El sicariato se duplicó en Colombia, Bogotá entre las ciudades con más casos, solo detrás de Cali

El sicariato es la modalidad de homicidio que más está afectando la seguridad de las principales ciudades del país. El narcotráfico, la lucha por el control territorial para la venta de estupefacientes y los ajustes de cuentas entre organizaciones criminales pueden ser algunas de las causas que expliquen su aumento en los entornos urbanos.

De acuerdo con un informe de Futuros Urbanos, entre 2017 y 2021 el homicidio por sicariato se duplicó en el país al pasar de 4.080 a 8.161 casos, respectivamente. Un crecimiento de 100 %.

En 2019 se observa un cambio de tendencia en el comportamiento del sicariato en Colombia, con crecimientos más elevados entre un año y otro. Dicha tendencia se mantiene en 2022, registrando, para el mes de agosto, un acumulado de 5.072 casos. Para el tanque de pensamiento, es posible que el presente año marque el valor más alto de la serie del último lustro.

Ahora, el 61 % (5.072) del total de homicidios registrados en todo el país, en lo corrido de 2022, se realizó bajo la modalidad de sicariato, principalmente con arma de fuego. De esta manera, el sicariato con arma de fuego es la principal modalidad de homicidio que hoy se presenta en el país. Aunque hay sicariato con arma blanca, esta herramienta no representa más del 1 % del total de muertes por sicariato. Sin embargo, en los homicidios por riña el arma blanca se utiliza en el 80 % de los casos.

La mitad de los homicidios por sicariato en el país se concentra durante los fines de semana: viernes, sábado y domingo. Por género de la víctima, se estima que nueve de cada diez casos se han concentrado en hombres durante los últimos cinco años.

Las principales víctimas del sicariato son hombres jóvenes. Para el año 2022, los hombres concentraron el 94 % de los casos frente al 6 % de homicidios en los cuales una mujer fue víctima, según Siedco-Ponal. Así mismo, de acuerdo con el observatorio de derechos humanos del Ministerio de Defensa Nacional, citado por Futuros Urbanos, se estima que el 44,6 % de las víctimas de sicariato durante 2022 (con corte a agosto 22) tenía entre 18 y 29 años y el 43,8 %, entre 30 y 40 años.

Sicariato en las principales ciudades

Según Futuros Urbanos, uno de cada cinco homicidios en la modalidad de sicariato se concentró en las principales cinco ciudades del país. Así, Cali es la ciudad con mayor afectación: 430 homicidios en 2022, de los cuales, diariamente, cerca de dos son en la modalidad de sicariato.

Mientras que Bogotá es la segunda ciudad con mayor número de casos, en 2022 se han presentado 282. La capital del país es la ciudad donde más se ha transformado el homicidio. Para el año 2017, cerca del 80 % del homicidio estaba asociado a la modalidad de riña y solo el 10 % era calificado como sicariato. Sin embargo, para 2021, este último se convirtió en la principal modalidad de homicidio en la ciudad, representando el 39 % del total de homicidios de ese año, desplazando a las riñas, que representaron el 35 % de los asesinatos. Esto, sin duda, es una transformación muy significativa en el comportamiento del homicidio en la ciudad.

Para Futuros Urbanos, la marcada presencia del sicariato en Bogotá viene en aumento desde 2017 y en lo corrido de 2022 muestra una tendencia a constituirse en la principal modalidad de homicidio en la ciudad. “Esto podría reflejar la presencia de un crimen organizado, expresado en el control territorial y el aumento del narcotráfico en la capital”, resaltó.

De otra parte, Cartagena es la ciudad donde más ha aumentado esta modalidad: se estima un incremento del 93,7 % en lo corrido de 2022 respecto al año 2021.

Por su parte, Medellín tiene una marcada tendencia en la reducción de homicidios por sicariato, con una disminución de 330 casos en 2017 a 182 en 2021. Y en el lado opuesto, Barranquilla tiene una marcada tendencia ascendente de homicidio en la modalidad de sicariato, lo que permite prever que en 2022 se registrará una mayor tasa de este fenómeno.

Por lo anterior, para Futuros Urbanos, en cabeza de su director Omar Oróstegui, se hace necesario estudiar esta creciente modalidad de homicidio en las principales ciudades del país para entender su transformación e incidencia en la violencia urbana desde sus causas, actores, intereses y conflictos.