Judicial
El impresionante arsenal que le incautaron a Pájaro, el temido exparamilitar que participó en la fuga de Matamba
Un juez legalizó la captura de John Fredy Gallo Bedoya, señalado de financiar la fuga del narcotraficante. La Fiscalía le imputará los delitos de concierto para delinquir y fuga de presos.
El juez 80 de control de garantías legalizó la captura de John Fredy Gallo Bedoya, más conocido como Pájaro, el exparamilitar señalado por las autoridades de financiar y controlar minuto a minuto la burlesca fuga del narcotraficante Juan Larinson Castro Estupiñán, alias Matamba, en hechos registrados en la madrugada de 18 de marzo de 2022 en la cárcel La Picota, de Bogotá.
En medio de la diligencia judicial, se conoció que el operativo se adelantó tras una ardua labor de inteligencia y contrainteligencia que permitió ubicar la finca en la que se estaba escondiendo Pájaro, uno de los hombres más buscados en el Magdalena Medio. Fue así, como en tiempo récord, unidades de policía antinarcóticos pusieron en marcha un plan para detener al exparamiltar en una finca ubicada en zona rural de la vereda Las Pavas, corregimiento Puerto Romero, municipio de Puerto Boyacá (Boyacá).
En el operativo, los policías le incautaron dos escopetas calibre 12, una carabina calibre 22 con dos cargadores, una mira 4x32, 104 cartuchos calibre 12, trece cartuchos calibre 20, 24 cartuchos calibre 7.65, nueve cartuchos calibre 22, una pistola traumática, cinco cartuchos, una batería para celular, un libro ‘Ramón Isaza, origen de las Autodefensas Campesinas’, tres USB, documentación falsa y cuatro teléfonos celulares.
Todos los elementos incautados también fueron avalados por el juez de control de garantías, esto pese a los cuestionamientos de la defensa del capturado que reclamó que los tiempos para legalizar tanto la captura como los elementos incautados habían superado los tiempos que exige la ley.
Pájaro deberá responder ahora por los delitos de concierto para delinquir agravado y fuga de presos. Las autoridades lo señalan de liderar las oficinas de cobro para el ajuste de cuentas en Bogotá; además, ordenaba extorsiones y secuestros extorsivos a comerciantes, ganaderos y empresarios de la región del Magdalena Medio y Cundinamarca.
Gallo Bedoya ingresó en 1986 a las Autodefensas del Magdalena Medio. Diez años después, tras su desmovilización, se contactó con Arnubio Triana Mahecha, alias Botalón, para así ingresar a las Autodefensas de Puerto Boyacá, siendo hombre de confianza de Ramón Isaza Arango, alias El Viejo.
Isaza le ordenó comandar el Frente Celestino Mantilla de las Autodefensas Campesinas de Puerto Boyacá, que ejecutó varios delitos. En 2006, tras el proceso de desmovilización, se postuló a la ley de Justicia y Paz, pero jamás cumplió con los mínimos requisitos, alejándose para así seguir en la vida criminal.
En diciembre de 2022 se emitió una orden de captura en su contra por el delito de concierto para delinquir agravado. Pocos meses después, fue vinculado formalmente con los delitos de concierto para delinquir y fuga de presos por el burlesco escape del narcotraficante Juan Larinson Castro Estupiñán, alias Matamba, de la cárcel de La Picota, de Bogotá.
En marzo pasado, SEMANA reveló en exclusiva pruebas que vinculaban a alias Pájaro con todo el plan de fuga del narcotraficante Juan Larinson Castro Estupiñán, alias Matamba, en la madrugada de 18 de marzo de 2022 en la cárcel La Picota, de Bogotá.
Pájaro, según la Fiscalía General, era el principal enlace entre el Clan del Golfo, comandado por Jesús Ávila Villadiego, alias Chiquito Malo, y la estructura de esta banda criminal que delinquía en Bogotá y que estaba al mando de Édgar Eulicio Munévar Castillo, conocido en el mundo criminal con el sobrenombre de El Caballista.
En la reunión que se celebró en la noche del 16 de marzo de 2022 en un establecimiento ubicado en una bomba de gasolina en el norte de Bogotá, para finiquitar el plan de fuga, El Caballista, quien se movilizaba en vehículos de alta gama, se encontró con Manuel Antonio Castañeda, quien trabajaba con la Unidad Nacional de Protección (UNP) para finiquitar la fuga de Matamba, quien se encontraba en la cárcel La Picota.
El Caballista le señaló al conductor las rutas que debían tomar rumbo al Magdalena Medio, los movimientos a ejecutar si había problemas y, lo más importante, el silencio que debían asumir una vez recogieran al narcotraficante. En medio de la charla llegó como un fantasma un hombre, quien parecía haberse sometido recientemente a una cirugía en el rostro y el cual no pronunció ni una sola palabra y que minutos después se subió a la camioneta de Castañeda.
Ya con las primeras horas del nuevo día, los tres hombres se dirigieron al sur de la capital de la República. En cercanías al botadero de Doña Juana fueron interceptados por un vehículo de bajo cilindraje del cual se bajó “un sujeto moreno que vestía sudadera y tenía en su mano una pistola con silenciador y se monta a mi camioneta con nosotros”.
Este hombre era nada más ni nada menos que Matamba, que había salido con toda naturalidad del pabellón de extraditables de la cárcel.
“Lo primero que hace este sujeto es decirle a Pájaro: ‘Gracias, patrón, le debo esta vida y la otra, ya el dinero lo cuadramos’. Le da un beso, al señor Édgar le da las gracias y a mí me saluda chocando los puños” (sic), testificó Castañeda.
Siguiendo las recomendaciones, el conductor aceleró para salir de Bogotá y llegar lo más pronto posible. A las 4:30 a. m., tras pasar por “puente largo” de El Doral, se orillaron en la carretera.
“Cuando llegamos a ese punto había dos camionetas parqueadas (…) como cuatro o cinco sujetos, al parecer, escoltas de la UNP, porque estaban bien atalajados, pues portaban pistolas, proveedores y placas del cuello. De la Frontier se bajan Pájaro y Matamba, se suben solos a la TXL blanca porque uno de los escoltas le entregó las llaves a Pájaro para que manejara”.
Édgar dio instrucciones precisas a los hombres de lo que debían hacer con los vehículos. Tras llegar a la finca que ya estaba fijada, se encontraron con que 50 personas que lo estaban esperando. “Alias Pájaro da la orden al parecer a los encargados de la finca, entonces los viejitos salen y entregan fusiles AK-47, escopetas y pistolas como a 40 personas”.
A las 9:00 a. m. del 17 de marzo, Castañeda, El Caballista y otra persona cuya identidad se desconoce se devolvieron en la camioneta que le había prestado el capitán Duque Casas. “Llegando a Bogotá, Édgar llamó a un contacto de la Policía que dice que es del CAN, para que borre los videos de desplazamiento para no dejar registro. Llegamos a la calle 80, el calvo se bajó cerca del CAI de la Policía y nos fuimos por la 26″.
De alias Pájaro, el hombre clave, se sabe que es un desmovilizado de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Tiene nexos directos con los comandantes del Clan del Golfo, coordinando a los prestamistas y manejando las finanzas de la banda criminal en el centro del país. Informes de inteligencia señalaron que maneja dos vehículos de gama alta y una finca cercana al Puente de Guadua, sobre la calle 80, en el occidente de Bogotá.