Parapolítica

El lado flaco de Mario Uribe

La sorpresiva decisión de la Fiscalía de poner tras las rejas al primo del Presidente tiene una explicación: el aumento atípico de sus votos en Córdoba.

26 de abril de 2008
El ex senador Mario Uribe Escobar, quien fue asegurado por la Fiscalía el lunes pasado. Al día siguiente, sin suerte, intentó conseguir asilo político en la Embajada de Costa Rica en Colombia. Desde el miércoles está en el patio de los llamados para-políticos de la cárcel La Picota, en Bogotá

Uno de los golpes más duros que ha recibido Álvaro Uribe como Presidente es la noticia de esta semana de la medida de aseguramiento contra Mario Uribe. No sólo lo afectó por tratarse de su primo, sino que por su condición de familiar del mandatario, el escándalo de la parapolítica -que no había tenido mayor trascendencia internacional- llegará esta semana a los titulares de los más importantes medios del mundo.

La decisión de la Fiscalía marca también un momento importante para el proceso que involucra hoy a 68 congresistas. El caso del ex senador Mario Uribe Escobar era, tal vez, el más difícil, por las presiones que recaían sobre la Fiscalía: los 'furibistas' llegaron a decir que los investigadores no habían encontrado prueba para encarcelarlo y los antiuribistas trataron de poner en entredicho al fiscal del caso.

Lo cierto es que este último, el fiscal Ramiro Marín, salió con un argumento con el que pocos contaban y que hasta ahora no se ha hecho público: que gracias a la ayuda de los paramilitares, en las elecciones del 10 de marzo de 2002 el primo del Presidente tuvo una votación atípica en algunos municipios de Córdoba. Para el ente investigador, no fue normal que Uribe pasara de 3.474 votos en 1998, a 11.136 en las elecciones de 2002.

Esas cifras, para la Fiscalía, dan a entender que el senador Mario Uribe sí se reunió con el jefe paramilitar Salvatore Mancuso antes de las elecciones de marzo de 2002, como lo dijo el propio comandante para en una primera versión ante la justicia, y no después, como luego trataron de hacerlo creer tanto la ex congresista y confesa paramilitar Eleonora Pineda, como Mancuso y el propio Mario Uribe, que dijeron haberse reunido para hablar de paz.

El caso Montelíbano

Es decir, para el fiscal Ramiro Marín no hay duda de que aquella reunión de hace seis años fue para sellar un pacto político. Y sobre esa afirmación está apoyada en un 70 por ciento la medida de aseguramiento en contra del ex senador.

Al comparar los resultados de las elecciones de 1998 y las de 2002, un hecho llamó poderosamente la atención de la Fiscalía: en el municipio de Montelíbano, Mario Uribe sacó sólo ocho votos en 1998, y cuatro años después aumentó sus sufragios a 4.087. En otros dos pueblos cordobeses, Chinú y Sahagún, la Fiscalía observó un incremento también anormal en la votación del primo del Presidente.

Si bien la Fiscalía calificó como atípica la votación de Uribe Escobar en estos tres municipios, el porcentaje del total de la votación no es muy alto si se compara con votaciones atípicas registradas en otros departamentos. Mientras en Montelíbano los votos ganados por Uribe equivalen al 27,03 por ciento del total; en Chinú, al 11,98 por ciento, y en Sahagún, al 11,75 por ciento; en municipios de Magdalena y Cesar, los senadores y representantes que están hoy en la cárcel alcanzaron porcentajes de más del 80 por ciento y el 90 por ciento.

El segundo dolor de cabeza del ex senador de Andes (Antioquia) es el testimonio de Jairo Castillo Peralta (alias 'Pitirri'), un ex paramilitar arrepentido que dijo haber visto a Mario Uribe en compañía de paramilitares, tratando de conseguir tierras baratas en Caucasia (Antioquia) y Sahagún (Córdoba). Sobre este particular, la Fiscalía sostuvo que esos presuntos encuentros muy posiblemente se dieron en 1998, y que si bien Uribe Escobar pudo demostrar que no tiene tierras conseguidas ilegalmente en esos dos municipios, 'Pitirri', al parecer, sí estuvo por ese año en las zonas donde dijo haber visto al hoy ex senador detenido.

Una fuente de la Fiscalía le dijo a SEMANA que el fiscal Marín consideró que en el caso estaban dadas las condiciones (mínimo dos indicios) para imponer la medida de aseguramiento. "Otra cosa serán las condiciones para la calificación del expediente", añadió. Lo cierto es que el fiscal general, Mario Iguarán, ya se dio la pela que nadie creía: meter a la cárcel al primo del alma de su otrora jefe, el presidente Álvaro Uribe.