LA ENTREVISTA, POR LUIS CARLOS VÉLEZ

“El populismo tiene un terreno abonado para crecer”: Sergio Fajardo

El exalcalde de Medellín asegura que el deterioro de la situación económica, la polarización y la corrupción son el caldo de cultivo para un auge populista en Colombia. El precandidato sostiene que se deben presentar programas reales para solucionar los complejos problemas que atraviesa el país. Revela que buscará una consulta entre partidos y candidatos de cara a las elecciones presidenciales.

Luis Carlos Vélez
17 de octubre de 2020
Sergio Fajardo y Luis Carlos Vélez
El exalcalde de Medellín Sergio Fajardo y el periodista Luis Carlos Vélez. | Foto: Semana Video

Luis carlos vélez: ¿Cómo es el plan económico que esta semana usted le presentó al país?

Sergio Fajardo: Es una respuesta a una propuesta asociada con una emergencia social de dimensiones desconocidas para Colombia. Las cifras de desempleo en este mes, corroboradas con las cifras de pobreza de 2019 y lo que estamos viviendo, no dudo en calificarlo en una emergencia social de dimensiones desconocidas en nuestro país. Diseñamos un programa de emergencia en dos componentes. Uno tiene que ver con cómo hacemos llegar los programas de empleo a los territorios, a partir de los municipios articulados con los departamentos y el Gobierno nacional. Yo tuve que trabajar con 125 municipios, y en Medellín y en Antioquia hicimos presupuestos participativos. Hay que ir a los municipios y trabajar con las comunidades afros, indígenas y con todos para involucrarlos en las diferentes formas de organización que tienen vida. Nuestro objetivo es generar empleos para mano de obra no calificada que tenga que ver con proyectos de desarrollo, salud, educación, desarrollo rural, potenciales productivos en capacidades particulares. El Gobierno departamental debe hacer las convocatorias; las alcaldías, presentar propuestas; y las Cámaras de Comercio y otros entes civiles, acompañar para garantizar transparencia.

L.C.V.: ¿Cuántos empleos puede generar su proyecto?

S.F.: Los proyectos deben tener duración de un año y creemos que se pueden generar alrededor de 1.400.000 empleos directos, 700.000 por año.

L.C.V.: ¿Este problema del empleo cómo lo incrementa la covid-19?, ¿cómo lo hizo más urgente?

S.F.: Al paralizarse el aparato productivo, hay una inmensa cantidad de personas que quedan cesantes. Dentro de esas personas que se quedan sin trabajo, hay unos grupos poblacionales que están sufriendo de una manera extraordinaria este proceso, quedándose por fuera del sistema productivo, como las mujeres y los jóvenes. Nosotros tenemos una economía en la que alrededor del 60 por ciento es informal, o sea que esas personas no tienen la menor oportunidad de articularse con protección social, a lo cual pueda llegar directamente el Estado. Quedan por fuera del circuito productivo inmediatamente. Pero, además, este problema del desempleo no empezó con la pandemia. Colombia tenía una senda de crecimiento de desempleo desde antes de la pandemia. Hay un problema estructural con nuestro aparato productivo, que la pandemia eleva a una potencia importante.

L.C.V.: ¿Esto significa que el gran problema que tiene hoy Colombia es el empleo?

S.F.: Yo creo que alrededor del empleo se reúnen varias situaciones que condensan las problemáticas de nuestro país, porque las desigualdades sociales tienen una expresión en el mundo del empleo, la pobreza tiene una expresión en el mundo del empleo, la inconformidad ciudadana también. En todas las encuestas de Colombia, se señala que la corrupción es uno de los principales problemas de nuestro país. Eso no era así antes. La ciudadanía siente que le están haciendo trampa desde el Estado y eso es gravísimo para una sociedad como la nuestra. Son varias cosas: la desigualdad, el malestar ciudadano acumulado que tiene que ver con la desconfianza profunda con el sistema. Si reúne eso y lo suma, le da todo lo que estamos viviendo. El empleo es la forma en la que las personas se relacionan con el malestar y lo hacen explícito.

L.C.V.: Ese es un caldo de cultivo para que ganen las plataformas populistas…

S.F.: Sin duda. La fórmula desigualdades y corrupción es un elemento central con el cual el populismo tiene un terreno abonado para crecer, y resolver los problemas con soluciones fáciles entre comillas para situaciones complejas y muy profundas.

L.C.V.: ¿Cómo se le gana políticamente a ese populismo?

S.F.: Nosotros en Colombia tenemos, en adición a esas condiciones de la desigualdad y al problema del malestar con la corrupción que son reales, una polarización que viene desde hace varios años también. Para ganarle a la oferta del populismo, hay que estudiar la naturaleza de cada uno de esos componentes. Nosotros tenemos que presentar unas políticas que atiendan la naturaleza de las desigualdades profundas de la sociedad colombiana. Ese no es un problema menor y es una realidad explícita. Dos, en el tema de la corrupción tenemos que intervenir, y eso significa las formas de la política de manera tal que la ciudadanía pueda recuperar la confianza en quienes tenemos algún sentido de liderazgo. Y, tres, enfrentando la polarización, que es difícil, pero que es la convicción que yo tengo, y consiste en mantenerse sin quedar atrapado en la confrontación de los extremos, perseverar en el lenguaje, no dejarse tentar en la agresión como forma de respuesta para lo que está sucediendo, y comunicarse con la gran mayoría de la sociedad, que no se escucha porque está por fuera de la algarabía de esos extremos.

L.C.V.: ¿Quiénes encarnan el populismo en Colombia?

S.F.: Los mismos que están en los extremos.

L.C.V.: ¿Quiénes son esos?

S.F.: Para decirlo de una vez, lo que está asociado con Petro, y la confrontación política asociada con el Centro Democrático y el expresidente Álvaro Uribe.

L.C.V.: ¿Cómo se crea un discurso responsable lo suficientemente atractivo que le gane a ese populismo?

S.F.: Tenemos que tener propuestas serias sobre las desigualdades del país y las propuestas de desarrollo, cómo enfrentamos nosotros la corrupción. Hay que saber cuáles son las raíces que generan el populismo y en cada uno de esos temas encontrar unas respuestas para demostrar que nosotros podemos perseverar en la construcción de unas propuestas serias. Eso, acompañado del respeto, el reconocimiento, la empatía y la solidaridad como elementos de la política. No hay que asustarse por la coyuntura, ni por los gritos, ni dejarse presionar por la inmediatez. Hay que tener un espíritu sereno y tranquilo, porque la mayoría de Colombia se conecta con eso. Esa es la ruta.

L.C.V.: ¿A quién cree que tendrá que enfrentar en una eventual segunda vuelta? Se lo pregunto teniendo en cuenta su actual aceptación en las encuestas…

S.F.: Ahora estamos trabajando en las propuestas en todo el país. En los temas ambientales, energéticos, salud, mujeres, violencia. Tenemos equipos trabajando en problemas y propuestas, y, sobre todo, en lo que está pasando hoy y no dejarse atrapar solo en función de 2022. No estoy preocupado hoy por la segunda vuelta de 2022. Yo tengo la convicción de que debemos hacer una convergencia alternativa por fuera de la política. Hay que escoger a una persona en marzo de 2022 para tener posibilidades de ganar las elecciones.

L.C.V.: ¿Consulta entre quiénes?

S.F.: Ya tendremos que ver, pero ahí hay dos cosas fundamentales. Un acuerdo programático, pero, antes de un acuerdo programático, un acuerdo ético para escribir cuáles son los principios y valores sobre los cuales queremos construir a Colombia. Eso tiene que ver con superar las formas violentas de las relaciones en el país, pero también principios y valores que demuestren que somos capaces de derrotar la corrupción.

L.C.V.: ¿En ese acuerdo cabe el Centro Democrático?

S.F.: Vamos a hacer un acuerdo por fuera de los extremos. El Centro Democrático está gobernando. Nosotros queremos ganar las elecciones y gobernar de una manera muy diferente a como lo ha hecho el Centro Democrático. Ellos ya tuvieron su oportunidad, han gobernado y ahora es el momento de cambiar esa página y gobernar de una manera diferente.

L.C.V.: ¿Qué partidos pueden estar en esa consulta?

S.F.: No es momento de anunciar quiénes pueden participar. Cada día en Colombia hay nuevas personas que quieren ser presidentes. Roy Barreras, por ejemplo, ya lo anunció; la excontralora Sandra Morelli parece que también está interesada, y hay una lista de más de 30 personas que quieren ser presidentes. Nosotros estamos concentrados ahora en construir nuestro proyecto y propuestas en las regiones. Hemos conversado con un montón de gente, seguidores y contradictores, y lo que queremos es presentarnos a una convergencia con todo nuestro trabajo para poder construir una propuesta con perspectiva.

L.C.V.: ¿Por qué podría ser diferente esta vez sí eso fue lo que hicieron en las elecciones pasadas?

S.F.: Para enfrentarnos a los extremos, insisto, hay que enfrentar las desigualdades, la corrupción y la polarización. El lenguaje de violencia verbal, de venganza, de odio para destruir al otro nos ha puesto muchas veces en nuestro país cerca de la violencia física. Hay que hacer una convergencia con esos extremos para hacer un acuerdo ético que le proponga a la sociedad colombiana unos principios y valores sobre la forma como nos vamos a entender en nuestro país.