza para que Iván Duque llegará a dialogar con los mingueros y mingueras, sin embargo el presidente no tuvo la capacidad de escuchar al pueblo”.