NACIÓN
El dolor que viven tres rescatistas de animales en el Valle; les dieron ultimátum para desalojar albergue con sus 22 perros y 8 gatos
El refugio está ubicado en la vía Cali-Candelaria, muy cerca dl barrio Poblado Campestre.
María Eugenia González Pinilla, Sixta Potosí y John Edwar Vivas han dejado casi que sus vidas a un lado para dedicarse a cuidar a los perros y gatos que han llegado de manera inesperada hasta el refugio que hicieron para animales abandonados en la vía Cali-Candelaria, en Valle del Cauca, antes de llegar al barrio Poblado Campestre.
Aunque han hecho lo posible para sostener a los 22 perros y 8 gatos que actualmente tienen a su cuidado, ahora enfrentan una difícil situación. Según cuenta María Eugenia, la vocera del grupo, esta labor la inició el señor John Edwar en plena pandemia, y ahora le están exigiendo abandonar el predio, pero no tienen donde albergar a los animales.
“John trabajaba entrenando perritos que pertenecen a diferentes empresas de seguridad; les enseñaba sobre comportamiento, detección de drogas y todo lo relacionado al tema. Por eso, alquiló el predio en la vía Cali-Candelaria para poder llevar a cabo su trabajo, ya que es un lugar bastante amplio. Al moverse en ese entorno, le empezaron a dejar perros y gatos afuera de la propiedad, así fueron llegando uno a uno”, contó María Eugenia a SEMANA.
La rescatista, quien estudia auxiliar en veterinaria, recalcó que el sitio no es una fundación, solamente es una labor que realizan por el amor a los animales. “Hubo otros que John se los encontró enfermos en la calle y luego los recuperó. Ahora, la dueña del predio le ha enviado varias órdenes de desalojo en los últimos meses, y esta semana envió otra. Le dijo que necesitaba que desocupara su predio porque él no ha podido pagarle el arriendo, entonces en cualquier momento pueden sacar los perritos de ahí”, contó.
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Por lo acontecido, están dando los animales en adopción. Sin embargo, María sostiene que ha sido muy complicado porque la mayoría de las personas quieren cachorros. “Son perros grandes y adultos. Lo que más nos urge en este momento es un lugar donde llevarlos o que alguien los adopte. La señora no dio más plazo, dijo que de inmediato había que desocupar su lote”, comentó la rescatista.
María manifestó que John quisiera seguir cuidando de los animales, pero desde el año 2020, cuando empezó la pandemia por covid-19, las empresas de seguridad no han vuelto a solicitar sus servicios.
“Él se empezó a atrasar con las cuotas de todo y se quedó sin trabajo. Yo me enteré de los perritos por una excompañera del colegio que vive en el municipio de Candelaria, ella me solicitó ayuda; pero realmente soy testigo que el señor John ha hecho lo que ha podido, incluso, iba hasta la galería de Cavasa a pedir alimentos para cocinarles a los animales”, relató la mujer, quien se sumó a esta labor y desde 2020 colabora vendiendo productos como medias para el alimento de los perros y los medicamentos que necesiten.
También aseguró que en redes sociales, ciudadanos de buen corazón han visto sus publicaciones y les han colaborado en algún momento. “Hay algunas personas que mensualmente nos dan alguna ayuda, pero todo cansa porque el alimento de los perros está muy costoso, entonces esas contribuciones no son permanentes. Hay otros que nos donan un bulto de alimento, pero los 22 perritos se comen uno solo en dos días, y eso que así es dándoles una sola vez al día”, dijo.
María Eugenia también comentó que quienes deseen ayudar con la causa, se pueden comunicar a los números celulares 3188958028 y 3167390555. “Nos pueden llamar, pero lo más importante ahora es la adopción de los animalitos. No decimos exactamente donde está ubicado el albergue porque en anteriores oportunidades hemos dicho y nos dejan más perritos. La gente piensa que todo perro y gato los podemos recibir, de pronto ignoran la necesidad que hay en el lugar”, manifestó.
Finalmente, envió un mensaje para concientizar sobre el cuidado de los animales. “Cuídenlos, también hay que esterilizarlos. Si todos fuéramos responsables, tuviéramos ese amor y ese respeto hacia ellos, no habría animales abandonados. Son víctimas de personas irresponsables. Ellos son seres sintientes, son vida, no cosas”, concluyó.