Nación
El aterrador relato de una anestesióloga atacada a mordiscos, al parecer, por su expareja sentimental, otro anestesiólogo
Tras el ataque, la Policía le dijo a la víctima que era mejor no denunciar para evitar procesos y antecedentes.
En la madrugada del pasado 30 de septiembre, una anestesióloga en Bogotá terminó víctima de un brutal ataque. La intentaron estrangular, la golpearon y hasta la mordieron de forma aterradora. El presunto agresor, de acuerdo con la denuncia en poder de SEMANA, sería un reconocido anestesiólogo, colega de la víctima y quien hasta ese día era su pareja sentimental.
Revela la víctima que luego de compartir con algunos amigos en el sector de Galerías, se desplazaron a un apartamento en el norte de la ciudad y tras unos minutos, el hombre se tornó violento. Primero, agresiones verbales, luego físicas. El detonante fue pedirle salir del apartamento, que era de la víctima.
“Yo salí de la habitación y la siguiente imagen que tengo es que él me estaba agarrando del cuello, asfixiarme y como haciéndome una llave y así fue que me empujó al sofá; yo me golpeo la cabeza, le pedí que me soltara, que parara y cuando me di cuenta me tenía agarrada del cuello, de cabeza contra el piso y yo no podía respirar. Yo no sé cómo saqué fuerza y logré empujarlo para separarlo de mí y yo le pedí todo el tiempo que ya no más, pero volvió y se me lanzó otra vez y me agarró del cuello y a empujones me llevó hasta la habitación y me tiró sobre la cama, como inmovilizando”, señala la víctima en su denuncia.
Las agresiones aumentaron en frecuencia y contundencia. La víctima cuenta cómo, su entonces pareja, se lanzó encima y la ahorcaba con sus propias manos mientras ella intentaba, con rasguños y golpes, salvarse del ataque. Solo fue hasta que en un descuido logró morderle un labio con tanta fuerza que pudo escapar por varios minutos de la agresión.
“Me pude parar al baño a limpiarme la sangre e intenté llamar a la tía de él y nadie me contestó y también intenté llamar a otros dos amigos; yo salí de la habitación y él estaba sentado en la sala como abrumado y me dijo: mira lo que me hiciste, entonces ahora yo te voy a hacer lo mismo. Entonces me agarró muy fuerte del cuello, que me desplomé y al tratar de moverme volvió atacarme. Me agarró del pelo y del cuello, otra vez sentí que me estaba muriendo porque se me fueron las luces y me arrastró al cuarto”, advierte la denuncia.
Nuevamente en la habitación, la mujer quedó sometida a los golpes y la venganza que el presunto agresor prometió, que era devolverle el mordisco con el que ella se liberó del ataque. El hombre intentó morderle la boca, ella giró y el mordisco terminó en una mejilla, luego en la mano con una terrible marca, que tres meses después no sana.
“Ahí me inmovilizó con las piernas y los brazos. Me dijo que me iba a hacer lo mismo, entonces trató de morderme el labio superior, pero volteo la cara, entonces me mordió la mejilla derecha. Entonces yo metí la mano para que no me mordiera la cara, me mordió la mano… Nuevamente, me agarró del cuello y ya me empezó a apretar muy duro y temí por mi vida”, dijo la víctima en su declaración en la Fiscalía.
Cuando por fin logró liberarse, por segunda vez, gritó. Pidió auxilio con las fuerzas que sobraron del ataque. Fue en ese momento, según la denuncia, que el presunto agresor salió de su habitación y desde su celular le pedía a sus amigos que lo llevaran a una clínica. Luego salió gritando, vociferando insultos, dijo la víctima en el relato de los hechos.
“Ya dije, este tipo me quiere matar, en lo que forcejeo, me alcanzo a soltar un poco y alcancé a gritar auxilio y ahí me soltó y se retiró, y se fue para la sala. Entonces yo traté de marcar a la Policía, pero no podía; cuando estaba en la sala empezó a escribir mensajes a alguien para que lo acompañara a la clínica y yo le dije que me estaba defendiendo porque tenía por mi vida”, señaló la víctima.
¿Capturados?
Curiosamente, los dos anestesiólogos, compañeros de trabajo y entonces sentimentales, coincidieron en la misma clínica para atender las lesiones del ataque mutuo y allí llegó la Policía con una insólita recomendación: un patrullero invitó a la víctima a no denunciar para evitar procesos legales y que en lo posible podrían resultar capturados los dos.
“La Policía lo interrogó, me dijeron que nos iban a capturar a ambos y más tarde me sugirieron que si él retiraba el denuncio, yo también lo retirara para no dañar los antecedentes judiciales y que con eso no me presentara problemas para conseguir trabajo o viajar en el futuro, y que le hiciera una caución y que solucionáramos de esa manera, porque a él tampoco le convenía poner denuncio porque su caso era una tentativa de feminicidio”, quedó consignado en la denuncia.
Al final la mujer tomó la decisión de denunciar y acudir ante una comisaría de familia, pero en ninguno de los dos escenarios ha sido posible recibir una respuesta de la justicia. En la Fiscalía advierten que continúan en los actos de investigación, mientras que en la comisaría de familia las audiencias se aplazan de manera constante.
La fiscalía local 365 de Bogotá tiene el proceso desde que la denuncia llegó a su despacho y por reparto, pero nada ha ocurrido. La información que reciben las víctimas cada vez que consultan cómo avanza el proceso es que siguen en los actos de averiguación, a pesar de tener una evidencia clara, incluso gráfica de lo ocurrido.
El presunto agresor
SEMANA contactó al señalado agresor, el anestesiólogo, quien confirmó lo ocurrido en septiembre pasado, aunque advirtió que la historia tiene otra parte, donde él intentó defenderse de las agresiones y fue víctima de un mordisco en su labio que requirió de cirugía estética y de un largo proceso de recuperación.
“Me arrancó con los dientes un pedazo de mi cara, tanto así que tuve que ser intervenido por cirugía plástica reconstructiva y quedé con una deformidad en mi rostro de por vida; de hecho, tengo pendiente una segunda valoración por cirugía reconstructiva en febrero para definir el manejo y tengo pruebas fotográficas. Perdí tanta sangre que estuvo en riesgo mi vida”, dijo el anestesiólogo, que por razones de garantía y seguridad, pidió reservar su identidad.
La defensa del anestesiólogo, en cabeza del abogado Juan Carlos Padilla, también aseguró que su cliente interpuso una denuncia por las agresiones que sufrió y que los dos procesos están en curso en la Fiscalía. Están atentos a los requerimientos de la justicia, pero advirtió que las condiciones de igualdad para su cliente no están garantizadas.
“Le practicaron cirugía reconstructiva y está pendiente otra cirugía porque perdió sensibilidad en el labio y le cuesta trabajo tomar sus alimentos. Tenía medida de protección, pero la comisaría de Teusaquillo, inexplicablemente, se la retiró y tienen denuncias mutuas por lesiones personales, ya que no eran pareja, pero la Fiscalía le dio el nombre de violencia intrafamiliar”, dijo el abogado.