ELECCIONES 2018

El millón de firmas que busca Clara López

La exministra de trabajo, quien hasta hace poco fue miembro del Polo Democrático, decidió acudir a los ciudadanos para que apoyen su candidatura a la presidencia. Sus retos no son pocos ni fáciles.

7 de julio de 2017
| Foto: Nuestro Partido es Colombia

El pasado jueves, Clara López llegó a la Registraduría acompañada de un centenar de seguidores. Ese día inscribió el grupo significativo de ciudadanos del colectivo social y político Todos Somos Colombia para la recolección de firmas que posibilitará su postulación a la carrera presidencial. “Queremos ese apoyo de carne y hueso, de la ciudadanía de a pie y por eso vamos a utilizar la recolección de firmas para recolectar los sueños de las personas… vamos a tener un nuevo sentimiento de país”, dijo en ese acto.

Quienes la conocen, dicen que ese no era el camino que ella esperaba para participar en la contienda de 2018. A la exministra de Trabajo le habría gustado lanzar su aspiración desde el Polo Democrático, partido en el que militaba desde hace más de doce años y del que también ha sido candidata a la presidencia y a la Alcaldía de Bogotá.

Pero las dinámicas internas de su partido la llevaron a optar por su propio movimiento.  Particularmente, el enfrentamiento que ha tenido con el sector liderado por el senador Jorge Enrique Robledo, candidato de las toldas amarillas a la presidencia. Los enfrentamientos con ese sector surgieron en 2014, cuando ella como candidata decidió sumarse a Juan Manuel Santos en la segunda vuelta. 

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Robledo, quien considera que el Polo debe ser un partido de oposición, consideró la adhesión de Clara como un acto de gobiernismo.  Y eso mismo fue lo que dijo en marzo de 2016, cuando ella entró a hacer parte del gabinete santista. “La de Clara es una decisión personal, que no compromete al partido”, aseguró el senador.

La cosa fue enredada si se considera que tanto López como Robledo tenían una ascendencia similar entre los miembros del Comité Ejecutivo del Polo –instancia máxima del partido—y que dieron duros debates internos para escoger candidato. Esa división se ha mantenido en el tiempo, al punto de que parte de ellos decidieron renunciar a esa instancia y entrar a hacer parte de Todos somos Colombia, el movimiento que busca avalar la aspiración de Clara.

Otra dimensión en la que la candidata se separa del Polo y Robledo, tiene que ver con las perspectivas para 2018. Mientras Robledo está tratando de concretar una alianza con los verdes –en cabeza de Claudia López y Antonio Navarro—y con Sergio Fajardo, Clara buscará hacer parte de una alianza de centro, más amplia, en la que también podrían estar los liberales y la U. 

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Esa alianza haría parte de lo que ella llama una convergencia política en la que el objetivo fundamental será la implementación de la paz.  En su círculo más cercano se le reconoce como una mujer hábil, y ante todo pragmática, por lo cual insiste que la ´convergencia´ debe darse antes de primera vuelta, para llegar con un candidato unificado capaz de competirle al uribismo.  

A pesar de que se inscribirá por firmas, Clara López tiene estructuras políticas propias. La apoyan parte del movimiento sindical, un sector de electores del Polo y de la Unión Patriótica –Aida Abella, de la UP, fue su candidata vicepresidencial en 2014--, así como bases políticas que construyó cuando fue Secretaria de Gobierno de Bogotá durante la administración de Samuel Moreno, y en su posterior campaña a la Alcaldía de Bogotá en 2015.  En esa elección obtuvo el tercer lugar después de Enrique Peñalosa y Rafael Pardo con 466.854 votos y en la pasada presidencial casi dos millones.

En las encuestas le va bien. Según el Zoom de Opinión Pública del Centro Nacional de Consultoría realizado la tercera semana de junio, tiene un altísimo nivel de conocimiento (94 por ciento). Entre quienes la conocen tienen una imagen positiva el 55 por ciento de las personas, y una negativa el 32 por ciento.  En términos de intención de voto, se posiciona en el quinto lugar con el 7 por ciento y, le va mejor en el ranking de candidatos que según los encuestados llegará a la Presidencia: una de cada tres personas cree que puede ganar las elecciones.

Los retos de Clara no son pocos ni fáciles.  Entre ellos estará comunicar de manera adecuada que ya no aparecerá en el tarjetón con el logo del Polo Democrático, que en contiendas pasadas le aseguró parte de su caudal electoral. El segundo, concretar un mensaje que permita legitimar el apoyo a un proceso de paz que sigue sin tener altos niveles de favorabilidad. Y el tercero, consolidarse como una opción de centro capaz de ganar una interpartidista con otras fuerzas políticas.  Pero por ahora, su reto es recoger casi un millón de firmas para garantizar las 320.000 que las autoridades electorales le exigen para ser formalmente candidata.