SAN ANDRÉS

El papa Francisco oró por las víctimas del huracán Iota

El sumo pontífice, durante el Ángelus en la Plaza de San Pedro, expresó su cercanía con las poblaciones de América Central que han resultado afectadas por el paso de varios huracanes.

29 de noviembre de 2020
Papa Francisco dice que “pagar los impuestos es un deber de los ciudadanos”
El papa Francisco oró por las víctimas del huracán Iota, especialmente por las de San Andrés | Foto: Vatican Media / DW

Este domingo, el papa Francisco quiso orar por las víctimas que ha dejado el huracán Iota, pero especialmente pidió por las personas afectadas en San Andrés, Providencia y Santa Catalina.

El sumo pontífice, durante el Ángelus en la Plaza de San Pedro, expresó su cercanía con las poblaciones de América Central que han resultado afectadas por el paso de varios huracanes.

“Deseo expresar nuevamente mi cercanía con las poblaciones de América Central que han sido golpeadas por diversos huracanes, en especial recuerdo a las islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, como también la costa del Pacífico”, señaló el papa.

¿Cómo ayudar a San Andrés, Providencia y Santa Catalina?
| Foto: Archivo particular

Asimismo, aprovechó también para solidarizarse con las personas damnificadas por el huracán en la zona del Pacífico colombiano y dijo que rezaba por todas ellas que sufren a causa de estas calamidades.

El papa lamenta el pesimismo por la pandemia

El pontífice lamentó también el pesimismo que está generando la pandemia en la sociedad y propuso como antídoto una mayor “sobriedad”, “la atención discreta y respetuosa a los vecinos que puedan tener necesidad” y “la oración sencilla” practicada en familia.

“La situación que estamos viviendo, marcada por la pandemia, en muchos genera preocupaciones, miedos y malestar; se corre el riesgo de caer en el pesimismo, en el cierre y la apatía”, lamentó el pontífice asomado al balcón de su estudio privado en el Palacio Apostólico.

Durante el rezo mariano, que coincide con el primer domingo de Adviento y que marca para los católicos el inicio de un nuevo año litúrgico que prepara para la Navidad, el papa invitó a los fieles a recabar “el bien” incluso de situaciones dolorosas y difíciles como la pandemia de coronavirus.

“La espera confiada del Señor hace encontrar consuelo y valentía en los momentos oscuros de la existencia. ¿Y de dónde nace esta valentía y esta apuesta confiada? Nace de la esperanza”, señaló. De este modo, destacó que Dios “no decepciona”. Y ha agregado: “Nos hará esperar algún momento en la oscuridad, pero siempre está a nuestro lado”.

¡Sí! a matrimonios entre parejas del mismo sexo: Papa Francisco
| Foto: Semana

“Cardenales se alejan de Dios”

El papa advirtió a los nuevos cardenales del afán por el dinero, la fama o el éxito al tiempo que les ha invitado a permanecer “vigilantes” para no caer en el error que supone “perderse en mil cosas” y distraerse con los propios intereses y las “vanidades” que impiden percatarse de la presencia de Dios.

“Y si nos esperan en el Cielo, ¿por qué vivir con pretensiones terrenales? ¿Por qué afanarse en conseguir dinero, fama o éxito, todas ellas cosas pasajeras? ¿Por qué perder el tiempo quejándose de la noche mientras nos espera la luz del día?”, preguntó el papa en la misa que ha concelebrado desde el altar del Baldaquino de Gian Lorenzo Bernini, en la basílica de San Pedro con los purpurados presentes en Roma.

“¿Por qué buscar padrinos para ir hacia arriba y hacer carrera?”, agregó. Las palabras del pontífice se enmarcan en un contexto difícil en la Curia Romana después de la destitución del exprefecto de las Causas de los Santos, Angelo Becciu, que fue obligado a dimitir el pasado 24 de septiembre y a renunciar a sus derechos como cardenal tras haberse visto implicado en un caso de malversación de fondos investigado por el tribunal del Vaticano. Su cargo al frente de este organismo del Vaticano lo ha ocupado uno de los nuevos cardenales, monseñor Marcello Semeraro.

Así, en la homilía de este domingo alertó del “error” que supone “perderse en mil cosas y no percatarse de Dios”. “Atraídos por nuestros intereses y distraídos por las vanidades corremos el riesgo de perder lo esencial”, destacó.

*Con información de Europa Press