Ejército le responde a la familia de Juan Fernando Quintero por la desaparición de su padre

Apenas el presidente Iván Duque dio a conocer la noticia de la llegada del general Eduardo Zapateiro como nuevo comandante del Ejército, en reemplazo de Nicacio Martínez, los familiares de Juan Fernando Quintero, el jugador de la Selección Colombia y astro del River Plate de Argentina, mostraron su rechazo a dicha designación.

Señalaron que el alto oficial debe responder por la desaparición del padre del futbolista, Jaime Enrique Quintero Cano, en hechos ocurridos cuando él prestaba servicio militar, a mediados de los años 90.

"Él debe darnos razón de qué hizo con mi hermano o qué lo mandó a hacer. Él era el capitán de instrucción, es decir, dio la orden del supuesto cambio con el que nunca volvimos a saber de mi hermano, Jaime Enrique Quintero Cano", dijo Silvia Quintero, tía del jugador, en entrevista con Blu Radio.

El Ejército, a través de un comunicado de prensa emitido en las últimas horas, respondió y afirmó que "no existe prueba alguna de la responsabilidad" de Zapateiro en "la presunta desparición del señor Jaime Enrique Quintero Cano", "ni por acción ni por omisión".

Al respecto, el Ejército señala que en ese sentido ya hubo investigaciones realizadas por el Tribunal Administrativo de Antioquia y la Procuraduría Delegada para la Defensa de los Derechos Humanos.

En el comunicado, la institución expresó que lamenta lo que sucedió el 1 de marzo de 1995, cuando Quintero fue trasladado de la IV Brigada en Medellín a la sede de la Brigada XVII en el municipio de Carepa, Antioquia, que en ese momento estaba a cargo de Zapateiro. "Lamentamos profundamente el hecho victimizante sufrido por la familia Quintero Cano, el cual deja en evidencia el actuar de grupos ilegales en esa zona, y que condujo a la desaparición del señor Quintero".

La familia del futbolista ha dicho que en ese entonces el capitan Zapateiro ordenó que Quintero padre volviera a Medellín por supuesto mal comportamiento y a partir de esta determinación no se supo nada más de él. Por este motivo, Juan Fernando, que tenía dos años, creció huérfano y debió ser criado por su madre y sus abuelos.