EL ATENTADO A IRAGORI

Aurelio Iragorri habìa advertido insistentemente sobre el peligro de hacer este año otra campaña para el Congreso...

María Isabel Rueda
4 de noviembre de 1991

EL 30 DE SEPTIEMBRE EL PAIS SE ESTREMECIO con la noticia del atentado contra el presidente del Congreso y candidato al Senado, Aurelio Iragorri Hormaza. El salió ileso pero murieron siete de su comitivas. Si éste hubiera sido el ùnico atentado político de la actual campaña electoral, ya de por sí sería suficiente motivo de alarma para que el Gobierno estuviera desvelado por la situación de orden pùblico. Al fin y al cabo intentaron matar a la cabeza del poder legislativo colombiano, equivalente al Presidente de la Repùblica en la segunda de las tres ramas del poder pùblico.
Pero lejos de ser el ùnico atentado, es más bien el más reciente de una cadena. En agosto 26 dispararon contra el ex congresista y actual candidato al Senado, Tiberio Villarreal, y mataron a su esposa y a tres guardaespaldas.
El 20 de septiembre secuestraron en el Cauca al candidato a representante Juan José Chaux Mosquera.
El 22 de septiembre secuestraron en Mocoa a los dirigentes liberales Jairo Viveros y José Camilo Arteaga.
El 26 de septiembre fue abaleado el candidato a la Cámara Rodrigo Ahumada, en Santa Marta.
El 28 de septiembre fue secuestrado el aspirante a representante Hernado José Díaz, en Norte de Santander.
Y, cuando escribo estas líneas la noticia es el atentado contra el hijo de Fuad Char, aspirante al Senado.
Pero el atentado contra el Presidente del Congreso tiene un agravante: fue Aurelio Iragorri uno de los más virulentos opositores a la revocatoria del mandato del Congreso, y para ello esgrimió un argumento que se le devolvió como