NACIÓN
El desgarrador relato de Camila Alfaro, joven maltratada y abusada por su expareja
Este es el testimonio completo de la joven que indica que teme por su vida, la de su familia y la de sus amigas, tras realizar la denuncia.
Recientemente se hizo viral en Instagram el video de Camila Alfaro, una mujer de 24 años que habría sufrido maltrato físico, sexual, psicológico y verbal por parte de su expareja, Sebastián Valencia Medina.
Este es el relato completo que dejó Alfaro a través de sus redes sociales y que ha sido ampliamente compartido:
“Vengo a contarles mi historia, estoy segura que es muy necesario contarla, tanto para mi proceso personal como el proceso legal y también para que Sebastián Valencia Medina se haga responsable de sus actos, ya que fui abusada física, sexual, verbal y emocionalmente por parte de él.
Esta denuncia está respaldada por dos denuncias que interpuse en la Fiscalía, la primera fue archivada y no conozco el porqué, y la verdad, no seguí indagando por lo ciega y sometida que estaba, [...] Yo también llegué pensar que él era el mejor novio, pero ahora sí temo que mi denuncia sea archivada nuevamente y que él siga abusando de otras personas.
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Yo conocí a Sebastián Valencia a finales de 2019, apenas llegué de Inglaterra, y desde ahí empezamos a salir. Los primeros meses él fue muy encantador, muy insistente, me llenaba de amor, de atención, regalos. Era muy especial [...] Me decía que él era un caballero y que yo era la mujer ideal para él y él para mi.
Cuando comenzó la pandemia estábamos juntos y decidimos pasar la cuarentena en su casa con su familia. Lo que en un principio parecía que era amor, ternura, respeto, se transformó en agresiones verbales y luego en agresiones físicas, hasta el punto de yo quedar con varios morados en mi cuerpo.
La primera vez que Sebastián fue violento físicamente lo dejé pasar porque siempre pensaba que el amor iba a poder más, o porque él iba a cambiar, o porque su mamá hablaba conmigo para convencerme de que lo íbamos a superar, que nos faltaba madurar.
Sebastián y su mamá siempre estuvieron ahí para tapar todo lo que él hacía en contra mía, haciéndome creer que nada era lo suficientemente grave para yo hablar al respecto, pero si me hacían entender que fuera la circunstancia que fuera, Sebastián no era el culpable, pero yo si era la responsable de soportar y perdonar todas sus acciones.
Poco a poco él empezó a usar su arma favorita [...] Humillándome, haciéndome creer que yo era muy exagerada, sensible, que no me aguantaba nada, que estaba loca, que no era suficiente, me denigraba porque no estaba a su nivel, porque no era igual de millonaria a su exnovia, me criticaba mi físico, de la manera en que me vestía.
Después de esta vinieron muchas situaciones en las que él fue violento conmigo, cuando estábamos solos, en viajes familiares en el Peñól, donde hasta su hermano se dio cuenta de lo agresivo que estaba siendo conmigo y lo separó de mí, sacándolo del cuarto en el que yo estaba.
Él poco a poco fue destruyendo mi autoestima [...] Haciéndome creer que era mejor si yo me suicidaba. La mayoría de veces después de todas estas peleas, él decía que nada de lo que él había hecho estaba mal, que yo era la culpable, que yo lo hacía actuar de esta manera.
Él hacía que yo llegara a puntos donde me exaltaba demasiado, ahí era donde yo gritaba, golpeaba cosas, me golpeaba a mí misma y el aprovechaba estos momentos para grabarme y usar esto como manipulación para que yo jamás hablara de esto.
La agresión más grande por la que yo hice esta denuncia, fue hace un año, 15 de noviembre de 2020. Salí con Sebastián, unos amigos de él y una amiga mía a una fiesta en La Calera. Él siempre que estaba tomando alcohol cambiaba de personalidad [...] así que después de rogarle que nos fuéramos, él aceptó.
Empezamos a discutir en su camioneta [...] Me empezó a decir que me bajara del carro y como no lo quise hacer él empezó a jalarme del pelo, a ahorcarme, a pegarme golpes, específicamente en la nariz, lo cual me ocasionó un trauma en la cara, una fractura desplazada del tercio distal de los huesos propios, un trauma de tejidos blandos y una hemorragia subconjuntival derecha.
Como yo gritaba pidiendo ayuda, él lo que hizo fue meterme debajo de la guantera, para que yo no siguiera gritando y para él poder como asfixiarme, ya que ni siquiera podía hablar, [por lo que] me ocasionó un trauma en los tejidos de la columna cervical y dorsal.
Él me levantó de la guantera y me vio mi cara llena de sangre y se asustó. Yo de inmediato bajé el espejo del carro y entré en shock. [...] Yo ahí decidí poner un video en historias de Instagram pidiendo auxilio, ya que nadie me ayudaba, pero él me cogió el celular y me lo borró.
Gracias a un señor llegaron dos agentes de policía, lo capturaron, pero tras la manipulación tan poderosa que le ejercía en mi [...] Y tras sus amenazas, hizo que yo me negara a poner una denuncia de inmediato. Además de esto él soborno a los policías, por lo cual no se lo llevaron capturado, sino que nos escoltaron hasta la Cruz Roja.
Es importante que sepan estas cosas, ya que uno no es consciente del peligro en el que se encuentra en ese momento de estar en una relación abusiva con un narcisista como Sebastián Valencia.
Yo viví pérdida de mi familia y mis amigas todo este fin de semana, yo no respondía mayor cosa, estuve en dos hoteles con Sebastián, yo solo le decía a mis amigas que me pasó un accidente mientras trataba de ocultar todo para que no le pasara nada Sebastián.
Él me decía: yo tengo que trabajar, quédate callada, déjame en paz en mi computador. Entonces ahí en el hotel intentó voltear las cosas porque él sabía que yo lo estaba grabando desde un comienzo y por eso decía que él no me había pegado que yo de qué hablaba.
Yo estaba muy ansiosa y triste pero me quedé dormida al estar dopada con tantos medicamentos para el dolor. Él al otro día no apareció, las únicas que aparecieron en el hotel fueron mis amigas mientras mi mamá ya estaba en Eurodent, la empresa de los papás de Sebastián, preguntando por mí.
La familia de Sebastián siempre supo la verdad y sabían que eran responsables, porque asimismo contrataron a Pedro Ramírez Jaramillo, coach del conflicto, que solucionaba problemas tanto en empresas como en relaciones de pareja, el cual Sebastián uso para manipularme y convencerme de que esa era la mejor opción si yo quería que lo nuestro funcionara.
Me ofrecieron dinero, ya que Pedro decía que Sebastián había cometido un error y él tenía que pagarlo y este era el modo, y todo era en realidad para convencerme de no denunciar y para deshacer el conflicto que había entre los dos, porque ellos sabían que el delito por el cual al principio yo denuncié era por lesiones personales y si yo no denunciaba en 6 meses, ya no se podía.
Después de esos 6 meses, su actitud empezó a empeorar nuevamente, me decía constantemente que yo ya había perdido la oportunidad de denunciar y que se jugó esto como las fichas del ajedrez.
Sebastián me agredía, me decía que porque yo recurría a él [al coach] si era una farsa, le contaba todas a sus papás, que no fuera boba y entonces después de eso pasaron muchos actos de violencia en Miami en la casa de una amiga de él.
Incluso llegó a amenazarme diciéndome que me iba a mandar a sus trabajadores de Cali para que me pegaran sustos, para que me robaron mi celular, ya que él sabía que yo tenía todas las pruebas ahí. De hecho, si me robaron mi celular y la primera persona a la que yo acudí fue a él.
También decía que él me iba a mandar a pegar un tiro en mi pierna para que quedara coja, incluso también me amenazó de muerte a mi y a mi mamá.
La última vez que yo tuve contacto con Sebastián fue el 20 de julio de este año, salimos a cenar y a rumbear con unos amigos y una amiga mía, [...] ya estaba bien tomado así que yo pedí un conductor elegido para que nos llevará de vuelta a su casa.
Yo me fui hasta su casa y ahí timbre pero no me abría, lo llamaba y colgaba las llamadas, el vigilante le llamaba y él tampoco contestaba y cuando le contestaba era súper grosero con él [...] Empecé a golpear la puerta para que Sebastián me abriera, él me llamó a la policía, pero la policía vio que yo no era una amenaza como él decía.
Después, cuando él quiso, me abrió la puerta y yo entre y ahí él por detrás me ahorcó, me jaló el pelo, me tiró a la cama y ahí es cuando él se tira encima mío, me empieza a asfixiar con una almohada, ya que así él decía que no me iban a quedar ningunas marcas.
Él, después se fue a traer la camioneta para traerme mi bolso y cuando llegó nuevamente me empezó a agredir, a pegarme, después de que me pegaba me consentía, jugaba conmigo psicológicamente, [...] También cuando cuando yo me calmaba él me hacía el amague que me iba a pegar, yo ya estaba muy asustada, entonces le decía que me daba miedo, que parara.
Ya después fue cuando Sebastián abusó de mí sexualmente, ya que él quería tener relaciones sexuales pero yo no quería y en verdad se lo hice saber muchas veces y él solo seguía diciéndome que así me iba a calmar [...] Yo solo lloraba mientras él me violaba y él en realidad se veía que disfrutaba demasiado y sentía mucho placer al verme así.
Me di cuenta de todo cuando por fin logré salir de ese infierno, [...] En verdad hoy en día tengo secuelas de todo este maltrato que viví por casi dos años porque el golpe, la cicatriz, la recuperación, obviamente me dolieron, pero más que todo, lo que me afectó es el maltrato psicológico.
Yo decidí hacer esto público porque, primero, temo por mi seguridad y la de mi familia, ya que voy a seguir con el proceso legal y por ende, responsabilizo a Sebastián Valencia si algo me llega a suceder a mi, a mi familia o a mis amigas más cercanas; segundo, porque tengo miedo de que Sebastián y su familia no respondan; y tercero, porque también cuento esto porque sé que otras personas pueden estar pasando por lo mismo en diferentes niveles”.
Estas son las declaraciones en video de Camila Alfaro: