El llamado de expertos a los gobiernos del mundo para trabajar por la salud mental de la ciudadanía

International City and Urban Regional Collaborative (I-CIRCLE) es una red internacional de expertos que trata distintos temas. En una declaración conjunta de 32 países, los miembros llamaron a los gobiernos del mundo sobre la necesidad de garantizar el bienestar emocional y mental de la humanidad como una expectativa común de la gobernanza global.

Colombia, junto a Estados Unidos, Brasil, Inglaterra, Zimbabue y otros, instaron a priorizar y fortalecer la salud mental de las poblaciones, ante posibles situaciones adversas como la pandemia actual, que sin duda ha afectado y afectará a futuro la salud mental de la población del mundo.

Un artículo de la prestigiosa revista científica The Lancet reunió las conclusiones de la declaración, asegurando que hay una asignatura pendiente sobre el abordaje de la salud mental y la capacidad emocional de las comunidades, necesaria para afrontar el futuro.

“A menos que se produzca un cambio audaz, los factores sociales remediables (pobreza, inseguridad alimentaria, vivienda inestable, educación de la niñez), la opresión racial y económica, los bajos recursos de los sistemas de salud mental y su misión demasiado estrecha, se continuará socavando en la salud emocional”, señala el texto, que señala los efectos negativos y a largo plazo que tendrá la covid-19 sobre la ciudadanía, pues se trata de una exposición prolongada a la pérdida, el estrés, el trauma y muchas otras sensaciones y emociones.

Miguel Sabogal, psiquiatra, coordinador del programa de la salud mental de los trabajadores de la Subred Norte de Bogotá y sus familias y parte de I-CIRCLE, considera que la salud mental es esencial para le desarrollo sostenible de los países, porque no se debe pensar en esta de manera lineal, sólo vista desde la medicina, la psiquiatría y la psicología, sino vincularla a un sistema mucho más integral y holístico de bienestar cívico, que también incluya el deporte, las actividades culturales, la educación y otros factores definitivos para la vida de las personas.

“La salud social y mental aumenta la gobernanza. Si los Estados de preocupan más por garantizar el bienestar emocional de las poblaciones, eso va a aumentar su desarrollo y la sostenibilidad. Es importante conectar la salud mental, no sólo con la psiquiatría y la psicología, sino con el sistema ecológico dentro de una ciudad, conectarlo con el sistema cultural, con la educación, para poder replantear y que sean sistemas que tengan impacto en la salud emocional de la población”, explicó el experto del sistema público de salud de Bogotá.

Es decir, la salud mental va mucho más allá de un diagnóstico patológico sobre un individuo y las acciones para abordarla deben basarse en la comprensión de la vida en sociedad y la implementación de políticas sociales amplias.

Por su parte, la Subred Norte en la que trabaja Sabogal dio a conocer que desde el comienzo de la pandemia implementó un programa que, precisamente, trata de ser integral, y se enfoca en los trabajadores de la salud de las instituciones. Es decir, tiene distintos enfoques como el espiritual, psicológico, entre otros, y funciona con acciones de autocuidado, manejo del duelo, del estrés y la humanización de los servicios. Además, con acuerdos entre organizaciones externas se brindó apoyo espiritual desde diferentes creencias y espacios de meditación.