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Crimen

El de Aguadas

Al congresista Óscar González lo mataron por razones políticas. Su muerte dejó al descubierto que 'Ernesto Báez', vocero de las AUC en Ralito, es el dueño y señor de Aguadas, Caldas.

27 de marzo de 2005

El asesinato del congresista Óscar González Grisales el pasado 18 de marzo, dentro de su sede política en Manizales, tiene todos los visos de ser un crimen político. Un hombre bien vestido acompañado de dos jóvenes armados ingresaron de forma violenta a su oficina y le dispararon en repetidas ocasiones. No habían transcurrido 24 horas cuando en un abierto desafío a las autoridades Iván Roberto Duque, conocido en el paramilitarismo como 'Ernesto Báez', acusó públicamente del crimen al alcalde de Aguadas, Óscar Diego Trujillo Sánchez; "Yo mismo haría justicia, pero estamos en un proceso de paz. Estamos comprometidos con el gobierno en un cese del fuego... de no ser así, yo mismo le pasaría la cuenta de cobro al alcalde".

Frente a semejante amenaza al alcalde no le quedó otra alternativa que esconderse y pedirle protección al gobierno. "Yo soy inocente", fue lo primero que dijo en su versión libre ante la Fiscalía. El miedo de Trujillo Sánchez es el mismo que se ha apoderado de los caldenses que en el último año vienen sufriendo una ola de crímenes en torno a la vida política de la región.

Una persona cercana al parlamentario asesinado le aseguró a SEMANA que el miedo no sólo es de los aguadeños sino de los pobladores del municipio La Merced en donde no se mueve nadie sin el consentimiento de 'Ernesto Báez'. " Todo político que quiera hacer algo por estos dos pueblos tiene que contar con el visto bueno de 'Báez' y de 'Los Cocholos', narcotraficantes que tuvieron una fuerte alianza con el paramilitarismo y se mueven en época electoral comprando a 50.000 pesos el voto".

Esta estrecha relación del paramilitar con los políticos quedó al descubierto con las declaraciones de 'Báez' al periódico La Patria: "Yo, Iván Roberto Duque, en parte soy culpable, porque le debí haber dicho al doctor Óscar que recurriera a unos sistemas de seguridad mucho más serios y rigurosos. Desafortunadamente no lo hice, porque nunca creí que el alcalde y los enemigos de Óscar González fueran a dar este paso. Ellos sabían que la organización mía era completamente enemiga de que algo le pasara y no creí que fueran a hacerlo, pasando por encima de mí".

Y es que al parecer, es así. Nadie en la zona puede pasar por encima de las órdenes que da el paramilitar. Según la misma fuente que habló con esta revista y que prefirió el anonimato, Luz Idalba Duque, hermana del paramilitar, es la rectora del colegio más importante de Aguadas, y su esposo, el ex alcalde Iván Darío Gómez Estrada, es el jefe conservador de la zona. También dijo que el vocero de las autodefensas posee las mejores tierras de la región.

El analista Mauricio Romero, amplio conocedor del recorrido de las autodefensas en los últimos 20 años, le dijo a la agencia de noticias Colprensa que Iván Roberto Duque es el amo y árbitro de la región. "Báez' es de Caldas y posiblemente está tratando de debilitar a un rival político(...) y tal vez esa red política a la que pertenece el mandatario de Aguadas difiere de su organización, para luego él lanzarse a la Cámara de Representantes. El problema es que 'Báez' no se ha desarmado totalmente y probablemente puede ejercer presión armada frente a otros políticos regionales. Eso es inaceptable".

Pero 'Báez' no se mueve solo. El contubernio que tiene con algunos líderes y gamonales de la politiquería es conocido en Caldas pero, al parecer, ignorado por el gobierno central. Por algo, La Patria viene insistiéndole al gobierno en sus editoriales que debe comprometerse a establecer de inmediato la verdad y ahondar en responsabilidades particulares sin favorecimiento ni consideraciones de ninguna clase. "La dirigencia del politiqueo de directorios está señalada con dedo acusador de tiempo atrás. No pocos son los crímenes que se atribuyen a la intolerancia de ideología y al ánimo de acallar voces libres". La Patria tiene todo el derecho a reclamar. La voz de su jefe de redacción, Orlando Sierra, fue acallada por sicarios el 30 de enero de 2002.

Por algo, los responsables de su muerte no han podido ser señalados con dedo acusador y es de esperar que el crimen del congresista Óscar González no llegue también a hacer parte del larguísimo expediente que encierra la triste historia de impunidad en Caldas. Es una cadena difícil de romper mientras continúe la alianza entre paramilitares y políticos que ha quedado en evidencia en sus encuentros cercanos en plena campaña preelectoral para escoger alcaldes. Y es de esperar que los más fuertes y reconocidos líderes políticos de Caldas se pronuncien y reclamen claridad sobre lo que está ocurriendo en su tierra.

Hasta ahora, no se sabe qué piensa del crimen la congresista conservadora de Aguadas, Dilia Estrada. Mientras el representante Dixon Tapasco, quien compartiría la lista a la Cámara con el asesinado Óscar González, asegura que está también amenazado. Su padre, Ferney Tapasco, miembro del directorio liberal de Caldas, es la voz cantante de su jefe liberal Víctor Renán Barco, quien solo atinó a decir: "La acusación del líder paramilitar me dejó anonadado".