ESCÁNDALO
EE.UU. reconoce a Colombia como uno de los países con más explotación sexual
Pese a que el escándalo de los agentes del Servicio Secreto con prostitutas en Cartagena se ha tratado como un asunto de seguridad nacional para Estados Unidos, ese país ya había reconocido hace un año que en Colombia hay un serio problema de turismo sexual y trata de blancas. Un informe así lo indica.
"Colombia es uno de los países con el mayor número de mujeres y niñas sujetas a la explotación sexual en América Latina, el Caribe, Europa Occidental, Asia, el Medio Oriente y Norteamérica, incluyendo Estados Unidos. También es país de tránsito y destino final para hombres, mujeres y menores de edad sujetos a trabajo forzado".
Así lo indica el informe publicado, en junio 2011, por la Oficina para el Monitoreo y la Lucha contra la Trata de Personas de la Subsecretaría para la Democracia y Asuntos Globales del Departamento de Estado de Estados Unidos. El documento también deja claro que la prostitución y el tráfico de personas en Colombia son problemas que el gobierno estadounidense vincula con el conflicto armado interno y los niveles de pobreza del país.
"Colombia es destino para el turismo sexual infantil de extranjeros, provenientes de Estados Unidos y Europa, particularmente en ciudades costeras como Cartagena y Barranquilla. Los inmigrantes provenientes de Suramérica, África y China transitan Colombia con destino a Estados Unidos y Europa; algunos pueden ser víctimas de trata de personas", precisa el documento, publicado por la Embajada Americana en Colombia, el año pasado.
Las conclusiones del informe están en consonancia con los cuestionamientos que han hecho públicos los medios de comunicación, nacionales y extranjeros, sobre la prostitución y el turismo sexual en Cartagena. Denuncias que han surgido después que un grupo de agentes del Servicio Secreto de Estados Unidos contratara los servicios de mujeres prostitutas en los días previos a la Cumbre de las Américas.
La prostitución puede ser forzada
Ángela Ospina, directora del Centro de Pensamiento sobre Trata de Personas, explica que la prostitución es un factor de riesgo para la trata de personas, y como la legislación colombiana no señala lo primero como delito, entonces es factible que se utilice ese marco de legalidad para esconder la explotación del cuerpo ajeno, que sí es un delito.
"Hay sentencias de la Corte que se refieren a la prostitución como una forma de esclavitud aunque sea en personas adultas, de tal manera que esta práctica ilegal no sólo se refiere a la utilización de niños y adolescentes para sacar provecho de su cuerpo, sino que también puede involucrar a mujeres hechas y derechas que por necesidad se dejan someter a la voluntad de otro", dice la representante de esta organización perteneciente a la Fundación Mariano Ospina Pérez.
La vocera del programa advierte que el turismo es un factor de desarrollo inminente, pero las autoridades deben considerar las variables riesgosas que se asocian a este negocio. Argumenta que las condiciones de pobreza, inequidad de género y poco acceso a la educación potencian los dos males –prostitución y trata de personas-. Por eso, la condición de vulnerabilidad, y la práctica en la realidad, no se puede reducir a la costa colombiana, sino a todo el país.
"El alcalde de Cartagena ha salido iracundo a reclamar por el desprestigio a la ciudad generado por el escándalo de los agentes estadounidenses, pero no se puede tapar el sol con un dedo. Es posible atribuir a todo esto una carga moral, y está bien, pero también hay que reconocer que el problema obedece a problemas estructurales de nuestra sociedad", destaca Ospina.
La especialista denuncia también que en Colombia no hay estadísticas que contabilicen la incidencia de la prostitución, en sus distintas escalas y modalidades. Entonces, si no hay cuentas tampoco hay políticas públicas. Y eso hace invisible el problema hasta que estalla alguna situación de interés público, como esta relacionada con la Cumbre de las Américas.
Por su parte, Mónica Roa, directora del programa Womens’s Linkworldwide, una ong que lucha por la igualdad de género, se refiere al asunto de los agentes secretos como "una oportunidad para que el gobierno de Estados Unidos se involucre en el problema y contribuya a descubrir las mafias que funcionan alrededor del negocio de la prostitución y la trata de personas en Colombia".