Judicial
¿El ratón cuidando el caso? Queja pone al descubierto un nuevo escándalo de corrupción dentro de la UNP
La Oficina de Control Interno Disciplinario se habría alejado de sus funciones, dejando pasar graves irregularidades dentro de la entidad durante años.
“¿Qué es lo que está pasando acá?”. Esa es la pregunta que más se escucha desde hace varios meses en los pasillos de la Unidad Nacional de Protección (UNP), la entidad encargada de brindarle esquemas de seguridad a las personas cuya vida e integridad personal está en un riesgo por su trabajo y función dentro de la sociedad.
Pese a que durante dos años se habían puesto en conocimiento las irregularidades relacionadas con el mal manejo del presupuesto, los vehículos blindados y los contratos de los escoltas, muchas de ellas durmieron el sueño de los justos en la Oficina de Control Disciplinario Interno, pese a que cuenta con los dientes para abrir investigaciones, emitir las respectivas sanciones, y, de ser el caso, solicitarle a la Fiscalía y la Contraloría abrir los respectivos expedientes de control penal y fiscal, respectivamente.
Fue esta la principal motivación para que, saltándose el conducto regular que exige poner en conocimiento estas irregularidades en el interior de la Unidad, un grupo de funcionarios radicaron una queja disciplinaria para exponer una situación de alto riesgo y que representaba el nivel de corrupción en la entidad.
Meses después, en enero de este año, sus peticiones fueron escuchadas, y la Procuraduría General abrió una investigación por la omisión en la revisión de los controles de los blindajes de las camionetas. Un tema, que ya llevaba dos años dando vueltas pero que no tenía un doliente.
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Sin embargo, este no es el único caso por el que tendría que responder, puesto que su nombre aparece en otra queja disciplinaria que tiene relación con la mala utilización de los recursos y una extralimitación en sus funciones a la hora de avalar viáticos y esquemas.
En la queja, de seis páginas, se deja en evidencia la forma en cómo se habrían autorizado continuos e injustificados viajes por parte de Franco Cerquera a una funcionaria de la Oficina que él maneja desde el 27 de agosto de 2020 y con la que sostendría una relación sentimental.
La funcionaria, identificada como Dayan Morales fue asignada a esta Oficina –que es la encargada de realizar las investigaciones y emitir sanciones de tipo disciplinario, si es necesario- pese a que no tiene título profesional de abogada, un requerimiento obligatorio según reza el reglamento de la UNP.
La situación va más allá, puesto que se tiene constancia que Morales no ha realizado ningún trabajo certificado. “No la conocen personalmente ni en la regional de Medellín”. Los extraños viáticos datan desde la primera semana del 2020 cuando, una vez se levantaron las restricciones, se le autorizó un viaje a Valledupar, dándole una comisión consistente en vehículo para que la transportara y los respectivos pasajes de avión.
El 16 de septiembre de ese mismo año, se la autorizó una nueva comisión a la capital del Cesar. Por esto, en la queja se le pide al Ministerio Público confirmar las actividades que adelantó “puesto que no es abogada de profesión, sino que su labor tiene más relación con el nivel asistencial”.
A finales de septiembre, se le registró un viaje a Medellín. El 27 de octubre viajó a Cali y el 11 de noviembre salió rumbo a Riohacha. En las fiestas de Fin de Año se presentó el viaje más inusual –según la queja- puesto que se fue a Dabeiba, en el departamento de Antioquia pese a que para ese momento la UNP tenía cese de actividades de control interno disciplinario.
A comienzos del 2021 se registró un viaje a Sincelejo. Entre el 1 y el 2 de marzo estuvo en Quibdó. El 8 de marzo viajó a la capital de Valledupar. “De esta comisión se dio aviso en un correo anterior, en este, él (en referencia a Elver Franco) se fue con ella, pero sí miran los peajes del vehículo en el que se transportaban verán que estaban en playa y demás”.
A finales de diciembre de 2021, nuevamente para las fiestas de Fin de Año, se presentó un viaje a Medellín. Repitiendo la hoja de ruta del 2020, viajó hasta Dabeiba. Unos días después se registró su viaje a la ciudad de Montería. En ninguno de estos movimientos se justificó la labor que iba a desempeñar.
Para demostrar la validez de esta denuncia, se pidió convocar a los dos escoltas de Franco, quienes están adscritos a la subdirección de protección, puesto que ellos fueron los que legalizaron los peajes y tanqueos de las camionetas.
En otro de los apartes de la queja, se manifiesta que Franco, pese a no contar con ningún riesgo de seguridad o amenazas, cuenta con cuatro escoltas y una camioneta para su uso personal constante. Por esto, se pidió que se le investigará por los delitos de tráfico de influencias.
Por el momento, la investigación se encuentra en trámite, es decir, se está realizando la recolección de elementos materiales probatorios con el fin de determinar si existen o no méritos para abrir una investigación preliminar.
En muchas oportunidades SEMANA intentó contactarse con el director de la UNP, Alfonso Rodríguez, no fue posible tener comunicación. Igualmente, tampoco fueron respondidos los interrogantes planteados a la secretaria general de la entidad, Sandra Borraes.