El dilema de los uribistas: ¿votarán en las consultas del 13 de marzo y por quién?

El Centro Democrático les pidió a sus militantes concentrarse el 13 de marzo en la elección de senadores y representantes y no involucrarse en las consultas interpartidistas. Tal solicitud no tiene otra explicación que tratar de preservar viva la candidatura presidencial de Óscar Iván Zuluaga, quien renunció a formar parte de Equipo por Colombia para ir en solitario a primera vuelta.

El asunto es que, como Zuluaga no aparecerá en el tarjetón de las consultas, las bases del uribismo, que podrían ser unos 2 millones de personas, estarán en libertad de apoyar a alguno de los candidatos de Equipo por Colombia, sector que más se identifica con su partido, y debilitar la carrera del candidato oficial.

En un comunicado, algunos congresistas del partido respaldaron la decisión “de mantener la disciplina y coherencia y reafirmar el apoyo y compromiso con la asignación presidencial de nuestro candidato Óscar Iván Zuluaga”. Pero el oficio no lo firmaron todos los congresistas; incluso, algunos cambiaron de decisión posteriormente.

El riesgo que se corre es que, sin Zuluaga en el tarjetón, la base y la militancia uribistas voten por uno de los candidatos de la coalición de Equipo por Colombia y en la primera vuelta dejen botado al suyo, quien registra un escaso 4 por ciento en la intención de voto, según el más reciente sondeo de opinión del Centro Nacional de Consultoría.

Las directivas de la colectividad no abrirán las puertas para que su militancia vote en las consultas del 13 de marzo, pero la decisión, liderada por el propio Zuluaga, ha sido considerada antidemocrática. Los senadores y representantes no harán campaña por un candidato ajeno al uribista, aunque es imposible evitar que eso ocurra con las bases y simpatizantes. Nadie puede controlar o limitar la libertad del ciudadano, cualquiera que sea su partido, de votar según su conciencia.

Esta discusión puso de manifiesto ya una división profunda del Centro Democrático: por un lado, los congresistas cercanos a Iván Duque creen que se debe abrir la puerta para que las bases ejerzan su derecho a la democracia, voten por Equipo por Colombia y no le pavimenten un demoledor triunfo a Gustavo Petro; por otro lado, los defensores de Zuluaga piden que no se vote en las consultas y se mantenga el apoyo irrestricto al candidato oficial.

Si los más de 2 millones de votos uribistas se abstienen de participar en la consulta presidencial y el Pacto Histórico, en cambio, alcanza una cifra igual o superior a los 4 millones de votos, Petro se consolidaría antes de la primera vuelta y le permitiría sellar alianzas con varios sectores indecisos, entre ellos César Gaviria y el Partido Liberal.

El senador Ernesto Macías anunciará esta semana su decisión de votar este 13 de marzo en la consulta presidencial. El congresista Edward Rodríguez, también cercano al Gobierno Duque, está en la misma línea. Esta semana se sumó la senadora María Fernanda Cabal, una dirigente que se opuso a que Zuluaga formara parte de Equipo por Colombia, pero ahora insiste en que se debe votar por un candidato de los que compiten en la centroderecha.

El congresista Gabriel Jaime Vallejo, quien inicialmente firmó la declaración exigiendo apoyo irrestricto a Zuluaga, le dijo a SEMANA que está de acuerdo con que se deje en libertad a las bases para que promuevan y se decidan por un candidato presidencial. “Es un error que el uribismo se abstenga de acompañar a quienes pueden ser nuestros aliados políticos de cara a la primera vuelta presidencial”, expresó.

Aunque la estrategia de permitir que el uribismo participe en la consulta afecta al petrismo, también pone en aprietos al propio Zuluaga. Hay un sector del Centro Democrático que le apuesta a la candidatura de Federico Gutiérrez, y, si el antioqueño gana la consulta y la votación de Equipo por Colombia es abrumadora, la aspiración de Zuluaga podría naufragar.

El uribismo se encuentra ahora frente a un nuevo dilema que no puede resolver, pues resulta absolutamente imposible impedir que cientos de miles de militantes o simpatizantes suyos voten a conciencia y participen en la consulta del próximo 13 de marzo, lo que inevitablemente debilitará más a su candidato oficial.