NACIÓN

El ‘chicharrón’ de nombrar alcalde en Cartagena

Los conservadores ya presentaron su terna al presidente Iván Duque, pero hay dos opciones más que darían la sorpresa. Esta es la primera batalla por el control de la gobernación de Bolívar en las próximas elecciones.

25 de agosto de 2018
| Foto: Paola Castaño

Los sancochos en el apartamento de Juan José ‘Juancho’ García Romero y Piedad Zuccardi, en el exclusivo sector de Castillogrande en Cartagena, son famosos no solo por su exquisitez, por la importancia de los comensales -entre los que ha habido presidentes- o la amabilidad de la anfitriona, sino porque es allí donde se decide buena parte de lo que sucede en el poder local.

García Romero, pese a haber sido condenado por corrupción 2007 y perder su curul en el Senado, es sin duda uno de los ‘cacaos’ de Bolívar y ha logrado perpetuar su presencia en el Congreso a través de su esposa, Piedad (aún en juicio por parapolítica) y ahora su hijo Andrés García Zuccardi. A decir de muchos, en La Heroica no se mueve una hoja sin que lo sepa ‘Juancho’. Por ello, no es raro que en su casa se hayan acordado los tres nombres que los conservadores presentaron, a mediados de agosto a su directorio nacional y, luego, al presidente Iván Duque, para que se escoja al nuevo alcalde encargado de la ciudad.

A Duque le quedó ese ‘chicharrón’ luego de que hace unas semanas el entonces presidente Juan Manuel exclamara en su discurso de despedida que sintió una “vergüenza” por haber firmado durante sus dos administraciones 14 decretos para nombrar o extender el periodo a los 10 mandatarios que han pasado por el Palacio de la Aduana en lo últimos ocho años. No fue capaz de designar al undécimo.

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Detrás de los tres nombres de la terna están los pesos pesados del poder político en Bolívar. El primero es el del expersonero y exrepresentante Pedrito Pereira, quien tendría el apoyo de los García, del exsenador Vicente Blel Saad, condenado por parapolítica y pero cuya curul hoy conserva su hija Nadia Blel. También lo respalda el polémico Quinto Guerra, ganador de las pasadas elecciones atípicas pero que cuya elección fue suspendida por la Procuraduría General.

Otra carta de Blel, puesta sobre la mesa por su hija Nadia, es el economista y académico Óscar Torres Yarzagaray, actual jefe de Planeación de la Escuela Naval Almirante Padilla, pero quien no tiene mayor perfil político.

Cierra el ramillete Roxana López Fernández, gerente de la Comisión Regional de Competitividad e hija del exconcejal conservador Willy López, quien es cercana al destituido exalcalde Manolo Duque. Sin embargo, dicen que tendría una posible inhabilidad por cuenta de que su esposo habría trabajado recientemente con la Alcaldía.

Con el advenimiento de esta terna se inicia también la carrera por la Gobernación de Bolívar, que impulsa precisamente el exsenador Blel en cabeza de su hijo, Vicente Blel Scaff, que renunció hace unas semanas al Concejo cartagenero. El otro posible candidato es Hernando Padaui, de Cambio Radical, cuya aspiración nació prácticamente muerta. De hecho, Daira Galvis, senadora de esa colectividad apoyaría a Blel, así como ocurre con el actual gobernador Dumek Turbay. Si gana alguna de las opciones de Blel a la Alcaldía, entendidos en el tema dicen que habrá generosidad para quien lo apoye en esta otra aspiración.

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Sin embargo, los tres nombres de la terna no son los únicos que están dentro de las opciones que tiene que escoger la Casa de Nariño. A partir de interpretaciones de la norma y frente a la imposibilidad de realizar otros comicios, está la posibilidad de extender como alcalde encargada hasta el 31 de diciembre de 2019 a Yolanda Wong, a quien gremios de la ciudad le cuestionan la entrega de seis contratos a dedo por más de 55.000 millones de pesos

Y en los últimos días suena con fuerza el exministro Fernando Araújo Perdomo, un nombre que generaría consenso en la coalición de gobierno por su cercanía a Martha Lucía Ramírez, Andrés Pastrana y Álvaro Uribe. De hecho, su hijo Fernando Araújo Rumié, es senador y milita en el Centro Democrático. “El gobierno tiene la convicción de que no es su obligación nombrar de la terna, pero para no pelear con los conservadores se inclinaría por un nombre como el de Araujo, querido por la clase política, la ciudadanía y buen gerente”, dijo una persona cercana a este proceso, tanto en Cartagena como en Bogotá.

Llegue quien llegue a la Alcaldía, tiene una dura tarea por hacer. Según un reporte de la iniciativa ‘Cartagena cómo vamos’ el principal reto para Cartagena es el fortalecimiento de la institucionalidad pública. En términos generales hay una desmejora de la salida de vida en temas como salud, educación, electricidad, vivienda, ambiente y gestión pública.

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Otro pendiente es apuntalar la cultura política. Para la MOE, la corrupción política en Cartagena tiene sumida a la ciudad en una inestabilidad política hace ya más de 10 años. Fallan aquí los partidos en la entrega de avales y las autoridades en la revisión de los candidatos. Quizá hacen falta también ciudadanos, que pese a sus enormes problemáticas también sepan que las soluciones pasan por sus manos, para que cuando escojan un alcalde no gobierne por unos pocos meses.