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El Petrovideo
El espectáculo del excandidato presidencial recibiendo varios fajos de billetes le va a hacer mucho daño en el futuro. Después de sus explicaciones quedan muchos interrogantes.
Esta semana Gustavo Petro volvió a la tribuna de los oradores del Congreso, donde 12 años atrás se consagró ante el país como el adalid de la lucha contra la corrupción y la politiquería. Pero el video publicado en el recinto, al final del debate contra el fiscal Néstor Humberto Martínez, con imagen en vivo por televisión y ante un salón Elíptico a reventar, amenaza con poner en peligro el aura de gladiador contra el clientelismo corrupto por el que millones de colombianos votaron por él en las elecciones pasadas.
Petro, junto con Jorge Enrique Robledo y Angélica Lozano, citó al debate de control político por el escándalo de Odebrecht. Sus tres intervenciones fueron severas contra el fiscal general, quien resolvió presentarse y sorprendió con una defensa feroz. En términos de elocuencia este superó a sus detractores. Pero perder el mano a mano en oratoria habría sido lo de menos para Petro. Hacia las once de la noche, el video comenzó una cascada de consecuencias judiciales y políticas que ya comienzan a aparecer.
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En ese momento la senadora uribista Paloma Valencia lo presentó ante el país con el argumento de que Petro no tenía legitimidad moral para cuestionar a nadie. Las imágenes muestran al exalcalde, en la penumbra de un comedor, mientras recibe ocho gruesos fajos de billetes sobre la mesa. Tras un conteo rápido el político los guarda en una bolsa de plástico al tiempo que sonríe.
Según Petro, se trataba de 20 millones de pesos que le envió el reconocido arquitecto Simón Vélez en 2005. En la escena aparece entregándole el dinero Juan Carlos Montes, un íntimo amigo del senador, exmiembro del M-19, que trabajó con Vélez y se lo presentó. “Es en efectivo porque Simón Vélez, públicamente lo ha dicho, aborrece el sistema financiero. Simón Vélez es excéntrico”, explicó Petro en un trino.
Apenas dos días después ya no era claro que se tratara solo de 20 millones, ni que los hubiera entregado Simón Vélez. La cifra es de Petro, pero en la conversación se mencionan otras entregas, por lo que se puede pensar que el total es mayor. En cuanto a Vélez, el arquitecto hizo público un lacónico comunicado que complicó aún más las cosas para el exalcalde. “Yo no le he hecho ningún préstamo a nadie y mucho menos al señor Gustavo Petro”.
Petro podría estar haciendo lo mismo que muchos otros políticos colombianos. el problema consiste en que él decía ser diferente
Sin embargo, de Vélez también trascendió un reportaje, publicado en la revista Gatopardo en 2016, que resulta coherente con la versión de Petro. Vélez mismo afirma en ese artículo que para contribuir a la democracia había recaudado aportes para varias campañas políticas, entre ellas la de Petro y la de Germán Vargas. Además, agrega que en su misión pro causas políticas hace de tesorero improvisado “y guarda los jugosos recaudos en tarros de la cocina”. Sin embargo, el arquitecto tiene posiciones contradictorias. Mientras en la revista reconoce ayudar a financiar la campaña de Petro, en una entrevista posterior con la W Radio afirma que “no hay nada que me dé más miedo que los guerrilleros y más cuando se convierten en políticos”.
Parece evidente que alguien, Petro o Vélez, está mintiendo. En medio de la controversia –en la que también inquieta por qué los protagonistas no salen a dar explicaciones suficientes– salió la hija de Montes, el que aparece entregando la plata, a asegurar que su padre tenía una relación cercana de hace muchos años con el arquitecto y que en varias oportunidades este le envió dinero a Petro. Montes, un desmovilizado del M-19, también era muy cercano a Petro y luego trabajó con él en la Alcaldía. Respecto a la relación entre ambos, el excandidato trinó el jueves pasado que en el video “él (Montes) estaba solicitando trabajar en mi campaña en asuntos gerenciales y pidió un porcentaje por los dineros que consiguiera como aportes, cosa que es generalizada en ese tipo de trabajo”.
al ver a alguien que mete fajos de billetes en una chuspa de plástico, la gente piensa de inmediato: ‘ahí tiene que haber algo raro’
El contenido de la conversación tampoco parece muy santo. El video dura 15 minutos y en el aparte en que entregan el dinero dicen:
–Montes: ¿No trajiste mochila?
–Petro: No…
–Montes: El resto, lo que te habían dado, que yo te mandé para la universidad en… yo creo que más o menos en unos ocho o diez días...
Petro enfrenta por cuenta de las grabaciones y contradicciones un escenario lleno de vericuetos legales, pero también políticos. El senador tiene elementos que juegan en su contra en este momento. El primero es la coyuntura en la cual el video salió al público. Una hora antes, el exalcalde de Bogotá se había lucido al despacharse contra la supuesta corrupción del manejo del caso de Odebrecht. Verlo sonriendo mientras sumaba fajos de billetes antes de meterlos en una chuspa, definitivamente, no era la mejor imagen para redondear esa jornada.
El senador y el sector de la opinión pública que lo respalda han dicho que la Fiscalía filtró esa grabación con el único propósito de desviar el debate sobre los conflictos de interés de Néstor Humberto Martínez frente al Grupo Aval. Al final, eso pasó, pero no solo por las razones que esgrime el líder de Colombia Humana.
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Antes de 24 horas, Abelardo de la Espriella ya había presentado una denuncia penal sobre el video. Este, uno de los abogados más mediáticos y polémicos de Colombia, ha afirmado, sin sustento hasta ahora, que el dinero que recibió Petro venía del Loco Barrera. Agregó que se trataba de una plata que el narco invertía con la expectativa de que Petro lo ayudara a sacar un proceso de negociación con el Estado. Esa teoría desafía la credibilidad, pues para ese encargo Petro no parecería la primera opción lógica. Sin embargo, con base en esa controvertida tesis, De la Espriella lo denunció por “concierto para delinquir, lavado de activos, enriquecimiento ilícito y otras infracciones electorales”.
Según el excandidato presidencial, el Afamado arquitecto Simón Vélez le envió la plata. PEro este, en un lacónico comunicado, lo negó: “No le he hecho ningún préstamo a nadie, mucho menos al señor petro”
En todo caso, la Fiscalía legalizó ante un juez el video y de inmediato compulsó copias a la Corte Suprema de Justicia para que investigue al senador. Al mismo tiempo, citó a declarar a Simón Vélez y al intermediario Juan Carlos Montes. Los dos personajes, que han sido esquivos con los medios, sí tendrán que dar explicaciones muy pronto ante la justicia.
Por ahora, hay dos puntos importantes por determinar: cuándo se grabó el video, de dónde viene el dinero, y si este iba para la campaña y lo registraron ante los libros del Consejo Nacional Electoral.
Sorprendentemente, lo más importante puede acabar siendo la fecha de la grabación porque de esta dependen, en buena parte los delitos en que habrían incurrido y si ya están prescritos. Algunos hechos son delitos si los realiza un funcionario, pero no si se trata de un ciudadano particular. Por lo tanto, las implicaciones legales cambian si Petro es simplemente candidato al Congreso, congresista elegido o incluso alcalde. Algunos de sus detractores creen que era esto último cuando se filmó el video.
El líder de la Colombia Humana cree que quien tomó el video lo hizo antes de la campaña al Congreso de 2006 y que él en ese momento era representante a la Cámara. Aunque agrega no estar seguro, esa grabación pudo ser tomada cuando se adelantaban unas elecciones internas nacionales para definir delegados al Congreso de la Unidad del Polo en junio de 2005.
Eso lo dejaría en la posición vulnerable de ser funcionario en el momento de los hechos. Lo podrían investigar por cohecho si el pago tuviera que ver con algún trámite público o por enriquecimiento ilícito. Este último concepto es muy amplio, y para configurarlo solo se necesita probar que existió un incremento patrimonial injustificado. En cuanto a los particulares hay que demostrar que la plata es ilícita, pero en los funcionarios solo se necesita que la persona no pueda explicar de dónde viene. Como Petro dice que se la dio Simón Vélez, pero el arquitecto lo niega, la cosa para el primero no es fácil.
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Existe un agravante. Si entonces era funcionario, la Procuraduría podría asumir la investigación y suspender al senador de ejercer funciones públicas mientras resuelve el proceso. Y en el mismo podría destituirlo del cargo e inhabilitarlo para volver a hacer política.
En cuanto a los delitos relacionados con la financiación de la campaña, el panorama resulta más alentador para Petro. Para comenzar, lo registrado en los libros lo defienden. El Consejo Nacional Electoral ya salió a explicar que para esa fecha Petro reportó un total de 450 millones de pesos a su campaña, de los cuales 88 millones provenían de préstamos y 104 millones, de donaciones. Pero aclaró que en ese momento no existía la obligación legal de identificar la fuente de cada aporte. A eso se suma que, por el paso de los años, ese organismo ya no tendría competencia para investigarlo, pues los hechos prescribieron.
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Independientemente de las consecuencias legales del petrovideo, las consecuencias políticas son importantes y ya se ven. Todo el que ve al líder de la Colombia Humana mientras ‘saborea’ fajos de billetes en efectivo registra un impacto frente a la percepción que él había creado de sí mismo. Si vuelve a ser candidato, sus rivales sacarán una y otra vez esas imágenes con el eslogan ‘¿Cree usted que este es el hombre para acabar con la corrupción en Colombia?’. Eso va a hacerle daño y en esa estrategia hay algo de verdad.
En un país donde todas las campañas son irregulares, recibir 20 millones de pesos en billetes es más o menos estándar. Pero Petro basó toda su carrera y su posibilidad de llegar a la presidencia, precisamente, en no hacer lo que hace todo el mundo. Su prestigio se basaba en que él iba a ser diferente a la politiquería. Ese borroso video y la charla que se oye, definitivamente, no dejaron esa impresión.