| Foto: Archivo Particular

PARAPOLÍTICA

El dosier de David Char ante la JEP

La condición que le impuso la justicia transicional para admitir su caso es que aporte más verdad que la revelada ante la justicia ordinaria. Char puede contar lo que sabe del capítulo del paramilitarismo en Barranquilla y Atlántico.

16 de septiembre de 2018

Mientras esperaba el cambio de semáforo, en una esquina del barrio barranquillero El Boliche, fue acribillado Carlos Posada Flórez, hombre de confianza del ex jefe paramilitar Diego Fernando Murillo, don Berna. Ese domingo, el 19 de febrero de 2006, fue atacado por seis hombres armados que viajaban en tres motos. Al asesinado -conocido como ‘Capulina’- no le valió el blindaje de su automóvil, cuyos cristales se despedazaron por impactos de armas 9mm. De los 17 tiros contabilizados, su cuerpo recibió nueve, dos de ellos en el rostro.

Este crimen hace parte de los hechos que la Corte Suprema de Justicia tuvo en cuenta para iniciar una investigación contra el exparlamentario David Char Navas en 2007 por presuntos vínculos con las Autodefensas, lo que terminó en una acusación por los cargos de concierto para delinquir agravado y tráfico y porte de armas de uso privativo de las Fuerzas Armadas. Su captura se produce en 2017 -una década después- en Puerto Colombia (Atlántico), al frente de la casa de uno de sus abogados, a quien iba a reclamarle por la sorpresiva resurrección de un expediente que iba camino al archivo.

El asesinato de Capulina hace parte de los supuestos nexos de Char Navas con Édgar Ignacio Fierro, don Antonio’ jefe del frente José Pablo Díaz del bloque Norte de las AUC. El nombre del político barranquillero aparece relacionado en un computador incautado en 2006 a Fierro, durante su captura en Santa Marta, y cuya información ha servido a la corte para desentrañar la parapolítica en Bolívar, Cesar, Sucre y Atlántico, departamento donde el asunto aún no deja condenas.

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En declaración ante la corte, Fierro aseguró que el enviado de Jorge 40 fue autorizado para realizar cobros en Barranquilla, entre ellos el de un valioso lote en poder de David, que en realidad sería de Alberto Orlandez Gamboa, Caracol, el extraditado jefe del cartel de la Costa. Don Antonio’añadió que Capulina encañonó a Char Navas al exigirle el terreno, humillación que el político no olvidó: “Me dijo que no devolvía nada y que lo ayudara a matar a Capulina”. El crimen se ejecutó, pese a que implicaría desavenencias con don Berna, restando un mes para que las AUC se desmovilizaran.

En un auto de noviembre del 2017 la corte ratifica la medida de aseguramiento al acusado y habla de un presunto “acuerdo ilícito entre Char Navas y miembros del frente José Pablo Díaz de las autodefensas, por virtud del cual existieron compromisos recíprocos para beneficio mutuo, y en particular, para que el aforado obtuviera una curul en el Congreso de la República y así, desde esa posición, promoviera al grupo armado".

Allí se se le responsabiliza por “financiar y promover la asociación para delinquir al poner a disposición de las AUC vehículos, aportes económicos al frente José Pablo Díaz, por conducto de la empresa Acondesa”, una empresa del clan familiar. También hace referencia a que facilitó a los hombres de don Antonio munición explosiva 9mm, algo que da cuenta de la afición del acusado por las armas.  

Caja de Pandora

La detención del exsenador Char el año pasado causó conmoción en Barranquilla, no solo por ser un miembro de una de las familias más poderosas de la región. Tiene además la llave que abriría la caja de Pandora de las relaciones entre la élite empresarial y política de la Costa con las Autodefensas de Rodrigo Tovar Pupo, Jorge 40. Su caso, que estuvo a punto de ser objeto de sentencia anticipada por parte de la Corte, pasó esta semana -tras superar algunos escollos- a la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), donde se juega el todo por el todo.

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David es descrito como frío, calculador, resuelto, lo que contrasta con su afición a la vida nocturna, junto con abundante Old Parr 12 años y rodeado de su escolta. Ofrecía parrandas que duraban días. En ese entorno conoció a don Antonio - gracias un amigo en común, el contratista Julio Polanía.

Su carácter contestatario y rebelde quedó patente cuando, aún habiendo demostrado aptitudes para los negocios, decide entrar a la política saltándose al patriarca familiar, su tío Fuad Char, quien antepuso las aspiraciones de sus hijos, Arturo y Alejandro. El asunto aún es fuente de serias tensiones internas, teniendo en cuenta de las cuatro grandes ramas de los Char, tres prefieren el bajo perfil y dedicarse a su próspero conglomerado empresarial.

David logró en 2002 una curul como representante a la Cámara por el Partido Liberal. Ya para 2005, Char Navas llevó a Cambio Radical al Atlántico con el ánimo de consolidarse, pero es su hábil tío quien se impone y obtiene el predominio del partido. Aún así, David logra el aval para el Senado en las legislativas de 2006 y es cuando se topa con don Antonio.

El jefe político del frente, Carlos Mario García, conocido como Gonzalo o el Médico, no veía con buenos ojos la aspiración de Char Navas, quien le parecía como un “niño mimado”, según atestiguó Fierro, lo que mermó los apoyos. Último en la lista, con 28.000 votos, el político logró llegar al Capitolio pero es una victoria pírrica: debiò renunciar en octubre de 2008 al Congreso y al partido para irse del país, ante el escándalo por presunto paramilitarismo que ya lo rodeaba.

Los Ángeles

Capítulo aparte merece la incursión de Char Navas en la contratación pública de Barranquilla con su firma Inversiones Los Ángeles. La firma asumió en 2000, durante la administración del cura Bernardo Hoyos, el procesamiento, revisión, facturación y gestión, entre otros procesos, para la recuperación de cartera y el aumento del recaudo de impuestos, a lo que se sumaban jugosas comisiones por cobro de sumas en mora y control de la evasión.

El contrato fue cancelado al año siguiente por el alcalde entrante, Humberto Caiaffa, que adujo que el objeto del contrato a 20 años era “ilícito” dado que un particular no puede recaudar impuestos, aunque hay quien dice que se trató de un problema personal con Char Navas. Sin embargo la ejecución continuó mientras el asunto se dirimía en los estrados y en noviembre de 2001 Inversiones Los Ángeles logró ceder el contrato a la Unión Temporal Métodos y Sistemas, creada por un enlace de Jorge 40, Eduardo Losada.

Si bien Char Navas declaró ante la justicia que fue presionado para hacer dicha negociación, había vasos comunicantes entre ambas empresas: Iván Losada, hermano de Eduardo, representaba legalmente a Inversiones Los Ángeles. Para 2003 hay nueva cesión a Métodos y Sistemas S.A., cuyos socios eran Eduardo Losada y -en minoría- el empresario David Name Terán. Para ese entonces, según denunció Hoyos en 2007 en vísperas de elecciones, Losada entregó 2.500 millones de pesos del jefe para a la campaña del entonces alcalde Guillermo Hoenisgberg, quien terminó investigado por parapolítica y condenado por peculado.

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A la postre, Losada fue asesinado en junio de ese año por “personas interesadas en los grandes contratos de la Alcaldía”, según le habría dicho Jorge 40 al cura en su sitio de reclusión en Ralito le aseveró que necesitaba recuperar la “inversión” en Hoenigsberg. El exjefe para retomó el control de Métodos y Sistemas mediante un familiar y, al decir de lo declarado por Hoyos, con el recudo de impuestos se pagó la deuda a las AUC.

Todas estas conductas serán ventiladas ante la JEP, que aceptó el caso de Char Navas en el entendido de que fueron “cometidas por causa, con ocasión o en relación indirecta con el conflicto armado, debido a que contribuyeron al esfuerzo de guerra al favorecer los intereses políticos, ideológicos y económicos de las Auc” y que debe estar orientado a decir una verdad que supere "aquello que haya sido probado válidamente ante la justicia ordinaria”. Ya el tiempo dirá cuáles serán sus aportes y si contribuirán a conocer una verdad que hoy esta cubierta por un manto de silencio.