JUSTICIA

El valor de ser ama de casa

Poco a poco la labor de la mujer en el hogar comienza a salir de la oscuridad. Los ejemplos, un Proyecto de Ley busca darle valor al trabajo de este género en casa y gracias a un fallo una madre será indemnizada por tener que dejar su empleo para cuidar a uno de sus hijos.

4 de junio de 2010
El trabajo de un día de una mujer en la casa equivale al de dos hombres en una oficina, según estudios. | Foto: SEMANA

El proyecto de Ley 81 de 2009, que ya fue aprobado en el Senado y le resta un debate en la Cámara de Representantes para pasar a sanción presidencial, busca dignificar la labor de las amas de casa. La propuesta, de la senadora liberal Cecilia López, pretende principalmente que se le otorgue un valor económico al trabajo de hogar, entendiéndolo como las actividades que involucran la crianza de los hijos, las tareas de la cocina y limpieza, así como el mantenimiento general del hogar y el cuidado de los enfermos o discapacitados.

La idea de incluir “la economía del cuidado” -como también se le llama al trabajo que se realiza en el hogar- al Sistema de Cuentas Nacionales, es medir la contribución de las mujeres al desarrollo económico y social del país, a través de la implementación de una encuesta de uso del tiempo que permita determinar la cantidad de trabajo no remunerado que se ejerce al interior de una vivienda. Esta iniciativa permitiría además que a las amas de casa se les reconociera seguridad social y tuvieran flexibilidad en sus actividades laborales, en caso de que estas existieran.

La iniciativa, en opinión de Luz Gabriela Arango, doctora en sociología, profesora y miembro de la Escuela de estudios de género del departamento de sociología de la Universidad Nacional, es “un paso fundamental, aunque apenas el primero para lograr sacar de la oscuridad la labor de la mujer dentro del hogar. Labor que aunque muchos la consideren natural, debería recibir ayudas por parte del Estado, teniendo en cuenta su valor en el funcionamiento de la sociedad”.

Para citar un ejemplo, Arango menciona la importancia del papel que desarrolla la mujer cuando renuncia a un empleo para dedicarse a los cuidados de un enfermo dentro de su hogar. “Pocos se han preguntado de cuánto es la reducción de costos que tienen las entidades de salud cuando deciden enviar un enfermo a su casa, donde tienen la seguridad de que será atendido por una mujer, lo ideal sería entonces que se les compensará de alguna forma. Empezar a hacer visible su labor es un buen camino para empezar”, señala Arango.

“En muchos países las encuestas de medición de tiempo, como la que propone la Senadora López, permite establecer qué tanta carga tienen las mujeres dentro del hogar, y así ver que es una necesidad que se les empiece a reconocer”, agrega.

Y es que el Proyecto de Ley que propone la senadora López recuerda lo que economistas feministas como Diane Elson han insistido en destacar. Ella habla de dos tipos de economías. “Una, en la que las personas reciben un salario por producir cosas que se venden en los mercados o que se financian a través de los impuestos, llamada la economía de los bienes; y otra, la economía oculta, invisible, la economía del cuidado", donde entraría la labor que desarrollan las amas de casa.

Fallo ejemplarizante

Mientras el Proyecto de Ley busca darle valor a las labores de la mujer en el hogar, un fallo del Consejo de Estado ordenó indemnizar a una madre que hace catorce años tuvo que dejar su trabajo para dedicarse a los cuidados de uno de sus hijos.

Los hechos se remontan al año 1996, cuando la mujer dio a luz a trillizos, quienes por tener tan sólo 7 meses y 15 días de gestación fueron introducidos inmediatamente en incubadoras. A uno de los bebés, una niña, el artefacto le causó graves quemaduras en su cuerpo, por lo que la madre se vio obligada a dejar su empleo como consecuencia de las lesiones padecidas por la recién nacida, quien necesitaba de los cuidados y protección de su madre.

Ese mismo año la mujer y su esposo, a través de un apoderado judicial, formularon una acción de reparación contra el Instituto de Seguros Sociales (ISS) con el ánimo de que éste se declarara responsable por los perjuicios ocasionados. Sin embargo, tres años más tarde, el Tribunal Administrativo de Antioquia, a donde fue llevado el caso, resolvió que el ISS debía responder con una suma de dinero por los perjuicios morales causados, pero se negaba una afectación material.

De esta forma se accedía parcialmente a las pretensiones de la demanda, argumentando que “… la sola renuncia de la madre de la menor (…) no era suficiente para demostrar la existencia de un perjuicio material, ya que es elemental pensar que no eran tanto las lamentables quemaduras de la menor las que provocaron su retiro, sino el afortunado y maravilloso hecho de ser madre de trillizos”. Con lo que no se tuvo en cuenta que la renuncia de la madre a su trabajo obedecía a las lesiones padecidas por su hija recién nacida, y no por su estado de incapacidad materna.

En marzo de este año la sección tercera de la Sala de lo contencioso administrativo del Consejo de Estado resolvió la apelación interpuesta por la parte demandante contra la sentencia que dictó el Tribunal de Antioquia en noviembre de 1999. Y basada en el principio de igualdad y no discriminación abordó el análisis que corresponde a la importancia del trabajo doméstico realizado por la mujer.

Reconoció que no puede pasar desapercibido el hecho de que debido al daño producido por la entidad demandada a la entonces recién nacida, la madre debió dedicar tiempo completo y exclusivo para brindar especiales cuidados a la menor, quien dependía totalmente de la atención y del cuidado personal de su madre.

Por lo tanto, la Sala reconoció la indemnización solicitada, y en relación con el ingreso que para el año de los hechos (1996) la mujer recibía, calculó que el total de la indemnización que debe recibir la familia afectada es de $133’400.116. Suma que deberá ser pagada por el ISS por concepto de perjuicios materiales.

El trabajo de la casa, en cifras

- Estudios en Estados Unidos calculan que el trabajo de un día de una mujer en la casa equivale al de dos hombres en una oficina, en término de ocupación, esfuerzo y dedicación.

- Según el DANE, para el año 2008 del total de población de mujeres en edad económicamente activa, el 60 por ciento se ocupa de los oficios del hogar, mientras que sólo el 7,7 por ciento de los hombres lo hacen.

- Según una encuesta sobre Consumo Cultural del DANE, en la pregunta sobre tiempo libre, la mujer soporta gran parte de su ocio en el trabajo de hogar no remunerado. Sin embargo, es indeterminado la cantidad de tiempo dedicado y por tanto se hace imposible calcular su costo.