Judicial
El coronel Benjamín Núñez: de ser procesado por la masacre de tres jóvenes en Sucre, a ser ahora un “constructor” de la paz total
El coronel Benjamín Núñez, procesado por el asesinato de tres jóvenes en Sucre, ahora es representante de los presos para iniciar diálogos en el proyecto de paz total.
Es un “héroe de la patria”, dice Benjamín Núñez al referirse a su hijo, el coronel que lleva su mismo nombre y es procesado como responsable de la masacre de tres jóvenes en el departamento de Sucre, un crimen que estremeció al país. En entrevista con SEMANA, el señor Núñez reveló no solo detalles de la vida del oficial, sino pormenores del caso que ni siquiera están en el expediente de la Fiscalía. El coronel, de un tajo, pasó de ser procesado por un triple homicidio a convertirse en “constructor” de paz.
Así como lo cuenta su papá. El coronel Benjamín Núñez ahora es “constructor” de paz en la cárcel de La Dorada, Caldas, donde está recluido por la masacre. Los internos lo eligieron como el representante para iniciar conversaciones con el Gobierno en el proceso de paz total y humanización de las cárceles.
Núñez fue capturado, judicializado y el acuerdo con la Fiscalía incluye aceptar responsabilidad, colaborar con la justicia y pedir perdón a las víctimas. Mientras esto ocurre, en la cárcel logró convertirse en una “figura”, la cabeza de una agremiación que tiene su propio logo y lema: “Por la paz total y la convivencia”.
Esta intención, aunque respaldada por los presos que conviven con Núñez y quienes lo consideran el indicado para ser un “constructor” de paz, también abre el camino para subirse al bus de la paz del Gobierno Petro con los beneficios penales que puede representar. Sin ir muy lejos, está el caso de 540 militares que han golpeado las puertas de la JEP para saldar cuentas y recuperar la libertad.
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El señor Benjamín Núñez dice que su hijo fue enviado a Sucre por la grave situación. “Llegó y logró capturar a más de 200 delincuentes, ordenó investigaciones internas por el robo de fusiles y eso lo convirtió en blanco de amenazas y objetivo de los criminales”, señala el padre.
La seguridad se hizo tan complicada que el coronel Núñez solicitó su retiro, lo hizo semanas antes de la masacre en Chochó. Es decir, estaba por irse de la institución antes de, según la Fiscalía, asesinar a sangre fría y a quemarropa a los tres jóvenes. Ahora quedó confinado a una celda y a la espera de una condena que, en criterio del ente acusador, debe ser de 29 años de prisión.
La gran incógnita es por qué un oficial con 22 años en la Policía, condecorado, con especialización en derechos humanos (hasta viajó a La Haya), se convirtió en presunto asesino y en menos de cinco meses detenido, en “constructor” de paz.
¿Qué pasó en Chochó?
Benjamín Núñez padre contó lo que su hijo le relató de ese 25 de julio de 2022, cuando Carlos Alberto Ibáñez, Jesús David Díaz y José Carlos Arévalo fueron capturados y luego asesinados en el platón de una camioneta de la Policía.
Según el oficial, cuenta su padre, ese día fue asesinado un patrullero. El coronel recibió la orden de desplazarse tras una información que indicaba que los asesinos se movilizaban en motos. Cuando llegó al punto, los uniformados golpeaban a los jóvenes y ocurrió algo que fue corroborado por la Fiscalía: el coronel asumió el control y se los llevó.
“Lo que me contó a mí es que daba las órdenes que consideraba pertinentes mientras llegaba. Cuando llegó se los quitó a los policías que sí los estaban torturando, por eso es que la Fiscalía no imputó tortura”, advirtió el padre del coronel.
Lo que ocurrió después lo describió la Fiscalía por medio de las declaraciones de los policías que también fueron capturados. Las versiones indican que el coronel desvió la ruta de camino a la ciudad de Sincelejo y en un paraje, en presencia de otros uniformados, sacó su arma de dotación y disparó. Luego trataron de engañar a la Fiscalía manipulando las pruebas.
El coronel Núñez contó lo que pasó después del crimen, tras dejar en el hospital de Sincelejo a las víctimas. “Se fue para una iglesia, estuvo rezando por una hora, solo, y luego se refugió, para protegerse, por todos los enemigos que tenía y por todo lo que sabía se venía encima”, dijo Benjamín Núñez padre.
SEMANA conoció cartas, oficios y documentos que el coronel Núñez redactó y firmó como reconocimiento y con la intención de comparecer ante la Fiscalía. Después se fue a México, nadie sabe por qué, pues jamás había estado allá, pero fue donde finalmente se entregó.
¿Por qué lo hizo?
“Tenía autoridad moral”, dijo Benjamín Núñez sobre su hijo, mientras reconoce que los jóvenes de Chochó no deberían estar muertos, “es una tragedia para todos”. Las hipótesis sobre lo que llevó al coronel a tomar la decisión de asesinar a las tres víctimas cabalgan por las presiones del alto mando en la Policía en mostrar resultados, las amenazas en su contra y hasta problemas psicológicos, derivados de su difícil situación laboral en Sucre.
Nadie, ni la Fiscalía, sabe por qué Benjamín Núñez decidió disparar. Se espera que una vez se concrete el acuerdo con la justicia, el coronel le cuente al país las razones que lo llevaron a la barbarie. Particularmente, cuando en su experiencia en la Policía no aparecen anotaciones o investigaciones por hechos de violencia.
“Papá, yo estoy respondiendo, hablé con Dios y se va a decir toda la verdad”, fue lo que dijo el coronel cuando llegó a Bogotá para someterse a la justicia y que también dejó consignado en una carta para su familia. “Papá, tú me dijiste que de los hijos tuyos era el que nunca decía una mentira y aquí no te voy a fallar y se sabrá la verdad”, señala la carta que el coronel redactó con su puño y letra.
La familia de Núñez asegura que hay un “enemigo interno” en la Policía. El coronel tenía miedo de sus propios compañeros, “por eso salió del país y ese evento se convirtió en el argumento para que otros uniformados depositaran la responsabilidad en él”. En la Fiscalía fue el mismo oficial quien quiso contar la verdad.
Desde la prisión
El coronel Benjamín Núñez lleva cinco meses privado de la libertad. Pasó del búnker en Bogotá a Picaleña en Ibagué, y en diciembre se convirtió en huésped de la cárcel de La Dorada, Caldas.
Desde Picaleña, los internos redactaron una carta para decirle al país que la expulsión del coronel de ese centro de reclusión, por los supuestos beneficios que recibía, fue injusta y que durante su permanencia se mostró como una persona “con grandes principios y de corazón noble”. Sin embargo, las denuncias se convirtieron en una investigación en el Inpec.
El coronel Núñez apareció en una fotografía con un celular en la mano y junto a la imagen una denuncia que lo ubicaba como un “cacique” en la prisión. Una vez SEMANA reveló la información, el Inpec adelantó operativos de requisa que terminaron con el traslado de cárcel. Mientras la Fiscalía ajusta las fechas para presentar el acuerdo ante los jueces y las víctimas se oponen al mismo, la familia del coronel Núñez aseguró que están “dispuestos” a pedir perdón.