VALLE
El multimillonario acuerdo que empujará al MIO
Esta semana, dos de los cuatro operadores del sistema de transporte masivo de Cali, renunciaron a reclamar la mitad de los 550.000 millones de pesos que disputan en un tribunal de arbitramento. ¿Por qué?
Pocas veces los Sistemas de Transporte Masivo, STM, son portadores de buenas noticias en el país. A los colombianos se les volvió paisaje escuchar las repetitivas quejas alrededor de la mala prestación del servicio por la insuficiencia de buses y rutas, o los lamentos de los operadores privados anunciando quiebras.
De ahí que el panorama que se percibe alrededor de esos esquemas no ha sido alentador. Pero lo que pocos colombianos sabían, es que desde hace tres años el Gobierno sacó una fórmula para darle una ‘mano‘ a la movilidad urbana en las ciudades.
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Dicha solución salomónica no es novedosa, sino que por el contrario consiste en la misma que aplican en otros países para darle viabilidad operativa y financiera a sus STM: subsidiar las tarifas. Esta decisión se llevó a cabo a través del Fondo de Estabilización y Subsidio a la Demanda, Fesde, consignado en los artículos 31 al 34 de la Ley 1753 de 2015, osea en el Plan de Desarrollo.
Así las cosas, lo que hasta ese año estaba prohibido legalmente (transferir recursos para ayudar a los STM) hoy es permitido y abrió la puerta para que la Nación y las ciudades conformaran un fondo común tendiente a subsidiar la tarifa a la demanda.
Desde que empezaron a funcionar los STM tanto en Bogotá (Transmilenio), Cali (MIO), Pereira (Megabús), Bucaramanga (Metrolínea), Medellín (Metroplús) y Barranquilla (Transmetro), la mayoría, por no decir todos, arrojaron pérdidas no solo por la baja demanda de pasajeros, sino porque la tarifa cobrada nunca compensó el costo del servicio.
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A partir de entonces, el Ministerio de Transporte a través de una circular de septiembre de 2016, conminó a todos los actores de los STM a conformar mesas de trabajo conjuntas para buscar fórmulas de sostenibilidad.
Esa tarea la viene haciendo juiciosamente la alcaldía de Cali y Metrocali, que es la entidad gestora del MIO. Los primeros resultados de ese esfuerzo mostraron sus frutos este martes 20 de marzo, cuando oficialmente se anunció la firma de un acuerdo de reestructuración del sistema, con dos de los cuatro operadores del MIO.
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El acuerdo implica entre otras cosas, que el municipio a través del Fesde (fondo) aportará $1.100, que es la diferencia entre lo que pagan y lo que realmente cuesta el pasaje en el MIO. Hay que destacar que en la actualidad a los caleños se les cobra $2.000 por usar el sistema, pero en realidad la tarifa técnica vale $3.100. Sumado a ello, se prevé una nueva licitación para incorporar nuevos buses y así mejorar el servicio con más rutas y mejores frecuencias.
“Eso les da maniobra para programar mayores flotas, mayores kilómetros y tengan cómo soportar y apalancar una política de servicio a los usuarios”, explicó Nicolás Orejuela, gerente de Metrocali.
En el acuerdo se establece el desestimiento de dos operadores, de continuar con la reclamación que se discute en un tribunal de arbitramento, cuya pretensión es de $280.000 millones por presuntas pérdidas cuasadas durante los años que no subsidiaron la tarifa, ni se terminaron a tiempo las obras de infraestructura del sistema. En ese contexto, las pretensiones de los cuatro operadores, que alcanzaban los $550.000 millones, se reduce a la mitad.
Esa cifra no es despreciable si recordamos que de perder el municipio en el arbitramento, los caleños tendrían que pagarle a los dos restantes operadores, la no despreciable suma de $270.000 millones. Y para tener una idea del impacto que ello significa, basta decir que el fondo que acaba de crearse y promete recuperar el MIO, arrancó con $78.000 millones, es decir, casi una tercera parte de lo que cuestan esas demandas.
En el STM caleño participan cuatro empresas privadas (ETM, Blanco y Negro, GIT y Unimetro) las dos últimas son las que aún no firman el acuerdo de reestructuración e insisten en el tribunal de arbitramento.
Al respecto, el alcalde de Cali Maurice Armitage, se desapachó durísimo contra esos operadores durante el acto de firma del acuerdo, “quiero invitar a esos otros dos operadores bogotanos, que vinieron a pescar en río revuelto, que se acojan a eso (acuerdo) y si no Cali los tiene que rechazar; así de sencillo”.
De esta manera la capital del Valle lidera el proceso de reestructuración de los STM en todo el país y si los restantes dos operadores se acogen al acuerdo propuesto, no solo empujarán definitvamente al MIO, sino que se pondría fin a una millonaria demanda.