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Los espacios territoriales donde están los excombatientes de las Farc no desaparecen, se transforman

Este jueves termina la figura jurídica transitoria de los 24 Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación (ETCR) en Colombia. Se iniciará su integración a centros poblados, corregimientos o veredas. Unos pocos serán trasladados

13 de agosto de 2019
El fin del marco jurídico de los espacios territoriales para la Farc no significa su desaparición. | Foto: David Rubio - Agencia Anadolu

Ubeimar, en cuclillas, al borde de una colina, observa sus botas negras de caucho. Las toca, las limpia con saliva. En un movimiento pando levanta la cabeza. Sus ojos se encuentran con 120 miembros de la Farc. Baja la mirada y, de nuevo, el dedo índice húmedo dibuja una línea gruesa en la punta de su calzado pantanero.

-Ubeimar, ¿qué siente cuando los ve?

-Bien por ellos-, dice.

Los 120 farianos (como son conocidos quienes hicieron parte de la otrora guerrilla colombiana de las Farc) se gradúan y Ubeimar no.

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Los 120 sostienen en sus manos diplomas que avalan su capacitación en producción de aguacate Hass, tomate de árbol, piscicultura y artesanías. Ubeimar, quien se dice exmiliciano del frente "Jacobo Arenas", solo sostiene un machete al cinto con el que trabaja la tierra a las afueras del Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (ETCR) de Los Monos, en Caldono, al norte del departamento del Cauca.

El de Caldono es uno de los 24 espacios territoriales donde miles de excombatientes de las Farc, en medio de actividades de capacitación y reincorporación, adelantan su regreso a la vida civil.

“Vamos a identificar a los ETCR como unos centros poblados que deben estar articulados al Plan de Ordenamiento Territorial (POT) de cada municipio".

Aunque Ubeimar no está asentado en el ETCR de Los Monos –8.720 exguerrilleros viven fuera de los espacios territoriales–, comparte una preocupación latente al interior de la comunidad exguerrillera: ¿qué pasará después del 15 de agosto del 2019? En esa fecha caduca el marco jurídico de los espacios territoriales. “Lo que ocurrirá –apunta Andrés Stapper, director de la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN)– es que a partir de ese día inicia la transformación de los ETCR a centros poblados o extensiones de corregimientos y veredas, dependiendo del ordenamiento jurídico donde se encuentren”.

Con la terminación de esta figura jurídica transitoria, los ETCR no desaparecerán. De hecho, asegura Stapper, ninguno de los 3.246 individuos que viven en 24 ETCR ubicados en 13 departamentos será expulsado. En esta ruta de cooperación concertada entre las comunidades, los liderazgos de la Farc y los miembros de ETCR, Stapper recuerda que un censo elaborado por la ARN remarcó que el 76,6 por ciento de la población en reincorporación está “optimista y motivada frente a su futuro”.

Además, conforme este registro, los departamentos con mayor número de personas en reincorporación son Meta, con un 11,9 por ciento de la población; Antioquia, 11,2%; Cauca, con 10,6%; Caquetá, 6,5% y Bogotá, 6,3%. Al tanto de todo esto se encuentra René Hertz, el delegado de la Farc ante el Consejo Nacional de Reintegración (CNR), quien explica que: “en el momento no nos hemos puesto de acuerdo con el gobierno para darle un nuevo nombre a los ETCR. Los que sí debe aparecer es una resolución o un decreto para darle vida legal a estos espacios a partir del 15 de agosto”.

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“Vamos a identificar a los ETCR como unos centros poblados que deben estar articulados al Plan de Ordenamiento Territorial (POT) de cada municipio para que se siga dando de forma expedita su continuidad, pese a que hay varias complicaciones”, afirma Hertz. Dificultades que según la ARN fueron abordadas en los últimos meses por el gobierno nacional en cabeza del presidente Iván Duque.

Tras visitar los espacios territoriales de Tierra Grata en el Cesar, Fonseca en la Guajira e Icononzo en Tolima, Duque ordenó hacer un análisis general para definir el futuro de los ETCR. El resultado fue un estudio de diferentes variables relacionadas con la disponibilidad del acceso y uso de las tierras; la seguridad física, alimentaria y de desastres naturales; la viabilidad de los proyectos productivos, es decir, que estas zonas sirvan para apalancar iniciativas económicas y productivas de la Farc; y la capacidad de absorción por parte de los entes territoriales a la demanda de bienes y servicios públicos generados por los ETCR vigentes.

Revisados estos puntos, el gobierno definió que 13 de los 24 ETCR existentes tienen “una vocación de consolidarse en los territorios”. En otras palabras, estos lugares pueden convertirse en centros poblados o extensiones de las veredas y corregimientos circundantes. Por otra parte, 11 ETCR presentaron obstáculos en algunas de las variables arriba enunciadas. Uno de los que tuvo problemas fue el de Caldono.

Este ETCR –advierte Stapper– presentaba dificultades porque estaba al interior de un resguardo indígena que tenía una reglamentación especial por cuenta de varios tratados y la misma Constitución. “Allí entablamos un proceso de concertación con los cabildos y resguardos y logramos que ese espacio territorial se quede donde está”, comenta el director de la ARN.

“Antes de que se ubicaran los ETCR en 24 zonas rurales del país, el Estado no iba por allá. No llegaba la salud, la educación, los acueductos, el mejoramiento de vías. Entonces, con la presencia de estos ETCR, en alguna medida, llegaron los servicios necesarios para las comunidades”.

En ese sentido, René Hertz asegura que aunque el gobierno había propuesto mover 11 espacios territoriales con inconvenientes, se definió en común acuerdo que tan solo dos serán reubicados: el de Charras, Guaviare, y el de La Carmelita, en el departamento del Putumayo. Ante los rumores de un posible levantamiento por parte de los exguerrilleros que habitan estos dos ETCR, Hertz señala que “los compañeros" entendieron los términos del traslado. "No ha habido ningún tipo de resistencia”, asegura.

Cómo van los proyectos productivos de las Farc

Hasta el 29 de julio de 2019, dice Hertz, había 29 proyectos aprobados. De ellos, 19 habrían recibido un desembolso de dineros por unos 13.000 millones de pesos. “La falta de acceso a la tierra, apunta Hertz, es una barrera bastante grande que impide la implementación de esos proyectos. Estamos hablando con el gobierno para buscar alternativas, se están examinando soluciones, se está analizando la ruta para que sea expedito el tema de la tierra con el objetivo de desarrollar las iniciativas de los reincorporados”.

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Aunque la falta de tierra es un condicionante para adelantar los proyectos, también es cierto que en el pacto de La Habana no se llegó a un compromiso específico de entrega de predios para personas en proceso de reincorporación. “Ellos tienen que hacer la gestión al igual que el resto de comunidades. Se están articulando acciones con la Agencia Nacional de Tierras para buscar alternativas que permitan la ejecución de estos proyectos productivos de la mejor manera", dijo en su momento Ángela Medina, coordinadora para el Cauca de la ARN.

Mientras tanto, y pasados dos años desde el inicio del proceso de reincorporación, se han vinculado 1.506 excombatientes de las Farc a 235 proyectos productivos, de estos, 19 son colectivos y cuentan con subvenciones por parte del Consejo Nacional de Reincorporación y la ARN.

“La ARN ha desembolsado 12.047 millones de pesos, recursos destinados al capital semilla para la implementación de 235 proyectos productivos", indica Stapper. En el Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación de Los Monos se encuentra el proyecto productivo colectivo con mayor número de excombatientes vinculados. En este ETCR, el programa de aguacate Hass, cuyo valor de inversión asciende a 2.300 millones de pesos, está conformado por 240 personas en etapa de reincorporación.

En definitiva, y en lo que coinciden tanto la Farc como el gobierno, es que la continuidad de los ETCR (con el nombre que dispongan ambas partes después del 15 de agosto) no está en juego. “Antes de que se ubicaran los ETCR en 24 zonas rurales del país, el Estado no iba por allá. No llegaba la salud, la educación, los acueductos, el mejoramiento de vías. Entonces, con la presencia de estos ETCR, en alguna medida, llegaron los servicios necesarios para las comunidades”, concluye Hertz.

En consecuencia, el alto consejero para el Posconflicto, Emilio Archila, asegura que todos los alcaldes de los municipios donde están situados los 24 ETCR quieren que estos permanezcan.

De Agencia Anadolu.

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