JUDICIAL
El oficial de la Fuerza Aérea con VIH al que discriminan en un Hospital Militar
El Mayor Gabriel, miembro de la Fuerza Aérea Colombiana y paciente VIH positivo, a través de una tutela denunció la discriminación y los malos tratos a los que es sometido por el personal del Hospital Militar de Bucaramanga debido a su condición sexual y a su enfermedad. La Corte Constitucional le dio la razón.
Por medio de una acción de tutela en contra la Dirección de Sanidad del Ejército Nacional y el Hospital Militar de Bucaramanga, el Mayor de la Fuerza Aérea solicitó la protección a sus derechos fundamentales a la salud, a la vida digna, a la igualdad y la dignidad humana, debido a que, según sostiene, estas entidades lo discriminan reiteradamente por padecer VIH y por su condición sexual, negándole la asignación de citas médicas y la entrega de medicamentos.
De acuerdo con el relato hecho por el mayor, el tratamiento de su enfermedad exige su presencia constante en el Hospital Regional Militar de Bucaramanga. No obstante, ha visto vulnerados sus derechos a la salud y a la vida digna por el hecho de que cada vez que acude al hospital, dice, el personal lo trata “con desigualdad y me discriminan por padecer VIH y porque soy homosexual”.
Del mismo modo, sostiene que cuando solicita la programación de citas o acude a reclamar los medicamentos que necesita con carácter vital, los funcionarios del Hospital Militar de Bucaramanga “se las niegan y demoran los medicamentos, argumentando que él no tiene derecho a nada”, a la vez que siempre se refieren a él como “el marica que tiene sida”. Situación que pone en riesgo su vida, pues una enfermedad como la suya requiere de un tratamiento constante con retrovirales, o de lo contrario la presencia del virus del VIH en el cuerpo aumenta rápidamente.
Adicionalmente, en la tutela el Mayor denunció la violación de sus derechos fundamentales a la intimidad y al Habeas Data, ya que los funcionarios que lo atienden han divulgado “con burla e irrespeto” su historia clínica entre el personal médico, haciendo énfasis en su enfermedad y condición sexual. Esto ha llevado, según dice, a que tanto el personal de esta entidad, como también otros pacientes, lo “discriminen y traten con desigualdad al realizar comentarios ofensivos y alusivos a su homosexualidad y su enfermedad”. Esa situación, sumada a que debe acudir constantemente la clínica, afecta su tratamiento médico.
El caso tuvo lugar en el Hospital Militar de Bucaramanga. El oficial denunció que lo discriminan reiteradamente por padecer VIH y por su condición sexual, negándole la asignación de citas médicas y de medicamentos.
Al revisar la tutela, la Corte Constitucional encontró probados los actos discriminatorios denunciados por el Mayor, pues en virtud de que se trata de un sujeto de especial protección constitucional, tanto por la enfermedad que padece, como por su orientación sexual, opera una presunción de la discriminación.
En este sentido, cuando se trata de sujetos de especial protección, se exige un trato especial para garantizar sus derechos. Situación que no se dio en este caso, pues a pesar de las constantes denuncias del accionante en las que ponía de presente los tratos a los que era sometido, el Hospital Militar de Bucaramanga y el Dispensario Médico “nunca implementaron acciones tendientes a sensibilizar a su personal para atender de manera efectiva a esta población”.
Es claro que las personas que viven con VIH deben enfrentar entornos discriminatorios, los cuales se incrementan cuando una persona es homosexual. Por lo cual, en este caso la Corte concluye que es una obligación de los centros médicos garantizar un entorno libre de discriminación para asegurar el debido acceso a los servicios de salud.
Así mismo, frente al derecho a la intimidad, la Corte encuentra que hubo una violación de este, pues la historia clínica es un documento privado y la información allí contenida es sólo puede ser conocida por su titular y por los médicos tratantes. De manera que, a los centros médicos les corresponde garantizar su custodia y evitar que esta sea divulgada entre terceros y personas no autorizadas a conocerla.
Por ello, al resolver la tutela, la Corte ordenó al Hospital Militar de Bucaramanga poner en marcha un plan de mejoramiento tendiente a evitar toda práctica discriminatoria entre su personal, a la vez que deberá adoptar las medidas necesarias para garantizar la reserva de las historias clínicas y el acceso preferencial a los servicios de salud a los pacientes con VIH/SIDA.