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La llegada de dos operadores, la compra de 309 buses nuevos y la puesta en marcha de vehículos eléctricos, marcarán el punto de quiebre para empujar al MIO, el sistema de transporte masivo de los caleños. | Foto: Luis Ángel Murcia / Semana

MOVILIDAD

¿El año definitivo para el MIO en Cali?

La llegada de dos operadores, la compra de 309 buses nuevos y la puesta en marcha de vehículos eléctricos, marcarán el punto de quiebre para empujar al sistema de transporte masivo de los caleños, que viene ´quemando aceite´ desde hace una década cuando empezó a funcionar.

25 de febrero de 2019

Los Sistemas de Transporte Masivo, STM que funcionan desde hace varios años en algunas de las principales capitales del país y que llegaron como la solución a los problemas de movilidad, se convirtieron en los mayores dolores de cabeza tanto para el gobierno nacional, como las administraciones locales.

El desequilibrio financiero, la falta de pasajeros en algunos casos, el paralelismo de los viejos buses, el mototaxismo, el déficit de buses articulados y la demora en las obras de infraestructura, convirtieron esos novedosos sistemas en blanco de críticas y burlas.

De ahí que hasta hace poco en varias ciudades del país era habitual padecer los monumentales trancones por cuenta de las protestas contra las deficiencias en el servicio. De esa cruda realidad no se libraron ni desde el Transmilenio en Bogotá; pasando por el Metroplús en Medellín; Metrolínea en Bucaramanga; Transmetro en Barranquilla; Transcaribe en Cartagena; Megabús en Pereira y mucho menos el MIO (Masivo Integrado de Occidente) en Cali.

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El tema tocó fondo y en 2015 el Gobierno Nacional lanzó un salvavidas a esos STM al permitir la creación de un Fondo de Estabilización y Subsidio a la Demanda, a través de los artículos 31 al 34 de la Ley 1753 de 2015, osea en el Plan de Desarrollo.

Dicho en palabras sencillas, ese fondo es una ´alcancía´ en la que el Gobierno Central junto a las alcaldías ahorran recursos públicos para subsidiar las tarifas que pagan los usuarios, ya que en actualidad lo que se cobra por el pasaje solo alcanza para cubrir un poco más de la mitad de los gastos de operación de esos sistemas.

Y en medio de esos nubarrones el MIO podría convertirse este año en ejemplo de superación para los STM en todo el país, porque a partir del próximo semestre sucederán tres cambios vitales que podrían darle el empujón que necesita para salir de la crisis: llegarán dos nuevos operadores, aumentará su flota de buses y pondrá a prueba los beneficios de contar con vehículos eléctricos.

Y tanta expectativa alrededor de esos anuncios no es gratuita, ya que la crisis del MIO ha sido de las más polémicas y viscerales. Ese sistema es para los caleños un ícono emblemático que protegen y critican sin piedad, no solo por ser una obra motivo de orgullo, sino porque se puso a rodar en 2009 pese a que el proyecto casi naufraga en medio de escándalos de corrupción. El MIO terminó costando un poco más del doble de lo presupuestado; casi dos billones de pesos.

Además, los retrasos en las obras hicieron que el sistema se desfinanciara en un poco más de cien mil millones de pesos, lo que terminó en una demanda de los cuatro operadores en la que reclamaban daños y perjuicios por 550.000 millones de pesos. Por fortuna todos llegaron a un acuerdo que se oficializó antes de culminar 2018.

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El MIO de Cali ha pasado por traumáticas huelgas que paralizaron la ciudad; también hay que recordar el penoso escándalo cuando se reveló que uno de los narcotraficantes más temidos de la región, se coló en el sistema y era accionista. Se trata del capo Jair Sánchez Hernández, alias ´Mueble Fino´, quien resultó ser el dueño del 27 por ciento de las acciones de uno de los cuatro operadores del MIO.

En las cuentas de Nicolás Orejuela, gerente de Metrocali, a partir del próximo semestre el MIO tendrá 309 nuevos buses, de los cuales 92 serán eléctricos.

Ahora parecen soplar nuevos vientos y el timonel de esos cambios es Nicolás Orejuela, gerente de Metrocali, la entidad pública que articula el funcionamiento del MIO. En las cuentas de Orejuela, a partir del próximo semestre tendrán 309 nuevos buses, de los cuales 92 serán eléctricos, “damos inicio al proceso de modernización que nuestro sistema debe completar en los próximos años, para poner su flota de buses a tono con la tendencia mundial”, explicó el gerente de Metrocali.

La llegada de esa nueva flota de buses es la cereza del asunto, ya que consiste en un proceso licitatorio que involucra el arribo de dos nuevos operadores que se sumarán a los ya existentes (Blanco y Negro, GIT Masivo, ETM y Unimetro). Es decir, que el MIO pasará de tener cuatro a seis operadores.

Sumado a ello, esa licitación que será a 12.5 años, moverá cerca de un billón de pesos entre el costo de la flota de buses y el valor de la operación; por esa razón desde Metrocali pidieron el acompañamiento preventivo de todos los órganos de control, “es importante mencionar que durante el proceso se pueden presentar múltiples tensiones entre los interesados que apuestan por una u otra tecnología (Diésel o Eléctricos), tal como ocurrió en Bogotá (…)”, explicó Orejuela.

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El promedio actual de la flota de buses disponibles en el MIO es de 650 buses, que mueven cerca de 480.000 pasajeros diarios; la meta inicial proyectada fue de un millón de viajeros, pero “estimamos que en mayo tendremos 800 buses circulando; en sus diez años de operación el MIO nunca ha tenido esa cantidad de flota activa”, argumentó un asesor de Metrocali, quien pidió omitir su nombre porque no está autorizado para dar declaraciones ante los medios

Ese asesor fue mucho más allá y aseguró que para octubre próximo el MIO superará los mil buses circulando “y en diciembre de 2019, cuando termina el gobierno Armitage, dejaremos en circulación 1.145 buses que incluye la mayor flota eléctrica de Colombia y tercera en América Latina, después de Chile y México”.

Si todo sale como está previsto y no aparecen tropiezos de última hora, el Sistema de Transporte Masivo de Cali podría convertirse en el modelo de un proyecto de movilidad que parecía estancado en el país.