A pesar de haber sido golpeada por varias políticas desde el gobierno Pastrana, la Federación Colombiana de Educadores demostró que su poder para frenar la educación pública y sacar a los maestros y estudiantes a las calles sigue siendo una poderosa arma para obtener sus objetivos políticos

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El poder de Fecode

Detrás de las multitudinarias marchas de estudiantes y profesores, que se verán de nuevo esta semana en Bogotá y otras ciudades, está Fecode, el último gran sindicato del país. ¿En dónde está el secreto de su capacidad de movilización?

9 de junio de 2007

Este miércoles, cuando la plenaria de la Cámara de Representantes le dé el último debate al polémico proyecto de Transferencias, en Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla, entre otras ciudades, se verán de nuevo gigantescas manifestaciones de estudiantes y profesores universitarios, educadores y padres de familia, para protestar por la reforma constitucional. Detrás de esas marchas se esconde un pulso entre el gobierno y la Federación Colombiana de Educadores (Fecode), el último gran sindicato del país.

En un poco más de 10 años, este sindicato pasó de ser una agremiación de defensa de los intereses de los maestros a un importante grupo de presión política para los gobiernos de turno.

El cambio de pasar de ser una organización gremial sindical a un actor político ocurrió con Jaime Dussán. Éste, como presidente de Fecode, lideró una dura huelga contra el gobierno Gaviria en 1993 que le dio un cierto reconocimiento nacional. Este huilense, de 55 años, nacido en una nutrida familia de educadores, decidió lanzarse al Congreso de la República en 1994, y salió elegido por una amplia votación de maestros. Desde ese momento, Dussán ha jugado un doble papel, no sólo como defensor de los intereses de los educadores en el Senado, sino como puente político 'natural' con los gobiernos de turno, sin importar la filiación ni el partido. De hecho, junto a otros senadores que también fueron elegidos con ayuda de la educación, logró que el gobierno de Ernesto Samper les diera a los maestros amplios beneficios salariales a cambio de apoyarlo en su defensa.

Hoy, junto a Dussán, Fecode tiene dos senadores más: Gloria Inés Ramírez y Jorge Guevara, quienes también fueron dirigentes de agremiación. Además, con la aparición del Polo Democrático, ha habido una integración entre las directivas de este partido y Fecode. "Más del 80 por ciento de los miembros y directivos de Fecode hacen parte del Polo", dijo Dussán a SEMANA.

De hecho, senadores de ese partido, como Jorge Robledo y Luis Carlos Avellaneda, provienen o tienen gran aceptación dentro de los educadores. Y ellos, junto a la bancada del Polo, han convertido la defensa de la educación pública y los intereses del magisterio en bandera del partido.

Estos senadores y líderes de Fecode son la cara visible de una extensa y compleja organización que desde hace 40 años tiene su sustento en los maestros públicos del país. De los 310.000 educadores públicos de preescolar, primaria y secundaria que hay en Colombia, la gran mayoría está agremiada en Fecode. Según Witney Chávez, actual presidente de la agremiación, Fecode tiene 250.000 afiliados en los 33 departamentos y 1.093 municipios del país, y otros 30.000 más están en espera de ingresar.

Cada maestro aporta entre el 0,5 y el 1 por ciento de su salario mensual a los sindicatos departamentales afiliados a Fecode. Estos los reparten a su vez para el mantenimiento de la organización sindical, la difusión y la investigación. Fecode recibe el 15 por ciento de esos aportes. A ciencia cierta nadie sabe cuántos recursos mueven los sindicatos. Chávez dice que Fecode no maneja más de 1.400 millones de pesos al año, pero fácilmente toda la organización sindical puede mover más de 12.000 millones de pesos anualmente.

Fecode tiene presencia en todos los rincones del país. Para Gloria Inés Ramírez, la fuerza de la organización radica en que ha logrado articular los intereses de los maestros con su preocupación por los problemas estructurales de la educación. "Es un sindicato que no pelea por salario, sino por que se mejoren los recursos, por que el Estado llegue a una cobertura universal, se mejore la calidad o que los recursos se gasten de forma correcta".

Fecode también tiene una eficaz articulación pedagógica, pues tiene centros de investigaciones docentes en todos los departamentos, a donde van los educadores a reforzar sus conocimientos y a recibir la información que preocupa al sindicato. Publica, así mismo, algunas comunicaciones, como la revista Educación y Cultura, respetada en la región por su nivel académico.

Pero, sin duda, el mayor poder de Fecode está en la posibilidad de hablarles directamente a 7.500.000 estudiantes y a sus padres o acudientes, 12 millones más de personas. Si el presidente Uribe tiene los consejos comunales para hablares a los ciudadanos, los maestros tienen las reuniones familiares en las que les pueden hacer llegar sus preocupaciones cada dos meses a más de 12 millones de padres de familia.

Según el senador Robledo, quien fue profesor universitario durante 27 años, el poder de Fecode radica en dos aspectos . El primero es que los reclamos y las peticiones, así sean salariales, han sido reales y sustentados. Y el segundo, que los educadores se sienten identificados y respetados por una dirección confiable, de gente luchadora y honrada que les ha devuelto la dignidad a los maestros del país. "Es de admirar que en un país en el que sólo el 5 por ciento de los trabajadores está sindicalizado, Fecode, a pesar de haber sido perseguida y reprimida de manera inmisericorde por la oligarquía y los gobiernos, haya logrado mantenerse y conservar una evidente capacidad de movilización", dijo Robledo.

SEMANA trató de obtener las opiniones sobre Fecode de la ministra de Educación, Cecilia María Vélez, pero se negó a dar algún comentario. Ella siempre ha mantenido una posición crítica frente a ciertos actos del magisterio. Lo cierto es que al gobierno le preocupa la forma como la organización sindical se ha ido centrando en intereses cada vez más políticos y partidistas, y ha ido olvidando las necesidades reales que tienen los educadores y los estudiantes.

Además, al gobierno le preocupa la oposición sistemática de Fecode para aceptar cambios, pertinentes no sólo a la educación, sino a temas diferentes. Por ejemplo, muchos de sus dirigentes están más preocupados por los millonarios recursos que maneja el Fondo de Prestaciones del Magisterio o por los contratos de salud, que por mejorar el Estatuto Docente. El fondo maneja dos billones de pesos al año, y sólo a salud se destinan más de 400.000 millones de pesos.

Desde hace varios años el gobierno ha buscado darles a los maestros libre acceso a una EPS o a un fondo privado de pensiones, pero siempre esas iniciativas se han hundido en el Congreso. De hecho, "todos los maestros que nombra el gobierno son afiliados de inmediato al sindicato y al fondo, sin preguntarles si quieren o no ser parte de Fecode", dijo un alto funcionario.

Para el economista y ex subdirector de Planeación Nacional Alejandro Gaviria, Fecode tiene dos caras. "Con una enfrenta al gobierno y agita la protesta, y con la otra está siempre dispuesta a transar y defender las dádivas que recibe del gobierno. Por eso, el propósito de lo dos ha sido mantener un pacto de mediocridad, que si se lograra romper, sería bueno para la educación pública", dice Gaviria, experto en educación. Gaviria advierte que el poder de Fecode ha sido malo porque sólo ha logrado mantener un orden institucional del magisterio que, como el Estatuto Docente, termina por afectar la calidad de la educación.

"Es lógico que un sindicato que tiene de sustento maestros, personas inteligentes e intelectuales que están al tanto de la realidad, se preocupe por lo problemas del país, o ¿por qué Fecode no habría de preguntarse por la para-política, el TLC, las finanzas de la educación y la salud? ¿Si el Estado y la oligarquía se interesan por todo, por qué los educadores no pueden hacerlo?", dice Robledo, en respuesta a las críticas.

En últimas, las marchas de las semanas anteriores y las que se vienen no sólo responden a la Ley de Transferencias. Fecode dice mantener una lucha contra la intención del gobierno de "quebrarle el espinazo" a la organización, tal y como se lo recomendó la Misión Alesina, contratada por el Ejecutivo en 2002. Desde el gobierno Pastrana se creó un nuevo Estatuto Docente, se estableció el concurso para ocupar las vacantes y se han reducido en más de 12.000 las plazas de maestros. A pesar de eso, Fecode ha logrado mantener su poder.

Esta semana se vivirá la última batalla por el complejo tema de las transferencias, en la que posiblemente pasará lo mismo que hace unos días: Fecode llenará las plazas en protesta y las mayorías del gobierno del Congreso aprobarán la reforma. Cosas de la democracia.