Política

Cambio Radical, con el sartén por el mango en el tema de las objeciones

Lo que decida internamente el partido de Germán Vargas tendrá grandes repercusiones en el destino que tengan las objeciones presidenciales a la estatutaria de la JEP en el parlamento. Así están las cartas.

21 de marzo de 2019

El papel que juegue Cambio Radical con el trámite de las objeciones presidenciales a la ley estatutaria de la JEP es definitivo. Germán Vargas ha guardado silencio hasta ahora, como lo ha hecho con los protocolos. Sin embargo, eso no quiere decir que no toque el tema. Los congresistas le preguntan qué hacer. Además, César Gaviria y otras figuras claves en la política lo han buscado para hablar al respecto.

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Que Vargas haya dejado de lado el papel de interlocutor de Cambio Radical con el Gobierno, no implica que no esté en el día a día del partido. Da línea política, atiende a las reuniones de bancada y está pendiente de cada aval que se decide de cara a las regionales de octubre. “Sigue siendo el jefe natural”, aseguran los parlamentarios.

En la última reunión de bancada de hace una semana se esperaba que Vargas tocara el tema de las objeciones. Pero no lo hizo. Se limitó a señalar la inconveniencia de que Cambio Radical apoye el Plan de Desarrollo del presidente Duque. En esta propuesta, tal y como la presentó el Gobierno, se le dan al Ejecutivo facultades para crear, eliminar y fusionar entidades. Según argumentan en Cambio Radical y en otros sectores del Congreso, el Legislativo sí le puede dar estas facultades al presidente pero debe hacerlo en un proyecto de ley independiente y no en el Plan de Desarrollo.

Antes del plebiscito, Germán Vargas había planteado dudas frente a la JEP relacionadas con los temas que le preocupan al Gobierno y al fiscal Néstor Humberto Martínez. Entre ellas, algunas referidas a la aplicación de justicia ordinaria en casos de los llamados delitos de ‘Ejecución continuada’ y a la potestad de la fiscalía frente a la Jurisdicción Especial en casos específicos. Sin embargo, después de que la Corte Constitucional revisó la ley estatutaria de procedimiento de la JEP, Vargas dijo que sus dudas habían quedado aclaradas.

Ahora, su decisión está relacionada con varias presiones. César Gaviria, en representación de los liberales, le ha insistido a capa y espada que se oponga a las objeciones y que juntos –liberales, La U y Cambio Radical- podrían hundirlas. A eso se suma que Vargas tiene alguna responsabilidad con el respeto a la integridad del acuerdo de paz por haber sido el vicepresidente de Juan Manuel Santos. Y en su bancada hubo senadores de opinión, como Germán Varón y Rodrigo Lara, que no están de acuerdo con objetar algo que ya fue avalado por la Corte Constitucional en el pasado.

Vargas también tiene internamente las presiones de los Char. Si bien en febrero ellos invitaron a una reunión en su casa para armonizar las relaciones con los vargaslleristas de pura cepa, los congresistas que tienen relación con esa casa política y que son más de una tercera parte de Cambio Radical, tienden a ser gobiernistas. Su postura frente a las objeciones dependerá de una encrucijada que tienen. Se comprometieron con el Gobierno a que este los apoyaría en dos proyectos de infraestructura grandes para el Caribe y con la elección del representante César Lorduy como presidente de la Cámara. Algunos de los charistas consideran que votar no a las objeciones es una manera de apretar al Gobierno para que cumpla. En este grupo estaría el senador Antonio Zabaraín, quien está en la comisión del Senado que estudiará las objeciones. Pero también hay quienes creen que votarle a favor las objeciones al Gobierno, podría ser favorable para que este cumpla. En conclusión, la posición de los Char es hasta ahora incierta.

Vargas también tiene la presión de algunos congresistas de sus propias tropas que sienten que tienen que congraciarse con el Gobierno para fortalecerse burocráticamente de cara a las elecciones locales de este año. Sin embargo, tampoco es claro que si esos acuerdos burocráticos vuelven a la escena política, tal y como lo afirman varios parlamentarios, el Gobierno les vaya a cumplir.

Por ahora, se presume que la mitad de los senadores de Cambio Radical estarán con el Gobierno y la otra mitad criticarán las objeciones. Veinte de treinta representantes también votarían en contra. Es posible que en ese contexto, Vargas Lleras termine guardando silencio y dejándolos en libertad para votar. Esta decisión también tendría implicaciones sobre el resultado final.

Mientras todo eso sucede. Vargas Lleras sigue dando de qué hablar con sus columnas. Son duras e inspiran a la bancada en diferentes temas críticos para el Gobierno como la ausencia de una política clara de prevención de la violencia intrafamiliar, la crisis del sistema penitenciario o la ausencia de un proyecto específico de reforma a la salud.

Es probable que Cambio Radical se mantenga en la independencia, como lo ha hecho hasta ahora. A menos de que haya un revolcón ministerial o suceda algo extraordinario, se ve poco probable que este partido se mueva hacia una coalición de gobierno. Es más, si el Ejecutivo no cumple promoviendo la mesa de trabajo alrededor de temas claves para Vargas y el partido como la reforma a la salud, la ley de cielos abiertos, la creación del Ministerio de la Familia y la ley de regalías, muchos congresistas en Cambio Radical no descartarían que su partido pasara a la oposición.

Por ahora, y frente a las objeciones, es Germán Vargas quien tiene la sartén por el mango.

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