Judicial
El expediente del lanchero que se convirtió en el hombre de confianza de alias Matamba. Revela la operación y la alianza con las autoridades
SEMANA revela la historia inédita de un humilde lanchero que llegó a ser el hombre de confianza del temido narcotraficante. En la acusación en su contra se vislumbran los nexos entre oficiales de la fuerza pública y la organización que llegó a controlar el tráfico de drogas en el sur de Colombia.
En 2017, en cuestión de meses, Alexis Góngora Belalcázar pasó de ser un humilde lanchero a la mano derecha de Juan Larrison Castro Estupiñán, alias Matamba. Así se desprende del indictment (escrito de acusación) presentado por la Corte del Distrito Sur de la Florida, en los Estados Unidos, y conocido en exclusiva por SEMANA, que da visos sobre la forma en que la estructura criminal, conocida como Cordillera Sur, se fue apoderando rápidamente del tráfico de drogas en el sur del país con la colaboración de agentes de la fuerza pública y un pacto criminal con los grupos guerrilleros.
Para esto fue clave la participación de Góngora Belalcázar, que por su trabajo entregó datos para crear las nuevas rutas y así mover la cocaína por el océano Pacífico. Igualmente, en su lancha, enviaba mensajes de lado y lado para concretar la forma en que se iba a traficar la droga.
“Conseguía desde el combustible hasta la alimentación, además de encargarse del reclutamiento de la tripulación de los barcos”, señala la acusación contra el lanchero, quien era conocido con el alias de Neusa en la organización criminal.
En el extenso documento se le califica como un “despachador de embarcaciones marítimas radicado en Colombia”, siendo el encargado de realizar la “logística necesaria para que los barcos cargados con cocaína pasaran por Centroamérica hasta llegar a los Estados Unidos”.
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Mientras la banda criminal aumentaba su poder, Góngora seguía escalando peldaños, siendo el encargado de contar minuciosamente las cargas de cocaína y siendo el primero en ser notificado cuando se presentaba algún inconveniente.
“Góngora Belalcázar siempre estaba presente cuando le pagaban (...) por las cargas”, indicó la fuente humana, frente a la función del lanchero en la organización de Matamba, “gestionando las embarcaciones y ayudando con la coordinación logística de las cargas, como compra de combustible, asistir durante el despacho de las cargas, cargar las embarcaciones y reclutar/coordinar con los miembros de la tripulación”.
El nombre de Góngora Belalcázar apareció en el radar de las autoridades estadounidenses después de la incautación de 336 kilogramos de cocaína, una carga para nada menor, el 23 de noviembre de 2018 en las costas de Florida. Dos fuentes humanas infiltradas en la organización revelaron los fuertes nexos de Góngora con el temido Matamba, un hombre que no dudaba en asegurar que tenía “más de 100 hombres armados trabajando bajo su mando”.
El poder de Góngora en la organización era tal que estaba siempre presente cuando se ordenaba el envío de cocaína, así como los pagos en efectivo que se debían realizar para que la mercancía llegara a su destino; además del manejo de las relaciones con los grupos guerrilleros que delinquían en la zona y que eran clave para la salida de las lanchas y barcos.
Las autoridades de los Estados Unidos le siguieron durante meses la pista a la organización de Matamba. Para esto interceptaron las comunicaciones de los máximos comandantes e infiltraron a agentes de inteligencia para recolectar toda la información sobre la forma en que se realizaban los cargamentos de droga.
“Los analistas de la PNC pudieron obtener comunicaciones que corroboran la deuda (...). Con base en estas comunicaciones, se reveló que el 13 de diciembre de 2019, 15 integrantes del grupo de Boya Meza se trasladaron a El Charco para tomar una de las embarcaciones”, señala la acusación. Los informes citan el modo en que se concertaron los cabecillas para el tráfico de droga.
Teniendo en cuenta los informes, se certificó que los cargamentos llegaban a Costa Rica y Guatemala, y de ahí partían a la Florida. “Los kilogramos de cocaína tenían marcas de impresión ORG y la esvástica nazi. Durante la incautación, la embarcación y la tripulación se escaparon”, señala el documento de la Corte de Florida, que requiere a Góngora por delitos relacionados con el concierto para delinquir y narcotráfico. La Corte Suprema ya avaló su extradición.
En medio de la investigación contra Matamba y su organización criminal ha aparecido varias veces mencionado el papel de oficiales de la fuerza pública, que entregaban información confidencial sobre los operativos en la zona. Entre estos, había generales y coroneles que movieron sus influencias todo a cambio de grandes sumas de dinero.
“Leonardo Alfonso Barrero Gordillo es conocido al interior de la indagación como alias Padrino, quien perteneció al Ejército Nacional en el grado de general”, señaló la Fiscalía en febrero de 2023, en medio de la imputación de cargos contra varios integrantes de la organización, entre ellos el coronel en retiro Robinson González del Río.
Los nombres de El Padrino y el coronel Del Río aparecieron en varios chats de Matamba con sus hombres. En este cruce de conversaciones se hablaba de la entrega de dinero, así como del movimiento de hombres de la fuerza pública para que ejecutaran operativos en contra de alias Sábalo, el delincuente con el que Matamba tenía una guerra a muerte por el control del territorio.
“El padrino dice que le mande unos 25 millones para iniciar a tocar y apenas cuadre todo él dice cuánto nos cobra por eso. Entonces usted me dirá amigo cómo hacemos para darle esa plata”, explicó el coronel Del Río en una conversación bastante clara con alias Matamba.
A finales de febrero, la Fiscalía y la Procuraduría anunciaron una investigación penal y disciplinaria, respectivamente, contra el general Botero, para establecer si en efecto tuvo contactos con la banda de alias Matamba. Hasta el sol de hoy no se ha tomado una decisión de fondo.