NACIÓN

EE. UU. alerta que Cuba y Venezuela son un refugio del Eln y disidentes de Farc

El informe de Departamento de Estado sobre el terrorismo en varios países señala que ambos grupos armados tienen la colaboración de Nicolás Maduro para cometer actividades ilícitas.

25 de junio de 2020
EU alerta que Cuba y Venezuela son un refugio para Eln y disidentes de las Farc

En su informe anual sobre el terrorismo en varios países, el Departamento de Estado de Estados Unidos alerta que Cuba y Venezuela han servido como un refugio que alberga no solo a guerrilleros del Eln sino también a disidentes de las Farc que decidieron apartarse del Acuerdo de Paz.

En el caso de Venezuela, el informe sostiene que, bajo el apoyo de Nicolás Maduro, el Eln hoy tiene presencia en 12 de los 24 estados del país, en particular en Anzoátegui, Amazonas, Apure, Bolívar, Zulia y Táchira.

“Cuba y Venezuela continuaron proporcionando entornos permisivos para los terroristas. En Venezuela hay personas vinculadas a los disidentes de las Farc y el Eln, así como simpatizantes de Hezbolá, que estuvieron presentes en el país”, se lee en el informe.

Asimismo, agrega que, “Nicolás Maduro ha dado la bienvenida abiertamente a los ex líderes de las Farc que anunciaron un regreso a las actividades terroristas”. Cabe recordar que hace pocos meses se conoció que Jesús Santrich, quien se apartó de la implementación del Acuerdo y regresó al monte, estaría viviendo en un edificio residencial en el centro de Caracas. De acuerdo con el documento, disidentes de las Farc estarían colaborando en narcotráfico, tráfico de oro, control de fronteras y el desplazamiento de comunidades indígenas, entre otras cosas.

“Maduro y sus socios usan las actividades criminales para mantenerse de manera ilegítima en el poder, y promueven un ambiente permisivo para conocidos grupos terroristas como el Eln, las disidencias de las Farc y simpatizantes del grupo chií libanés Hezbolá. Las lazos financieros entre el Eln, las Farc y grupos paramilitares venezolanos facilitan la corrupción pública del régimen, y que incluye a las Fuerzas Armadas”, señala el Departamento de Estado. 

De otra parte, el Departamento de Estado asegura que uno de los principales problemas en Colombia es la falta de control por parte del Gobierno prinicpalmente en las fronteras. “Históricamente, estas condiciones han permitido que operen grupos terroristas, en particular los disidentes de las Farc y el Eln. El Acuerdo de Paz entre el Gobierno y las Farc en 2016 condujo a una normalización de las relaciones, y este último entró en la esfera política. Sin embargo, los desafíos actuales para la implementación del acuerdo de paz y los continuos vacíos de seguridad han creado riesgos para la actividad terrorista y ataques contra civiles, fuerzas de seguridad e infraestructura en algunas áreas en 2019”, se lee en el informe.

Esto en contexto por lo ocurrido en enero del año pasado, cuando un grupo de guerrilleros del Eln perpetraron un ataque en la escuela de cadetes en la General Santander donde murieron 22 jóvenes y hubo cientos de heridos.

Un caso que también aparece es el capítulo sobre Cuba cuando el Departamento de Estado afirma que tras el incidente, Colombia pidió la extradición de los líderes del grupo que permanecen en La Habana, pero que fue negada por Cuba tras alegar que su presencia en la isla es parte de los protocolos de un proceso de negociación que se inició con este grupo, pero que fue cancelado por el gobierno del presidente colombiano, Iván Duque.

El Departamento de Estado recuerda que la decisión reciente de incluir a Cuba como un país que “no coopera en la lucha contra el terrorismo”, tras cuatro años por fuera de esta lista negra, está relacionada a la decisión de La Habana de dar refugio a personas responsables de actos de terrorismo, entre ellos los miembros del Eln. “Además de los terroristas del ELN, hubo informes creíbles de que los disidentes de las FARC que abandonaron el proceso de paz en Colombia viajaron a La Habana para buscar el apoyo del régimen”, señala el informe.

Por último, el Departamento concluye que el número de miembros de grupos armados que se desmovilizaron individualmente disminuyó de 635 en 2018 a 414 en 2019. De los 414 miembros, 161 eran menores de edad.