LA PAZ
El aporte de la Corriente de Renovación Socialista a la Constitución
La CRS fue una organización donde confluyeron hombres y mujeres con una diversidad de vínculos comunitarios y políticos, que abandonaron la lucha armada para abrazar un orden constitucional democrático.
A comienzos de los noventa, el debate sobre el agotamiento de la vía armada para transformar la sociedad llegó a todas las guerrillas colombianas y a sus aliados políticos. De esta situación no fue una excepción el ELN, la guerrilla con mayor capacidad militar en los años 80, que había proyectado igualmente una acción de movilización y disputa política abierta desde una organización que fue activa en esos años: A Luchar. Ambas organizaciones, una con las armas en la mano, el ELN, y la otra promoviendo la movilización de miles de campesinos, pobladores, estudiantes y obreros, sufrieron el remezón de repensar sus estrategias, donde la articulación de tomarse el poder combinando acción armada y movilización fueron puestas en entredicho sobre su viabilidad.
Cuando se abre la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente a elegirse por voto directo en diciembre del 90, en el ELN se debate esta situación y es tal la tensión que se vive internamente que en su máxima conducción no hay posibilidad de tomar una decisión y se opta por la “peculiar” formulación de dejar en libertad a la militancia de participar o no, cosa inaudita en una organización, que pretendía ser orientadora de un gran proceso de transformación y que ante un hecho de tanta transcendencia opta por un sí pero no.
Es en este marco donde surge al interior del ELN un debate político sobre el sentido de la acción armada y las posibilidades de continuar por este camino para transformar de manera propositiva e incluyente a la sociedad colombiana. De este debate, que se dio muy parcialmente en el ELN del año 1990, surge la Corriente de Renovación Socialista (CRS), organización que ya desprendida del ELN se sumó al ciclo de negociaciones políticas que inicio el M-19 y secundaron el EPL y el Partido Comunista M-L, el PRT y el Movimiento Quintin Lame, todas organizaciones que se hicieron participes del proceso y tuvieron representantes en la Asamblea Nacional Constituyente que sesionó entre febrero y julio del año 1991.
En el caso particular de la CRS, una parte de quienes luego se integraron a ella participó desde el movimiento político A Luchar en la lista encabezada por Alfredo Vásquez Carrizosa quien junto a la dirigente Comunista y de la Unión Patriótica Aida Abella, fueron constituyentes y firmantes de la Constitución Nacional promulgada el 4 de julio de 1991.
La CRS fue una organización donde confluyeron hombres y mujeres con una diversidad de vínculos comunitarios y políticos que en un momento creyeron que lo mejor para Colombia era una posible transformación liderada por las armas, con las comunidades organizadas y buscando un nuevo poder. En esa idea dejaron de creer para sumarse a construir un orden de democracia y pluralismo regido por la Constitución Nacional, una Constitución que luego de 20 años sigue sin parecerse al país real. No han desaparecido las inequidades, bárbaros con armas haciendo política, corruptos en la administración pública, etc. Pero el país sigue bregando por superar todos estos males: hay instituciones y liderazgos que han resistido al desmonte de esta precaria pero por momentos vital democracia, que en su acción contra la parapolítica, los poderes mafiosos, la corrupción y la grave violación a los derechos humanos da señales de que sí hay quienes se toman en serio los mandatos constitucionales del 91.
Los hombres y mujeres de una naciente CRS que hace 20 años se animaron a participar del proceso constituyente hoy siguen activos, unos desde la política; tanto en el Partido Verde y el Polo Democrático, como en la acción de la Corporación Nuevo Arco Iris, son un testimonio vivo de que hay un país por desarrollar y una democracia por fortalecer.
* Luis Eduardo Celis es asesor de la Corporación Nuevo Arco Iris