CONFLICTO

El frente europeo de las FARC

La influencia de la guerrilla en Europa se reduce a agencias de noticias por Internet, algunas organizaciones de refugiados políticos y un puñado de jóvenes europeos ingenuos con sueños románticos. Investigación de Camilo Jiménez, corresponsal de SEMANA en Berlín.

16 de febrero de 2008
Este afiche dice ‘ni para el Alca y sus componentes militares del Plan Colombia y del Plan Patriota’

A algunas personas les ha causado extrañeza que un grupo como las Farc, que ha secuestrado y asesinado a miles de colombianos, esté tan obsesionado con que la Unión Europea (UE) le quite el calificativo de terrorista. Ante tanta barbarie, qué importa qué piensen oficialmente en el Viejo Continente. En realidad, mucho. La relación entre la guerrilla y Europa cambió radicalmente después de que en junio de 2002 la UE la incluyó en la lista de organizaciones terroristas. Hoy la influencia de las Farc es una sombra de lo que era, según pudo constatar una investigación de SEMANA que abarcó varias ciudades europeas.

Hace 15 años no había que escudriñar demasiado en actas, adentrarse en los submundos de la clandestinidad ni mucho menos navegar por los entonces inexistentes vericuetos de la Internet para saber quién en Europa apoyaba las causas y acciones de las Farc. Bastaba visitar a uno que otro parlamentario de izquierda, asistir a los eventos que por docenas organizaban ONG e iglesias o participar en alguna de las protestas de activistas que solían tener lugar en las capitales europeas. El apoyo era abierto. Cundía un ánimo protector y comprensivo hacia la guerrilla.

Durante esos años, la imagen de Colombia en Europa era impactada por noticias del exterminio de la Unión Patriótica, de la narcotización y la corrupción de las instituciones públicas; del surgimiento de los paramilitares, las masacres y las fosas; y de la impunidad en el país. Los europeos también experimentaron en carne propia el arribo de una inmensa ola de asilados políticos: guerrilleros, activistas de la izquierda, adeptos del comunismo, contradictores del establecimiento y opositores, todos víctimas de la persecución política. Llegaron primero a Francia, España e Italia, pero luego emigraron a Alemania, Bélgica, Holanda, Dinamarca, Suecia, Noruega y Suiza. Muchas organizaciones políticas los recibieron con los brazos abiertos,

Para 2002, este apoyo era conformado, según cifras oficiales, por 13 partidos políticos en Alemania, Bélgica, Francia, Grecia, Suiza, Dinamarca, Suecia, y Noruega y por 28 asociaciones de activistas. Para un ex representante de la guerrilla colombiana en Alemania, consultado por SEMANA, el total de las organizaciones que antes de la prohibición se movían en torno a las Farc por encima de las 200.

Todo eso se trastornó cuando fueron calificadas de terroristas. Los miembros de varios Parlamentos de Europa, especialmente en países como Alemania y Francia, renunciaron a su apoyo; las principales ONG se quitaron la escarapela de las Farc y comenzaron a registrar en sus informes también los crímenes de lesa humanidad perpetrados por esta guerrilla; y centenares de activistas comenzaron a distinguir las propias causas de las de las Farc. Así mismo, se congelaron fondos y otros activos financieros de la guerrilla en Europa, y la Interpol expidió circulares azules y rojas.

Desde entonces, las Farc han buscado recuperar el espacio perdido. Según le dijo a SEMANA uno de los representantes de las Farc en Suiza, que hasta hace poco tiempo repartía tarjetas personales con el logotipo de la guerrilla, "los objetivos de las Farc en la región permanecen los mismos de siempre". A saber: ser reconocidas internacionalmente como fuerza beligerante y desprestigiar a los organismos del Estado colombiano.

Curiosamente, la estrategia ya había sido concebida antes de que las Farc fueran incluidas en la lista europea de organizaciones terroristas. Un ex guerrillero miembro coordinador del Partido Comunista Clandestino de las Farc (PC3) explicó a SEMANA que entre 1999 y 2002, en el Caguán, en los tiempos de la zona de distensión, para ese fin las Farc habían lanzado el Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia. "Este fue el modelo desarrollado para llevar a cabo una nueva estrategia política y propagandística en Europa tras un posible fracaso del proceso".

Hoy son más de 30 los representantes oficiales de las Farc en Europa. Éstos conforman la columna vertebral de las operaciones de esta guerrilla en el continente. Manejan a nombre de terceros bienes e inversiones. Y establecen y mantienen contactos de tipo político con el Parlamento Europeo y los parlamentos de Dinamarca, Suecia y Suiza.

Según datos de inteligencia colombiana y europea y de fuentes individuales, ellos hacen presencia en Ginebra, Lausana y Zürich, en Suiza; Bruselas; París; Madrid y Bilbao, en España; Berlín, Colonia y Bonn, en Alemania; los países de la Benelux y Dinamarca y Suecia.

Tienen cinco objetivos. Primero, desarrollar una campaña política a favor de las Farc y en contra del gobierno a través de la permanente difusión de acusaciones. Segundo, buscar un aumento de la presión de la UE sobre el gobierno de Uribe para que éste decida negociar el acuerdo humanitario bajo las condiciones de las Farc. Tercero, persuadir a los gobiernos de la UE a que eliminen sus ayudas militares, con base en denuncias de los vínculos entre la Fuerza Pública colombiana y las autodefensas. Cuarto, realizar y asistir a eventos de proselitismo que permitan difundir tanto su ideología como su propia versión de la historia colombiana. Y quinto, participar o, en su defecto, infiltrar organizaciones ideológicamente allegadas al pensamiento de las Farc y usarlas como plataformas.

No obstante, los mecanismos de apoyo que le quedan a esta guerrilla en Europa son totalmente distintos de lo que fueron en los 80 y los 90. En la actualidad, estos son Internet, las organizaciones de refugiados y las redes clandestinas en países laxos en hacer cumplir la prohibición de la UE.

Según fuentes de la Oficina Federal de Investigación Criminal de Alemania, la cantidad de páginas de Internet 'vigiladas' está en el orden de las dos cifras. Y si se dirige la mirada a Suecia, la cantidad de páginas web con contenidos colombianos que, según fuentes del Tribunal de Justicia Europeo en Luxemburgo, cumplirían las "condiciones para entrar en la esfera de vigilancia de las autoridades", serían al menos seis.

SEMANA supo que hay por lo menos 23 lugares web basados en servidores de seis países europeos, administrados desde allí y visitados diariamente por un promedio de 30.000 personas (el portal de las Farc es una de las 15 páginas más visitadas de Colombia). Los ejemplos más claros son los sitios de las Farc que funcionan desde servidores suizos y españoles y administrados en Lausana, Suiza, y Bilbao, España; el del frente Antonio Nariño, establecido en servidores españoles y administrado en Suiza; el portal de la Coordinadora Continental Bolivariana y su Agencia Bolivariana de Prensa, en servidores italianos; y la página del Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia, en servidores británicos.

También hay una amalgama de agencias de noticias proFarc en Europa: la Agencia de Noticias Nueva Colombia (Anncol), ubicada en servidores daneses, pero operada en Estocolmo; la Agencia Bolivariana de Prensa, en servidores italianos; la Prensa Rural, en servidores daneses; el Grupo de Información Alternativa Nueva Colombia, en servidores alemanes y basado en Berlín, y la emisora Radio Café Estéreo, apadrinada por la Asociación Jaime Pardo Leal de Estocolmo y localizada en servidores suecos.

Estas organizaciones tienen como objetivo divulgar información alternativa sobre el conflicto colombiano, para "mostrar al mundo la otra cara de la realidad colombiana que los grandes medios colombianos censuran". Están integradas por colombianos asilados, víctimas de la persecución política de finales de los 80 y antiguos miembros de la Unión Patriótica o de las propias Farc. Dicen que sus fondos de financiación aparentemente son independientes de las mismas y procedentes de los bolsillos de simpatizantes o, con frecuencia, de los propios miembros.

El mejor ejemplo de esto es Anncol. Fue fundada en 1996 por un grupo de desterrados políticos de la Unión Patriótica residentes en Suecia, en conjunto con periodistas de ese país. Según le dijo a SEMANA un miembro de su consejo editorial, esta agencia de noticias "surgió por la necesidad de presentar a través de un medio alternativo un punto de vista sobre la situación en Colombia distinto al que la prensa influyente se obstina en defender". Según el editor, desde su inicio la redacción de Anncol ha sido financiada con dineros provenientes del bolsillo de los miembros de la agencia y de aportes de simpatizantes de diversos países de Europa, entre los que se encuentran las donaciones del sueco Jens Holm, un europarlamentario izquierdista. Casi todas las firmas que acompañan las publicaciones de Anncol son seudónimos.

Desde hace más de 10 años, este medio opera en Internet. Esto le ha permitido convertirse en la agencia alternativa más visitada con un tránsito de hasta 800.000 cibernautas en un solo día. En cuanto a las publicaciones de las Farc en Anncol, uno de sus editores afirma que "con el paso del tiempo también la guerrilla comenzó a enviarnos comunicados, y nosotros sólo las publicamos". En cuanto a la acusación de terrorismo contra las Farc, el editor entrevistado por SEMANA sostiene que "no hay pruebas concretas", que "el cuento del terrorismo es algo estrictamente mediático" y que "el día que nos demuestren que las Farc cometen crímenes de lesa humanidad, Anncol dejará de apoyarlas".

Aunque los redactores de Anncol rechacen tener lazos directos con las Farc, uno de sus columnistas más asiduos fue capturado en marzo de 2007 por unidades del CTI en Armenia. Según informaron a SEMANA fuentes militares, alias 'Horacio Benítez' fue sindicado por la Fiscalía de pertenecer a una red de narcotráfico de las Farc, después de haber sido rastreado durante meses realizando transacciones de drogas en Bolivia. SEMANA pudo establecer que se trata del mismo columnista de Anncol,alias 'Horacio Duque', que escribió para esa agencia hasta comienzos del año pasado.

En Europa no sólo agencias de noticias y páginas de Internet conforman el apoyo a las Farc, sino también algunas organizaciones. SEMANA encontró 16 de este tipo, asentadas en Holanda, Bélgica, Alemania, Dinamarca, Suecia y Suiza. Todas tienen en común cuatro características: rechazan el 'establecimiento político colombiano'; son acérrimas críticas del gobierno de Álvaro Uribe, y consideran legítimas, aun hoy, las causas y la lucha armada de las Farc en Colombia.

Entre ellas está la Asociación Jaime Pardo Leal, de Suecia (Ajpl). Su trabajo consiste en difundir contenidos ideológicos que colindan con el pensamiento de esta organización guerrillera, y mantener una plataforma para la discusión política, la publicación de denuncias y la organización de eventos contra el establecimiento colombiano.

La Ajpl consta de 14 miembros activos y cerca de 50 pasivos, que pagan membresía y participan en protestas, seminarios y reuniones organizados por la asociación. Al estar ubicada en Estocolmo, su estatus de organización de refugiados políticos le permite financiarse no sólo a través de los aportes de sus miembros, sino gracias a significativas subvenciones del propio gobierno sueco.

En diálogo con SEMANA, la directora de la Ajpl explicó la "admiración" de esta organización hacia las Farc que, según ellos, "interpreta con claridad las causas del conflicto social y armado y propone soluciones para una paz duradera y con justicia social".

La Ajpl difunde entre los suecos la convicción de que "el pueblo organizado junto a esa guerrilla creará las condiciones para construir una Nueva Colombia". Y hace esto último a través de su organización hija, la 'emisora alternativa' Radio Bolivariana Café Stereo, que sale diariamente al aire. En sus contenidos se entremezclan las denuncias -a veces arbitrarias, a veces ciertas- contra el Estado colombiano y la difusión de información alternativa. La dirigen dos periodistas radiales colombianos, asilados desde hace 20 años en Suecia, que consideran a las Farc "una verdadera alternativa al actual gobierno colombiano". Se puede sintonizar en toda Suecia bajo el dial 88.4 FM o escuchar por pasajes en Internet.

También hay unas organizaciones donde prima entre sus miembros el idealismo romántico, el mismo que llevó a Tanja Nijmeijer -la guerrillera holandesa (ver recuadro)- a unirse a la Farc. Un ejemplo claro es la Juventud Socialista Noruega (SU, por su sigla noruega). SU es criticado por tener un programa de intercambio estudiantil con las Juventudes Comunistas de Colombia (Juco). Esa organización envió representantes que tomaron parte de las llamadas 'audiencias preliminares' de las Farc en la época del Caguán. Allí entablaron contacto con la Juco. Desde ese momento, se acusa a la organización noruega y a la colombiana de haber construido un puente para el paso de europeos a Colombia y viceversa, con el fin de apoyar a las Farc.

SEMANA visitó las instalaciones de la SU y encontró a un grupo de jóvenes que dicen que su único objetivo es trabajar por la justicia social en Colombia. En diálogo con SEMANA, la encargada para Colombia de la SU, una noruega que actualmente escribe una tesis de maestría sobre los jóvenes desplazados, explicó los propósitos de su trabajo: "Nos consideramos agentes externos de la situación colombiana, observadores; por esta razón, nuestro papel es el de denunciantes: denunciamos asesinatos de estudiantes universitarios, denunciamos las acciones de las Águilas Negras contra líderes estudiantiles y sindicales, y condenamos los desatinos del proceso de paz con los paramilitares".

En los últimos años en Dinamarca, está de moda entre algunos jóvenes (y viejos) daneses solidarizarse con las Farc por medio de donaciones. Sin embargo, éstas son tan magras, que no pasan de ser acciones simbólicas. En Dinamarca, por lo menos tres organizaciones abiertamente aceptan haber enviado dinero a las Farc en los últimos dos años: el movimiento Rebelión, Fighters + Lovers (F+L) y Horserød-Stutthof Foreningen (HSF), la unión de ex combatientes de la Segunda Guerra Mundial y victimas de campos de concentración.

En 2006 Rebelión donó 8.000 euros a las Farc, F+L recolectó uno 6.000 euros y HSF otro tanto. Para F+L, Colombia permanece como "uno de los objetivos principales de la 'guerra contra el terrorismo' impuesta por Estados Unidos". Para ellos, las Farc son, escuetamente, una de esas "fuerzas que resisten a esta agenda y que de esta manera le dicen 'no' a la guerra". Un veterano de HSF explicó a SEMANA sus motivos: "HSF fue fundado por luchadores de la libertad y por víctimas de campos de concentración. Nos solidarizamos con todos los que luchan por la paz y la libertad y en contra de la supresión, la explotación, la guerra y el fascismo".

Y es que en Dinamarca, pero también en Suecia, Suiza y Bélgica, no parece existir el mínimo temor antes los castigos que la ley antiterrorista pueda imponer ante tales boicoteos.

¿Tienen un valor en Europa estas donaciones simbólicas? Según le dijo a SEMANA un reconocido funcionario suizo experto en las relaciones de las Farc con el continente, "por este tipo de acciones, el apoyo de la opinión pública y las organizaciones de la sociedad civil en Europa a las Farc ha aumentado en el último año. Y los juegos de personajes como Hugo Chávez están nuevamente dando importancia a grupos de extrema izquierda. Aquí se tiende a ver a Chávez y a las Farc como un conjunto. Esta confusión es hoy mucho mayor que antes".

Sin embargo, como quedó demostrado en la reciente visita del presidente Uribe a Europa, ni las donaciones, ni las páginas de Internet, ni las agencias de noticias 'alternativas', ni el abrazo cada vez más público de Chávez, han cambiado el veredicto actual: las Farc son terroristas. Como lo recuerda el alemán Günther Maihold, experto en relaciones internacionales latinoamericanas, "es importante constatar que el interés por lograr que las Farc se incluyeran en el listado fue el fruto de un empuje del gobierno colombiano, al cual los líderes europeos se sumaron en respuesta inmediata a la amenaza del terrorismo internacional tras los ataques del 11 de septiembre". Europa, afirma Maihold, ha tenido la suerte de que hasta hoy "las Farc no han contribuido a que esta decisión se ponga en duda".