JUDICIAL
El pasado no perdona
Tras el cinematográfico asesinato del ex esposo de una ex reina de Colombia hay una historia de 'vendetta' que, de paso, demuestra que la belleza y la mafia son una mala combinación.
El joven Juan C. Forero* de 15 años, viajó desde Medellín a Bogotá con un solo objetivo: cometer un asesinato. El día escogido para el crimen fue el sábado de la semana pasada. El lugar seleccionado para el homicidio fueron los alrededores de una reconocida peluquería en un elegante sector del norte de la capital. A las 10:40 de esa mañana, Forero vio que había llegado el momento indicado pues su víctima salió del local para recoger algo que había olvidado en su vehículo. Con la frialdad de un curtido asesino y con media docena de testigos mirando, Forero sacó su pistola y le propinó dos disparos en el pecho y otros dos en la cara al hombre que cayó sobre el asfalto.
Un grupo de soldados que custodiaba la casa del comandante de las Fuerzas Militares que queda a pocos metros del lugar del crimen escuchó los disparos y con sus fusiles montados corrieron hacia el lugar del homicidio. Lo mismo hicieron varios vigilantes de locales cercanos con la intención de capturar al asesino. Con lo que no contaban es que aunque el experimentado sicario estaba solo no tuvo problemas en enfrentarse y recibir a los militares y celadores a balazos hasta obligarlos a resguardarse. Como si se tratara de una película, en medio del fuego cruzado el asesino abordó un taxi que pasaba por el lugar y tras encañonar al conductor lo obligó a huir hacia el norte de la ciudad.
Varios policías que habían llegado al lugar del crimen, gracias a la información de los testigos, empezaron a perseguir al sicario en una patrulla hasta que lograron cercarlo varias cuadras más adelante cerca del centro comercial Unicentro. Al verse rodeado por los uniformados y con poca munición el joven asesino se rindió.
Ese homicidio posiblemente no habría llegado a los titulares de no ser porque la víctima era el ex esposo de la reconocida reina de belleza Maria Mónica Urbina, quien fue señorita Colombia en 1986.
Se llamaba Freddy Vélez. Aunque el joven sicario no quiso delatar a quienes lo habían contratado, para las autoridades es claro que se trata de una vendetta de la mafia. Aunque en Colombia Vélez no tenía ninguna investigación, agencias antidrogas de Estados Unidos estaban tras él desde hace algunos años. Lo consideraban uno de los últimos sobrevivientes de la estructura del asesinado jefe del cartel del norte del Valle Wílber Varela, alias 'Jabón'. Tras la muerte del capo en Venezuela, en febrero de 2008, varios de sus lugartenientes, testaferros y antiguos socios fueron capturados, extraditados o asesinados.
Uno de los últimos en morir en esas vendettas, en septiembre del año pasado, fue Roberto Londoño Vélez, un abogado del Quindío a quien las autoridades le decomisaron decenas de propiedades y estaba en la lista Clinton señalado de ser uno de los principales testaferros de 'Jabón'. De acuerdo con las investigaciones que adelantaban las autoridades estadounidenses, gran parte de los negocios non sanctos que manejaba Londoño fueron asumidos completamente por su primo hermano Freddy Vélez, el ex esposo de la ex señorita Colombia. Para los investigadores su asesinato la semana pasada hace parte de la cadena de vendettas para "borrar del mapa" a quienes formaron parte del clan de 'Jabón'.
Aunque Vélez y la ex reina se habían separado hace algunos años, ese caso es otro triste ejemplo de cómo la mafia ha tocado a las puertas de algunas de las mujeres más hermosas del país.
*Nombre cambiado por tratarse de un menor de edad.