PREMIO NOBEL

¿Cómo se verá el Nobel de Santos con el paso del tiempo?

Los años se encargarán de decantar la dimensión del premio, que hoy se recibe en medio de un ambiente polarizado pero no deja de ser un logro histórico. Esto opinan algunos académicos.

Astrid Suárez González*
10 de diciembre de 2016
¿Cómo recordarán a Santos las generaciones venideras? | Foto: AFP

Al Dalai Lama se le recordará como el hombre que luchó por la liberación del Tibet y se opuso al uso de la violencia, así como a Nelson Mandela y Frederik Willem de Klerk por desmontar el apartheid. A Juan Manuel Santos, ¿cómo lo recordarán las futuras generaciones?

Esta pregunta era un imposible hace unos meses, pues cuando el No ganó en el plebiscito la posibilidad de obtener el Nobel de Paz pareció escurrirse entre las manos de Santos. Pero el Comité Noruego dio su voto a favor y convirtió en un hecho lo que en su momento fue apenas un anhelo.

Con la noticia llovieron los halagos a nivel internacional, sin embargo, el clima interno no era igual.  #SantosFalsoNobel fue una de las etiquetas usadas por sus detractores. Para nadie es un secreto que la noticia no cayó bien en todos los sectores. La Colombia polarizada, compleja, que vive un momento histórico por llevar a cuestas la responsabilidad de afrontar la implementación de los acuerdos, será en algún momento contada en libros, en cuentos, en voces.

Cuando el ardor del momento haya desaparecido y se narren los hechos como pequeños hitos en el tiempo ¿Qué parte de la historia prevalecerá en el capítulo del Nobel de Santos? ¿Serán las reservas o los halagos?

El Nobel de Paz ha sido una bocanada de aire, un ápice de esperanza en momentos difíciles, sin embargo, “un premio no es suficiente para que la polarización se disminuya. Puede que hacia el tiempo se le reconozca a él la importancia que tuvo en su momento haber liderado el proceso de paz y alcanzado el Nobel en la medida en que en la implementación se obtengan grandes logros”, opinó Carlos Medina Gallego, doctor en Historia de la Universidad Nacional.

Y es que aunque el premio hubiera sido dado por los esfuerzos para llevar más de 50 años de guerra a su fin, con el paso de los años será evaluado también por sus resultados. ¿La implementación será exitosa o fallida? Eso no se puede predecir, lo que sí es certero es que pase lo que pase el premio se lo ganó Santos.

“Una parte del proceso de paz va a ser fallido y la otra parte exitosa. Yo creo que esto (la implementación de los acuerdos) va a ser como lo que pasó con el Palacio de Justicia, porque todavía no tenemos un consenso de qué fue lo que pasó, y en 30 años vamos a estar igual con el proceso (...) no vamos a saber qué fue realmente lo que sucedió en el conflicto”, comentó el historiador Fabio Zambrano.

Y es que sin duda el resultado de los acuerdos incidirá en la imagen de Santos a través de las décadas.  “Si la implementación llega a ser exitosa se ratifica su condición como mediador y como gran figura de la paz. Si el proceso de implementación no tiene el resultado esperado finalmente las personas denigrarán del premio de Juan Manuel Santos, pero en últimas ya se lo han entregado y ya habrá destinado los recursos para las víctimas, por lo cual no será tan negativa su imagen en ese momento”, aseguró Hernán Olano, historiador y director del departamento de Humanidades de la Universidad de La Sabana.

Para Medina Gallego es clave aclarar que no se le puede achacar toda la responsabilidad a Santos en un futuro. “Si viene un nuevo gobierno y echa todo para atrás eso no es culpa del premio Nobel”, explicó.

La historia que será contada en las aulas de clase a las nuevas generaciones que no tuvieron la oportunidad de vivir la entrega del Nobel y sus coyunturales días posteriores tendrá matices. Pero será un punto que no faltará. Los historiadores consultados por este portal coinciden en una afirmación: Santos se merece el premio por ser el único que logró llegar a un acuerdo con las FARC y por tanto es un acontecimiento que merece pasar a la historia.

“Con el paso del tiempo la necesidad de castigo (a las FARC) desaparece pero lo que sí va a permanecer es el premio”, dice Jorge Restrepo, director del CERAC y estudioso del Nobel de Paz. “Nosotros no nos damos cuenta del inmenso logro que es el proceso de paz”.

 ¿Habrá esculturas, billetes, lugares con el nombre del Nobel de Paz?

En Colombia es común ver en las plazas y parques los bustos y esculturas de los llamados próceres de la patria. ¿Entrará en este grupo Santos algún día?

“Si me preguntas ¿se merece Juan Manuel Santos una estatua por el Nobel de Paz? Se lo merece mucho más que Rojas Pinilla el nombre de una avenida y un busto que tiene, comparativamente”, puntualizó Zambrano.

Olano va más allá y asegura que en unos 30 años es posible que haya una “universidad para la paz Juan Manuel Santos”, un billete, estampillas, premios, pero para eso hay que esperar a que la fogosidad del momento se decante.

 El segundo Nobel

Juan Manuel Santos no es el primer latinoamericano en ganar un Nobel de Paz, es el sexto. Pero tiene el mérito de ser el primer colombiano en lograrlo. Como él, y guardando las proporciones y la naturaleza del premio, solo ha recibido el Nobel otro colombiano: Gabriel García Márquez.

Gabo ha recibido críticas y halagos aun cuando ya se fue de este mundo. Sin embargo, según Medina Gallego, la cuestión con Santos tiene matices distintos. 

“Un Nobel de Literatura no tiene cuestionamientos de nada. Así el literato sea una porquería, como por ejemplo el premio Nobel de Literatura de Perú (Mario Vargas Llosa), su condición de persona no le quita los méritos que tenga en su producción literaria (...) el premio Nobel en Paz es otra cosa, depende de las fuerzas sociales y políticas en las cuales esa persona está inscrita”, explicó el historiador.

La historia que está por escribirse se encargará de juzgar, de narrar lo que a su bien le parezca.

*Periodista de Semana.com