Iván Zuleta es uno de los acordeoneros más talentosos del país. De hecho, durante 10 años acompañó a Diomedes Díaz, uno de los referentes de la música vallenata. Por eso, cada nota suya hace vibrar a miles de seguidores.
Hoy, sin embargo, ha provocado unas emociones distintas a los aplausos. Las voces en su contra corren por las redes sociales desde que él mismo colgó en las redes sociales un video en el que aparece su hijo, menor de edad, en lo que aparenta ser un juego para recibir instrucción militar.
El apellido Zuleta simboliza lo mejor de una de los géneros musicales del país. Iván Zuleta lo sabe tal como lo reconoció recientemente en una entrevista: “La vida mía ha girado alrededor de la música vallenata. Tenemos 100 años de trayectoria musical ya que el papá de mi abuelo era músico. Mi abuelo Emiliano es el autor de ‘La Gota Fría’; están mis tíos Poncho y Emiliano Zuleta, una de las agrupaciones más prestigiosas de la música vallenata. De manera que esta música representa el motor de mi vida. Vivo, respiro y transpiro la música vallenata”.
Por eso mismo la repercusión del video ha tenido un impacto enorme. No es, sin embargo, la primera vez que un artista ligado al vallenato provoca una reacción nacional por temas relacionados con la milicia.
Así, por ejemplo, el cantante Silvestre Dangond usó un camuflado para la portada de uno sus álbumes. La imagen causó el análisis de varios autores, entre ellos, el periodista Alberto Salcedo, quien escribió un extenso artículo en la revista SOHO en la que dijo: “Siempre me ha intrigado que Dangond se vea a sí mismo como un guerrero ajusticiador. En la portada del CD que presentó recientemente aparece retratado como un Rambo del trópico: gafas militares, ropa camuflada, fusil de asalto, canana atravesada en el pecho, rostro de gánster. El título del álbum nos permite atar ciertos cabos: La novena batalla. Con razón tanto alboroto, tanta rabia. Por fin venimos a confirmar que cada trabajo musical suyo es una guerra. Ya lo dije: a ratos, en la tarima, Dangond tiene más vínculos con Chuck Norris que con Alejo Durán: no canta, dispara. Dispara insultos, gritos, frases de mal gusto, versos estúpidos, gestos corporales excesivos como los de un atleta pasado de doping.”