SALUD
La gripa tiene en jaque a Colombia: estas son las aterradoras cifras de virus respiratorios y la situación puede empeorar. Los niños, los más afectados. ¿Qué hacer?
El aumento de casos de covid-19, resfriados y enfermedades respiratorias están poniendo en vilo al sistema de salud. Las alarmas están encendidas.
Para muchos, las palabras pandemia, pico de contagios, ocupación de camas UCI y aumento de casos de enfermedad respiratoria eran términos ligados al pasado, ya que la gran mayoría de las personas pensaba que todas estas crisis que había vivido el planeta eran cosas superadas; sin embargo, todo parece estar volviendo de a pocos.
Mauricio Rubio, el presidente de Méderi, una de las clínicas de más trayectoria en Bogotá, quedó sorprendido esta semana. “Tenemos la atención de urgencias más grande de la capital: 140 camas. Pero el jueves amanecimos con 210 pacientes. Los recibimos a todos y los atendemos, pero no es el servicio que quisiéramos dar”, reconoce.
Muchos colombianos han vivido del otro lado esa situación: los servicios médicos están comenzando a colapsar de nuevo y existe la sensación de que por donde uno va, hay gente con virus. Los duros efectos de las gripas se han vuelto un tema obligado entre los padres de familia, que ven con pánico cómo en colegios y jardines la situación es insostenible. Y a eso se suma que, por la crisis del suministro mundial de medicamentos, encontrar algunos elementos básicos para tratar a un niño con este mal se ha convertido en una odisea.
El último boletín del Instituto Nacional de Salud advierte que “la notificación de infección respiratoria aguda grave y tos ferina se encuentra por encima de lo esperado”.
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Con un dato alarmante, la mortalidad de niños menores de 5 años por enfermedades respiratorias se duplicó frente a la misma época, el año pasado; 20 niños perdieron la vida. “La mayor proporción de consultas externas y de urgencias por IRA sobre el total de consultas por todas las causas se presenta en niños de 2 a 4 años, con el 16,1 %; seguido de los niños de un año, con 14,4 %”, señala el informe.
Las cifras de la población también se dispararon. Por consulta externa y urgencias en esta última semana de noviembre, el año pasado hubo 4.345.011 de atenciones, mientras que este año fueron 6.863.668, un aumento de 58 %. La buena noticia es que las complicaciones han disminuido a la mitad.
Para el doctor Juan Eduardo Guerrero, presidente de la Asociación Colombiana de Salud Pública, no cabe duda de que en Colombia están circulando varios virus respiratorios al mismo tiempo. Es decir, el país no es ajeno a las múltiples variables de covid, así como de otras influencias. Los picos de atención respiratoria se deben principalmente a eso, dice el galeno. “A esto se suma que se ha bajado la guardia con el tapabocas, así como en la vacunación, para completar la meta del 70 % de personas con esquema completo”, dice el doctor Guerrero.
La aparición de este pico de infecciones respiratorias ha encendido las alarmas en las autoridades municipales y departamentales, teniendo en cuenta la coyuntura de la época decembrina, donde el común denominador son las fiestas y aglomeraciones.
El doctor Guerrero cree que, bajo ciertas especificaciones, debería regresar la obligatoriedad del tapabocas. “Por ejemplo, en lugares de mucha aglomeración como transporte público, conciertos y sitios cerrados con presencia constante de personas”, reseña.
La recomendación de la Asociación Colombiana de Salud Pública no es descabellada; de hecho, el Ministerio de Salud, atendiendo este llamado, aseguró este viernes que el tapabocas volverá a ser obligatorio en Colombia en ciertas condiciones.
SEMANA habló directamente con la ministra de Salud, Carolina Corcho, para aclarar en qué consistirá la decisión. “Prácticamente es lo mismo porque nosotros nunca hemos desmontado las medidas”, indicó, haciendo referencia a que en la actualidad el uso del tapabocas sigue siendo obligatorio en ciertos espacios específicos como centros de salud, el transporte público y los hogares geriátricos.
Sin embargo, dijo que habrá un cambio clave y es que el tapabocas será obligatorio en espacios cerrados y abiertos cuando haya aglomeraciones. Según advirtió Corcho, esta decisión quedará en firme mediante una resolución.
“El contagio de tres funcionarios (empleados de la Gobernación) prende las alarmas. Estamos en una búsqueda activa de los casos, tenemos que seguir conservando todos los protocolos de bioseguridad; por eso, se impartió de manera inmediata el uso permanente de tapabocas y en especial durante la jornada laboral”, dijo Sandra Toro Gómez, secretaria de Salud (e) de Sucre.
De otro lado, en el Valle del Cauca la situación es similar: las consultas por infecciones respiratorias están disparadas y desde la Secretaría de Salud Departamental ya se piensa en medidas para contrarrestar la escalada de casos de covid.
“Hay una alta transmisión de virus de influenza que produce gripa, y tenemos también la transmisión de dos variantes nuevas de covid, que produce enfermedad leve; es posible que las personas que tengan gripa tengan covid. Por eso es indispensable el uso del tapabocas ante los síntomas gripales, quedarse en casa o estar alejados de las personas, lavarse las manos permanentemente y, si está muy sintomático, consulte al médico para que le ordene la prueba de covid”, señaló la titular de Salud del Valle, María Cristina Lesmes.
Recordó que las personas entre 12 y 18 años deben tener tres dosis de vacuna, los mayores de 18 años, cuatro dosis de vacuna. “Hay entre todas nuestras unidades notificadoras la vacuna que desee, revise su carné. Si hace más de cuatro meses se aplicó la dosis tres, le corresponde la dosis cuatro. Estar vacunado es tener la certeza de que, aunque nos dé la enfermedad, será leve”, concluyó la funcionaria.
“El aumento de solo una infección respiratoria es motivo de preocupación. Cuando dos o tres empiezan a afectar a una población de forma simultánea, esto debería ponernos en alerta”, advirtió en un discurso la directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carissa Etienne, que definió la propagación de estas tres enfermedades como una “triple amenaza”. Las alarmas están encendidas.