“El presidente Duque debería ir al territorio”: gobernador de Nariño sobre paro indígena

SEMANA: El presidente Iván Duque citó a los gobernadores de Cauca, Valle del Cauca, Huila y Nariño para hablar sobre el paro indígena que tiene la Panamericana bloqueada, ¿cómo les fue en la reunión?

Camilo Romero: En términos generales bien, pero los tiempos me preocupan, van pasando los días y cada hora se complican más las cosas. Queremos una solución efectiva y un diálogo pronto, no con nosotros sino con las comunidades indígenas. Esperamos que la comisión que designó el Gobierno para el miércoles resulte efectiva para que se encuentre una solución al bloqueo de la vía que deja también bloqueado a Nariño. Me preocupa que estamos calcando lo que ocurrió con el paro estudiantil, un tema que podría resolverse pronto ha tomado más tiempo. En ese sentido hay complejidades.

SEMANA: El Gobierno había enviado una comisión, ¿qué tiene de diferente la que irá esta semana?

C. R.: La diferencia es parte de la preocupación que tenemos, desde la Gobernación de Nariño planteamos tres puntos; un diálogo social efectivo, presencia del presidente en el territorio y cumplimiento de acuerdos anteriores.

SEMANA: ¿Usted cree que el presidente Duque debería ir a sentarse con las comunidades indígenas como lo están pidiendo?

C. R.: El presidente debería ir al territorio, no sé si precisamente allí donde ellos están. El diálogo es importante, por supuesto con las garantías que requiere un presidente.

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SEMANA: El presidente Duque ha dicho que los gobiernos anteriores prometieron cosas que son incumplibles, ¿qué piensa al respecto?

C. R.: Eso tiene que resolverse en el diálogo. Nos ocurre a todos los gobernantes, llegamos y hay acuerdos previos, pero uno tiene que asumir la jefatura de Estado, en el entendido de cumplir lo que otros gobiernos han firmado en nombre del Estado. Si hay dificultades se hablan en el marco del diálogo.

SEMANA: Ustedes, los gobernadores, además de la carta del 14 de marzo habían enviado al presidente una el 5 de marzo alertando que podía haber bloqueos y que debían atender a las comunidades. ¿Qué ocurrió, porque dados los hechos no los escucharon?

C. R.: Así es, seguimos insistiendo, lo que quiero es que no se repita lo que ocurrió con el paro estudiantil, que no se calque la actitud del Gobierno nacional ahora con los indígenas porque finalmente tendrán que sentarse y negociar para levantar esas movilizaciones. No quiero que se agudicen más las cosas, Nariño podría asumir desde sus liderazgos indígenas la actitud de lo que han hecho en el Huila y eso sería muy grave, que pasen los días y de pronto los pastos (comunidad indígena) tomen la decisión de bloquear Rumichaca, el pueblo awá bloquee la vía a Tumaco. Esas son las complejidades que nosotros entendemos desde el territorio, una cosa es el formalismo, en lo que tenemos que ponernos todos de acuerdo para cumplir la normatividad en un Estado Social de Derecho y otra las realidades del territorio, las que obligan a tener un diálogo efectivo en beneficio de todos los ciudadanos.

SEMANA: ¿Cómo serían esos canales de comunicación que usted propone viéndolos desde la práctica?

C. R.: Esperamos que pueda haber unos mediadores que den garantías a las dos partes. Nosotros estaremos prestos siempre; con los otros gobernadores hemos planteado la posibilidad de una mediación, en caso de que sea pertinente. Pero lo importante es comprender que hay unas complejidades de tiempo atrás que deben ser asumidas por el Gobierno, y no vale decir que no es viable lo que otros Gobiernos han firmado.

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SEMANA: ¿Qué tanto peso ha tenido el pronunciamiento de algunos líderes gremiales que pidieron al presidente que no se sentara a negociar en medio de bloqueos en la vía?

C. R.: Hay unas posturas que son evidentes, eso es lo que hay que vislumbrar: realidades distintas de país. Para quienes están en la actividad económica y gremial es una tragedia absoluta el bloqueo de la vía. Pero también hay una realidad: ha sido el propio Estado el que le ha incumplido a estas comunidades indígenas. Hay que ir más allá de la letra muerta, de la pantomima de una democracia cuando en el territorio lo que tenemos es una realidad tan dura. A esta democracia hay que fortalecerla, eso se hace mediante el diálogo social y el reconocimiento de la realidad de un territorio tanto del Cauca, como de Nariño.

SEMANA: Los indígenas dicen que hay abusos por parte del Estado, y el Estado asegura que hay abusos por parte de los indígenas. ¿En ese caso cómo mediar, sobre todo cuando una comisión de la Defensoría del Pueblo fue agredida?

C. R.: Todos esos hechos hay que condenarlos, en eso estamos todos unidos. Es una equivocación que se den acciones como el ataque a la Defensoría del Pueblo. Pero la única manera de conciliar es el diálogo, no hay otra posibilidad.

SEMANA: ¿Cuáles son los impactos económicos y sociales de que se alargue el paro?

C. R.: Siguen perdiendo los gremios, la economía. En el caso de Nariño todo el sistema productivo, todo el sector de los lácteos que es muy grande, la vida cotidiana de los habitantes se dificulta, porque por ejemplo hace falta combustible. Es muy duro lo que se vive, pero a eso hay que agregarle lo que para mí es un problema superior, y es que otros pueblos indígenas pueden unirse.

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SEMANA: La ministra del Interior dijo que en el fondo la protesta estaba motivada por la oposición al Gobierno y que por tanto se trataba de un debate político, ¿qué piensa al respecto?

C. R.: Toda discusión pública en Colombia debe comprender necesariamente que hay un ambiente polarizado en el país y en el marco de esa polarización se van a dar estas discusiones. Pero más que verlo como un tema perjudicial, podemos verlo como una realidad objetiva en el territorio que también tiene que ponerse en consideración de las partes. Las realidades políticas también se imponen sobre las realidades jurídicas.

SEMANA: ¿Considera que hay una desconexión entre el gobierno en Bogotá y lo que está ocurriendo en los territorios que viven las manifestaciones?

C. R.: Siempre hay un distanciamiento, yo lo llamo desde el escritorio y el territorio. Una diferencia entre la letra y lo que debe ser, a como es en realidad. Lo que hay que conciliar es esa mirada de país, tan distinta entre los colombianos para tener un futuro común. Tenemos que encontrar puntos de encuentro, no seguir fortaleciendo una postura de gobernar solo para un sector político.