Nación
El presunto abusador de Brisa de Angulo, colombiana que logró que condenaran a Bolivia por no hacer justicia tras su violación, está libre
En entrevista con SEMANA, la activista por los derechos de los niños reveló la identidad de quien habría abusado de ella cuando era solo una adolescente.
Una colombiana hizo historia el pasado jueves, 19 de enero, cuando la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) condenó al Estado de Bolivia como responsable internacionalmente por haber dejado impune un caso de violencia sexual incestuosa. Brisa de Angulo, la demandante, logró establecer una nueva hoja de ruta para tratar delitos similares para los países que han ratificado la Convención Americana.
En conversación con SEMANA, la mujer celebró el fallo, pero también relató el desgarrador episodio de presunto abuso que tuvo que enfrentar con 16 años de edad por parte de su primo, que en ese entonces tenía 26.
Una de las revelaciones más impactantes de la entrevista es que el presunto agresor, a quien identifica con nombre propio, se encuentra libre en territorio colombiano. Tal como lo era en el momento del supuesto ataque, el hombre, según De Angulo, sigue siendo líder cristiano.
“Se llama Eduardo Gutiérrez Angulo, pero se ha cambiado el nombre a Lalo Leví. También va por Ega Leví. Personas de la iglesia que me han contactado me dicen que no sabían que se llamaba Eduardo Gutiérrez”, le contó De Angulo a SEMANA.
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Los abusos, presuntamente cometidos por el sujeto entre octubre de 2001 y mayo de 2002. En agosto de 2002, el padre de Brisa presentó una denuncia contra su sobrino, quien fue detenido por las autoridades días después. Ese mismo día, en el acta de la entrevista, según la evidencia recopilada por la Corte IDH, aseguró que todo lo que ocurrió fue “de mutuo acuerdo”.
Pasaron tres juicios sin resolver definitivamente la situación. Para el último, que comenzó a finales de 2008, el hombre no asistió. Por esta razón, el tribunal boliviano lo declaró “en rebeldía”, expidiendo una orden de captura.
De acuerdo con la jurisprudencia del caso, después se conoció que Gutiérrez se encontraba prófugo de la justicia en otro país. En Bolivia, desde 2009, los fiscales requirieron informes a la Interpol para conocer antecedentes penales del supuesto agresor en Colombia y su salida del país. Tan solo en 2018, el Ministerio Público boliviano solicitó que se elevara una notificación internacional con fines de extradición.
Solo fue hasta el 21 de febrero de 2022 que se efectuó la captura de Gutiérrez en territorio colombiano. Sin embargo, el 7 de septiembre del año pasado, el presunto violador fue liberado por decisión de la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia. De acuerdo con la sentencia, el concepto frente a la extradición fue desfavorable porque, 20 años después de los hechos, prescribió a la luz de la normatividad colombiana.
Personas que han conocido el caso le informaron a SEMANA que no existe una sentencia condenatoria contra Gutiérrez y, por esta razón, la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en el fallo emitido esta semana, le pide al Estado de Bolivia continuar con las investigaciones del caso.
Por otro lado, SEMANA pudo determinar que Gutiérrez, tal como es mencionado en el relato de De Angulo, aún está involucrado en el cristianismo y es cercano a una popular iglesia de esa corriente religiosa. Incluso, algunos feligreses lo califican como “líder” y participa en programas radiales de la misma.
De acuerdo con la activista, hace pública la identidad de su agresor para que no ocurra otro abuso: “Cuando lo detuvieron por Interpol, la gente no sabía por qué. Quién sabe qué historia habrá dado después de que lo soltaron. Creo que la razón por la que estoy hablando es que si existe una niña que está sufriendo, quiero crear consciencia para que lo paren. Para que no lastime a otra niña”.
“Es lo último que me queda. Judicialmente hice todo por la ley, no me queda más que dar mi historia y que la gente haga lo que quiera con ella. Es lo único que tengo, no tengo más”, manifestó De Angulo en SEMANA.