El fuerte vendaval que sacude al Pacto Histórico, de Gustavo Petro

No ha sido una buena semana para el Pacto Histórico que dirige el senador Gustavo Petro. Hechos recientes que comprometen a algunas de sus principales cabezas, la incertidumbre sobre si la Colombia Humana puede hacer parte de la coalición progresista y las pujas internas por la conformación de la lista cerrada al Senado, tienen a la izquierda radical con los pelos de punta. Hay fuego interno y una medición de egos que aumenta más la tensión entre sus integrantes.

En la mañana de este miércoles, el senador Gustavo Petro sorprendió a sus seguidores porque advirtió que si no le permiten a la Colombia Humana- su partido que revivió la Corte Constitucional-hacer coaliciones en el 2022, él renunciará a la personería jurídica.

El Consejo Nacional Electoral tiene la última palabra que, sin duda, tendrá algún efecto en la coalición de izquierda. Aunque las principales fichas de Petro juegan hoy en el Mais, el Polo, entre otros partidos, la sumatoria de otra colectividad le generaba más peso al Pacto y además le permitía a Petro jugar con más poder.

Internamente hay quienes aplauden el resurgimiento de la Colombia Humana, pero hay algunos sectores progresistas que, en voz baja, dicen que no les agradó la decisión de la Corte porque Petro sugeriría más nombres en los primeros lugares de la lista del Pacto Histórico al Congreso, y eso desplazaría a otros nombres.

Otro bombazo que soportó el Pacto Histórico fue la renuncia a su candidatura al Senado de Armando Benedetti, en medio de la investigación que afronta en la Corte Suprema de Justicia. Aunque internamente el senador tiene resistencia, su renuncia genera un efecto. Tiene más de 72.000 votos, goza de un electorado fuerte en la Costa, donde reina políticamente la Casa Char, y había logrado convertirse en uno de los principales defensores de Gustavo Petro. Benedetti fue quien ideó las tarimas en forma de P- la inicial de Petro-, donde el líder de la Colombia Humana ha hecho sus primeras apariciones públicas.

Armando Benedetti no renunciará al Pacto Histórico y a la idea de llevar a Gustavo Petro a la presidencia.

Ni siquiera se terminaba de digerir la decisión de Benedetti, cuando Roy Barreras, precandidato presidencial por el Pacto Histórico, respondía por la aspiración al Senado de Sandra Villadiego, salpicada en su momento en el escándalo de Odebrecht y esposa de Miguel Ángel Rangel, exsenador condenado por la Corte Suprema por nexos con el paramilitarismo. Internamente, en el Pacto Histórico le atribuyeron su respaldo a la candidata cuestionada ya que ambos fueron compañeros del Congreso y pertenecieron al Partido de La U. “Esposa de parapolítico mata al Pacto Histórico. Fin del comunicado”, dijo Gustavo Bolívar, cercano de Petro, pero distanciado de Roy Barreras. Después reculó.

En el petrismo hay peleas por todos lados. Se suman las de algunos dirigentes del Polo Democrático que insisten en que cerrar la lista fue un error; otros que exigen a los concejales del Polo en Bogotá quitarle el apoyo a la alcaldesa Claudia López por sus ataques contra la izquierda radical; los que cuestionan que a Gustavo Bolívar le den la cabeza de la lista, e incluso, le aconsejan a Petro tenerlo lejos. Eso sin contar con las peleas que se avecinan cuando se conozcan las listas oficiales al Senado y más de un líder sienta que lo dejaron por fuera. O al menos en un puesto donde esté alejado de alcanzar una opción real al parlamento.

Solo hasta ahí se medirá la cohesión al interior del partido y el liderazgo que pueda ejercer Gustavo Petro para sostener a su coalición pensando en el Congreso y en las elecciones presidenciales.